Dia 3

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La mañana del martes, miércoles y jueves fueron prácticamente iguales a la del lunes, las dos madrugaban, desayunaban juntas y luego Chiara acompañaba a Violeta a clase y después se iba al trabajo.

A diferencia del lunes, el martes Chiara tenía más trabajo, habían alquilado el local para una comida de empresa, así que seguramente su jornada se alargaría, y además no podía dejar a Violeta pasar para comer con ella. Es por eso que ya por la mañana le avisó, y le dijo que se volviera luego a casa directamente, que no la esperara y que ella volvería en cuanto pudiera.

Su jornada se alargó poco más de una hora, a las 16.15 les dejaron salir, porque solo quedaban cafés y postres y con los camareros de por la tarde se apañaban. Aprovechó y cogió un par de napolitanas para compartir con Violeta en casa, había muchísimas, por dos menos nadie se iba a dar cuenta.

Violeta había llegado sobre las dos y media, se había calentado algo de sopa y cocinado un par de filetes, y en cuanto acabó de recoger después, se fue directa a la habitación a ver si dormía un rato. Estaba agotada, apenas había podido prestar atención en clase, se le cerraban los ojos y tenía la mente dispersa, por eso pensó que una siesta le ayudaría a afrontar la tarde, aprovechando que Chiara no llegaría hasta después.

16.30 y Chiara entraba por la puerta de casa, dejó lo que había traído en la cocina y fue a dejar sus cosas en la habitación. Ya con ropa cómoda y extrañada por el silencio que inundaba la casa, se dirigió a la habitación de Violeta. La vio dormida en la cama y dudo en si acercarse o dejarla durmiendo un rato más, pero optó por tumbarse con ella.

- Vivi déjame un huequillo porfa - le susurró mientras le acariciaba el pelo con delicadeza

Violeta entreabrió los ojos y vio a la pequeña mirándole con ternura y no dudó en apartarse para dejarle hueco - que tal te ha ido el día? - preguntó mientras la achuchaba, con la voz ronca de estar aún medio dormida

- pfff ha sido largo - dijo en un suspiro - Pero luego te cuento ahora vamos a dormir otro rato - metió su mano por dentro de la camiseta de la granadina para aumentar la cercanía, y con las cosquillas conseguir que se relajara y volviera a dormirse

Violeta esbozó una sonrisa

**

17.45 y el descanso ya había sido suficiente, llevaban un rato despiertas disfrutando de su compañía en silencio, entre caricias, sonrisas y miradas cómplices.

- A ver si te piensas que por haberte colado en mi cama a echarte la siesta y que yo te haya dejado, quiere decir que ya te he perdonado lo de ayer... - protestó de repente Violeta, haciendo referencia a lo del probador del día anterior

- Venga no seas rencorosa, ya echaremos uno en condiciones - respondió Chiara con una sonrisa pícara

- Hombre eso te lo aseguro yo, pero lo de ayer no se hace

- Porque tu lo digas - respondió metiendo el dedo en la llaga

- A que te vuelves a Menorca sin volver a ponerme ni un dedo encima - contraatacó Violeta

- Amenázame con algo más realista que eso no te lo crees ni tú pelirroja - le guiñó el ojo

- Que tirria te tengo

- Que mentirosa eres

- Yo no miento

Chiara le cogió de la cintura y la besó, y sin pensarlo dos veces Violeta le correspondió - Ves como si que mientes, ni 2 segundos te ha durado la gracia

- Te odio

- Que no mieeentas - Violeta no tuvo más remedio que rendirse y sonreír, era imposible ponerse seria con ella - aiiish que vas a hacer tu aquí sin mi...

Cada vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora