Dia 6

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Chiara se despertó, era más tarde que de normal, pero podían permitírselo, los viernes por la mañana no tenían obligaciones y aprovecharon para recuperar el tiempo de sueño perdido. Estos días atrás que se habían levantado pronto y con prisas no le había dado tiempo a pensar mucho, al contrario que hoy, que desde que abrió los ojos no había dejado de darle vueltas a todo, al igual que el domingo, las mismas preocupaciones.

A día de hoy le quedaban 2 días, SOLO dos días. El tiempo le angustiaba, y la angustia le ahogaba, sentía que se le escurrían los minutos entre los dedos, el tiempo pasaba, más rápido de lo normal, y ella no podía hacer nada. Quería parar el tiempo, lo deseaba con todas sus fuerzas, y quedarse allí, en Madrid, con su trabajo, con su música, pero sobre todo con Violeta.

Le atormentaba pensar que tenía que volver a la isla, a las mismas caras de siempre, a Teresa, a Paula... Le gustaba Menorca, siempre le había gustado, pero se le había quedado pequeña y lo sentía como volver al nido, retroceder hacia atrás. Se había acostumbrado a vivir sola, a su orden, a sus rutinas y a una persona de la que no creía poder separarse fácilmente.

La cabeza le iba a mil por hora, un pensamiento tras otro, la angustia crecía y con ella el nudo en la garganta, y Violeta lo notó en cuanto abrió los ojos. Chiara miraba al techo, y Violeta le agarró la cara y le obligó a mirarla.

- Me miras porfi? - le pidió la granadina al ver que la pequeña seguía con la mirada perdida, hundida en sus pensamientos - ¿Que ves?

- A ti - sonrió levemente

- Porque estoy aquí, contigo. Puedes dejar de pensar en cuando ya no sea así, por favor

- Es que Vivi... ya es viernes - susurró con una mueca triste

- ¿Que dijimos? ¿Te acuerdas? - Chiara asintió - prohibido hablar ni pensar en tu vuelta, por lo menos hasta mañana por la noche, que ya sea inevitable. Y para eso quedan dos días que vamos a disfrutar como lo hemos hecho durante toda la semana.

Chiara negó con la cabeza - es muy difícil lo que me pides...

Violeta recorría con el pulgar suavemente su nariz y sus cejas, intentando calmarla - es muy difícil disfrutar estando conmigo? - preguntó redirigiendo la conversación a algo más cómico

- Yo no he dicho hecho - respondió la inglesa sonriendo por un momento

- Ni yo tampoco he dicho que vaya a se fácil evitar el tema, pero creo que no nos merecemos sufrir, suficiente va a ser cuando te vuelvas, no hay que anticiparlo kiki. Vamos a disfrutar de cada minuto que nos queda juntas, si no queremos arrepentirnos luego. Y te prometo que lo vamos a hablar, de cuando te vayas, de ti, de mi, de nosotras... pero mañana, ahora no.

Chiara se dio por vencida y asintió, cerrando los ojos y dejando caer las lágrimas que tenía acumuladas. Violeta se las limpió con ambos pulgares y juntó sus labios en un tierno beso.

La pelirroja se hizo un hueco entre sus brazos y le indicó - agárrate fuerte

Chiara abrió entonces los ojos de nuevo - Que?

- Que te cojas fuerte a mi

Chiara la obedeció sin entender muy bien de lo que iba la cosa, y Violeta se puso de pie con la menorquina encima, la agarró bien y se dirigió a la cocina, donde la dejó sentada sobre la encimera.

- Que pretendes guarrilla? - preguntó más animada, agarrándole del mentón y mirándola desde arriba provocativa.

- Te recuerdo que hace un momento se te caían las lágrimas... - respondió Violeta divertida

- Pues ahora me apetece mucho más que me quites otra cosa que no son las lágrimas - dijo mirándola a los ojos y apartándole el pelo de la cara

- KIKI - exclamó con los ojos como platos y esta se rio

Cada vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora