Capítulo 15

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Capítulo 15 | "Escarabajos"

Sergey Morosov

Puedo sentir mi propia respiración entre cortada mientras observo a la chica frente a mí, en como su vista se ha quedado perdida en algún punto de la habitación cuando termina el horrible relato.

La mera idea de que, en mayor o menor medida, Cosima hubiera podido sufrir lo que vivió Tania, me despierta una ira ciega, una desazón que me abruma los sentidos.

Mi mente entremezcla resultados, como si en algún punto me imaginara a Cosima sufriendo lo mismo que Tania, mis recuerdos se entremezclan imaginando que es a la italiana a la que rompen frente a mis ojos, a la que apagan esa magnifica luz que es ella misma.

Escucho un leve movimiento a mi derecha, mis ojos encontrándose con los de los gemelos, quienes sostienen a Corinna entre sus brazos cuando está completamente conmocionada con lo que acaba de escuchar.

Veo el dolor en los ojos de su hermana, como si se preguntara en qué ha fallado, en qué actuó tan mal para que la vida le pagara así a su pequeña hermana, cuando lo cierto es que nada de esto es culpa de las Barone, nada de lo que han pasado es su culpa, es culpa de los padres de mierda que les tocó, y como tuvieron que actuar en consecuencia.

Me sé sus historias de memoria, las responsabilidades excesivas de Corinna, las adicciones de Carissa, buscando un refugio de las agresiones de sus padres, la maduración temprana de Cosima, a quien nunca se le permitió ser una niña.

Todo ello se ve reflejado en las hermanas, aún con el pasar de los años.

Carissa y Corinna sobre atienden a sus hijos, a veces incluso llegando al punto de sobrecargarlos, por el miedo de que sus hijos puedan llegar a sentir el abandono que ellas sintieron. Carissa aún lucha con mantenerse sobria todos los días cuando los recuerdos la abruman, al menos tiene a Mateo, quien se encarga de traerla de vuelta a la realidad cada que eso ocurre.

Y luego está Corinna, quien parece necesitar el cariño de los gemelos, incluso rozando la dependencia emocional, porque odia sentirse traicionada, no soporta la idea de que las personas la abandonen, por ello, en el pasado, tuvieron problemas tan jodidos por eso.

Finalmente, la más pequeña, pero también la más jodida, de las Barone. Cosima. Un pequeño frasco de demonios y traumas, ocasionado por todo lo que ha tenido que vivir, que no es culpa de nadie más que del universo, que ha sido una perra jodida con ella, y ahora, frente a mí, sus dos personalidades se debaten sobre cuál mostrarme.

Sobre la dama, la que me ha revelado toda la verdad y ahora se esmera por mantener el control luego de transitar por los recuerdos dolorosos, o la mariposa, la que acaba de revelarse frente a sus ojos uno de sus secretos más retorcidos de su pasado que desconocía, intentando no entrar en la locura.

Mis ojos se encuentran con los de los gemelos, quienes contraen el rostro con enojo atroz cuando su pequeña protegida nunca estuvo tan segura del todo mientras Corinna se aferra a los brazos de Elian, quien la ayuda a sentarse un poco.

Desaparecen un momento, sin ser vistos por la pequeña italiana que continúa dentro de un bucle en su mente, sin saber realmente que hacer. Cierro la puerta, sin arriesgarme a tener interrupciones.

Ledi — susurro, ahuecando su rostro con mis manos, observando el caos que se vislumbra en sus irises avellana — Cálmate, vamos.

Aferra sus manos a mis antebrazos, apretando con tanta rudeza que me clava las uñas.

— Ella está destrozada — se queja, gimoteando — No puedo, yo no...

Se calla abruptamente cuando uno mis labios con los suyos. Sus palabras mueren en mi boca al igual que todo su desespero, me devuelve el beso con las mismas ganas, incluso aún más, devorándome y plasmando cada uno de sus demonios en cada movimiento de sus labios.

Big BlindWhere stories live. Discover now