Calma

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Abril pasó sorprendentemente rápido para ambas.

Con la llegada de Semana Santa la cantidad de trabajo de Violeta en el bar aumentó considerablemente, le exigían más horas y más días a la semana, pero con ello también aumentó su sueldo, por lo que le mereció la pena. Fue en esas fechas cuando su hermana subió unos días a Madrid a visitarla, ahí aprovechó para recuperar el tiempo perdido con ella y ponerle al día de absolutamente todo, ahora Tana estaba ansiosa por conocer en persona a la menorquina.

A parte del incremento de trabajo, la parte de los estudios la había tenido más controlada, últimamente lo llevaba todo más al día y cuando se acercaban los exámenes no tenía tanta materia acumulada. Lo cual fue un gran alivio para ella, y le dejaba más tiempo libre para lo que realmente le importaba, Chiara.

Ahora se pasaban el día pendientes la una de la otra, se mandaban mensajes, audios, fotos y vídeos documentándose su día, para así no volver a perderse la pista y en cuanto tenían un rato libre las dos, aprovechaban para hablar un rato por videollamada, así se sentían más cerca.

Incluso antes de que empezaran las pascuas, esperando su subida de sueldo, Violeta se dio un capricho y voló hasta Barcelona para ir a ver el último concierto de la pequeña por sorpresa. No tenía ni entradas ni ninguna manera aparente para entrar al recinto, no estaba ninguno de sus amigos, ni conocía al equipo que iba con Chiara, pero encontró la solución. Pocas horas antes del concierto se acercó al lugar donde la gente hacía ya cola para ver a Chiara cantar, sorprendentemente la inglesa había tenido un gran impacto en muchas chicas jóvenes y tenía un fandom bastante fuerte e intenso, por lo que recurrió a ellas. No quería exponer su relación antes de tiempo y sin el consentimiento de la menorquina, por lo que se refirió siempre a ella como su amiga, se inventó que hacía mucho tiempo que no se veían y que había venido por sorpresa, pero enseñó algunas fotos de ambas que dejaron entrever algo más de su verdadera relación, para que realmente la creyeran y poder entrar. Y así fue, haciendo presión entre ella y el grupo de chicas al que se había unido consiguió que la dejaran entrar y presenciar ese último concierto de la pequeña gira de Chiara.

Por su parte Abril había sido un mes algo más movidito, comenzó con los otros dos conciertos de la gira que quedaban, que le dejaron el corazón lleno y las expectativas por los cielos, de todo lo que se le venía por delante en su carrera. Recibió un apoyo y un cariño increíble, sentía que poco a poco se iba acercando a sus objetivos y se iban cumpliendo sus sueños de cuando era pequeña, nada le reconfortaba más que eso.

A parte que vivió los conciertos muy bien acompañada, el concierto de Madrid ya había sido una auténtica locura, pero el de Menorca con toda su familia y su gente allí y el último de Barcelona con la sorpresa de la granadina no se le quedaron atrás.

Este cuarto mes del año fue un mes de despedidas para la de Newcastle, acabó su pequeña gira, acabaron sus clases en la academia y puso fin a su vida en Menorca de nuevo. Se tuvo que volver a despedir de toda su gente, de sus mejores amigos, de su familia... y esta vez sin tener del todo claro si en algún momento iba a volver. Ahora que su vida había sufrido ese cambio tan drástico con sus avances en la música sentía que todo se tambaleaba más que nunca, y de no ser por el apoyo de la pelirroja se le hubiera hecho imposible irse.

Por otra parte, a pesar de la difícil despedida, sentía que poco a poco todo se iba poniendo en su sitio después del huracán que había arrasado con su vida esos meses atrás. Su futuro, tanto en la música como el los estudios era cada vez menos incierto, más concreto, y su relación con Violeta, que era algo que anteriormente había mantenido ocupada su cabeza la mayoría del tiempo, estaba mejor que nunca.

Cuando tuvo unos días libres en la isla con su familia aprovechó para informarles a ellos también del rumbo que había cogido su vida. A pesar de llevar poco se sentía segura de la relación que había forjado con la granadina, confiaban la una en la otra, se cuidaban, se querían... Ya lo hacían desde hace tiempo, pero habían aprendido a aceptarlo y a sobrellevarlo y no podía estar más feliz con su relación, así que decidió que era momento de contarlo en casa.

Cada vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora