Capítulo 12

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Capítulo 12 | "Ceder el control"

Cosima Barone

Sé que Sergey está despierto, porque no ha dejado de acariciar ligeramente la piel de mi hombro y clavícula. Parece ensimismado en sus pensamientos, con uno de sus fuertes brazos flexionado tras su espalda, lo que realza aún más sus músculos.

— ¿Vas a seguir fingiendo que estás dormida?

Su voz, sonando un poco más ronca que de costumbre, me hace sonreír contra su piel.

— No estoy fingiendo — me quejo.

— ¿Entonces? — detecto el leve tono burlón en su voz — ¿Sólo quieres seguir aquí, pegada a mí como una sanguijuela?

Me río, él incluso lo hace. Parece relajado, divertido, como... como si fuera el de antes.

— ¿Quién no querría estar pegado a ti todo el día? — le sigo la broma — Mírate, estás completamente lleno de músculos, apuesto, criminal...

— ¿Criminal? — se indigna, en broma — ¿Se supone que eso es un alago?

— Hay chicas a las que les gusta — sonrío — Así, con esa aura peligrosa que te envuelve. Sexy.

Se ríe, algo extraño late en mi pecho cuando lo veo hacerlo, parece como si nada le doliera, como si, por un momento, se permitiera ser aquel Sergey que conocí, el cual no hacía más que sonreír y bromear.

En un ágil movimiento me coloca sobre su cuerpo, con mis piernas a cada lado de su cintura mientras me presiona contra él. Siento la erección prominente bajo mi cuerpo, sin embargo, no hace nada al respecto, no lleva las cosas más allá de esta conversación ni vuelve algún acto de manera sexual, más bien parece intrigado, como si buscara las palabras necesarias en su cabeza para decirme lo que piensa.

— Quiero saber algo, mariposa — susurra, elevándose hasta sentarse sobre la cama, colocando sus grandes manos sobre mi trasero — ¿Realmente siempre te gusté?

Mis mejillas enrojecen con fuerza, el muy cabrón incluso sonríe.

— Eres un idiota — intento apartarlo, pero sólo se ríe levemente.

— Estoy hablando en serio, Cosima — insiste — Lo prometo, nada de bromas, solo curiosidad inocente.

— Nada en ti es inocente.

Sus ojos azules brillan con diversión. Claro que todo esto le divierte, porque es un idiota.

— No lo sé, creo que cuando era niña te encontraba atractivo solamente, como un enamoramiento infantil absurdo. Conforme fui creciendo, se volvió algo platónico, nunca pensé que en realidad me prestarías atención.

— Tienes mi atención, mariposa.

— Hasta ahora — me quejo — Antes no la tenía. Creo que sólo eras amable conmigo, y eso fue hace mucho tiempo.

No volvió a serlo desde que todo cambió. Pero omito decirlo, no quiero que se arruine toda esta calma entre nosotros, ni tampoco su buena actitud mañanera.

— Admito que siempre me sentí intrigado sobre qué podía ver una niña dulce como tú, en mí — habla, jugando con un mechón de mi corto cabello entre sus manos — Luego descubrí que no eras nada dulce en lo absoluto.

Se ríe cuando golpeo su hombro con enojo, claro que no le dolió el golpe.

— Bueno, si eres dulce en algunas partes — habla, sonriendo de manera egocéntrica.

Big BlindWhere stories live. Discover now