Big Blind

Extra 1 | Parte III

Extra 1 | Parte III | "Gemelos, de nuevo"

**La propuesta de matrimonio**

Cosima Barone

Mi embarazo estaba avanzando completamente bien, después de todo, era solo cuestión de un par de meses para finalmente poder conocer a mis hijos, o hijas.

— ¿Te ha dicho a donde irán esta noche? — cuestionó Dieth, de pie en la cocina mientras me veía consumir hasta la última gota de mi batido proteico.

Si bien era cierto que, estando embarazada, debía consumir más alimentos para mis hijos, a veces los hombres de mi familia exageraban.

Niego levemente, respondiendo a la pregunta de Dieth.

— Sólo me ha dicho que debemos viajar — le explico — Debe ser por el tema de los negocios con los londinenses, con esto de que planeamos generar negocios con ellos para la exportación de armas.

Dieth asiente, ayudándome a subir las escaleras hasta mi habitación por miedo a que pueda tropezar en algún escalón.

Me coloco un bonito vestido ceñido al cuerpo en tonos azules oscuros con brillantes, lo que hace que mi embarazo resalte de manera espectacular, decidiéndome esta noche colocarme unos tacones a juego con mi vestido.

Mi cabello ha crecido un poco, dejando que el castaño comience a apropiarse del negro hasta eliminarlo, y el delineado en mis ojos resalta el color miel en mis ojos.

Sergey viene por mí a la hora que prometió, me guía hasta uno de sus hangares, donde tomamos un vuelo de tres horas hasta la otra punta de Italia.

El viaje en auto se extiende por una hora más luego de bajar del avión, en lo que no puedo evitar empezar con mis preguntas.

— ¿Me dirás ya a dónde vamos? — cuestiono, haciéndolo sonreír y dar un apretón a mi muslo.

— Arruinaría la sorpresa.

— Esa es la idea.

Se ríe levemente, sonriendo.

— Sólo faltan unos minutos.

En verdad logra sorprenderme.

Es el coliseo romano.

El jodido coliseo romano.

Está rodeado por varios anillos de seguridad, completamente reservado para nosotros, esta noche, se ha deshecho de todo el movimiento turístico que rodea esta zona en específico, para dármelo.

Extiende una de sus manos para mí, ayudándome a bajar del coche y guiándome hacia el interior del coliseo romano.

Chillo con lo que veo nada más entrar.

De los pilares del coliseo, se extienden cuatro impresionantes lonas, son fotos nuestras. Fotos que él ha conservado y ahora ha recreado en pintura, en una versión gigante, y ahora envuelven el coliseo romano.

— ¿Sergey? — cuestiono, volteando hacia él — ¿Qué es todo esto?

Por primera vez, veo la duda clara en sus ojos. Está nervioso.

— Hay algo que he esperado mucho tiempo para decirte — sonríe de lado — Quería que fuera especial, aunque nada de lo que se me ocurría parecía demasiado bueno para ti.

— ¿De qué hablas? — me quejo — Esto ha sido increíble.

Sonríe, guiándome un poco más al centro del coliseo, donde una impresionante manta rodea el lugar, bajo la luz de todas las velas, una mesa. Cenaremos aquí.