Big Blind

Capítulo 19

Capítulo 19 | "Jugar con una sombra"

Sergey Morosov

Sentía el corazón latirme con fuerza en el pecho. El mundo a mi alrededor se silenció completamente.

Lo único en lo que podía pensar, lo único que podía ver eran los ojos mieles llenos de dolor que me devolvían la mirada.

Dolor que yo había puesto ahí.

Intenté retenerla para mí, y lo único que conseguí fue que me abofeteara. El dolor en mi espalda era punzante, al igual que el de mi rostro. Pero nada de ello se comparaba con el dolor que estaba sintiendo en este momento. No era un dolor físico, era... era más.

Era el dolor de saber que había perdido lo único bueno que tenía en mi vida. Perdí a mi mariposa, tanto como perdí a la dama de rojo.

Siempre quise que Cosima lograra dominarlas a ambas, lograr todo el potencial que yo sabía tenía guardado. Y lo logró.

Lo logró sólo para alejarse de mí.

Veo a los gemelos frente a mí, nunca he visto tanto enojo dirigirse hacia mí, nunca he sido de los desafortunados que reciben su enojo, pero aquí estoy, siento todo el foco de su atención.

Y a lo largo, veo lo que termina de quebrarme. La veo a ella, la veo irse, la veo huir de mí.

Ekaterina enfoca sus ojos en mí una pequeña fracción de segundo, lo necesario para que yo pueda observar la decepción reflejada en su mirada.

Gruño cuando el primer puñetazo impacta contra mi rostro, ni siquiera he distinguido de quién viene, sólo sé que arde.

— ¿De verdad, Sergey? — gruñe Edmund — Es Cosima de quien estamos hablando. Es nuestra familia.

Esquivo el siguiente golpe que lanza, pero no soy lo suficientemente rápido para evitar el de Elian, quien me derriba, lanzándome a la fría nieve.

— Lo siento — me quejo, intentando levantarme.

— No es con nosotros con quien debes disculparte.

Esquivo el siguiente golpe, moviendo rápidamente mi brazo hasta conectar mi puño con el rostro de Elian.

Trastabilla lentamente hacia atrás, con un hilo de sangre corriéndole por la comisura de su boca que limpia con el dorso de su mano. Sonriendo sínicamente cuando observa la sangre manchándole la piel.

Se lanza hacia mí, ambos son increíblemente buenos peleando cuerpo a cuerpo, al igual que yo, puesto que para eso fuimos entrenados. Sin embargo, ellos son dos, dos lobos completamente enojados mientras yo en realidad ni siquiera estoy poniendo demasiado esfuerzo en defenderme. Me lo merezco, lo sé.

Gruño con el golpe que Edmund lanza en mi espalda, justo contra la herida que Cosima ha hecho. No es una herida mortal, pero duele como una.

— Pero ¡¿qué les pasa a ustedes tres?!

Nikolai se interpone entre el puñetazo que Elian lanzaría a mi rostro, colocándose frente a mí.

Siento la sangre correr por ambos laterales de mi rostro, al igual que de mi boca. Mis manos palpitan y mis nudillos arden. Sin embargo, también los gemelos están hechos un desastre.

Elian escupe la sangre que se le acumula en la boca contra la nieve blanca, que se encuentra salpicada de rojo, Edmund limpia la sangre que le salta de la ceja y veo sangre correrle por la muñeca derecha.

— ¿Se puede saber qué hacen? — se queja Nikolai — Creí que lo de no ser para nada racionales había quedado en el pasado.

— ¿Entonces tú también lo sabías? — enfurece Elian.