[6] Encerrada.

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Jungkook me encontró en su habitación frente a las computadoras husmeando en las cámaras de seguridad, así que solo se acercó a mí y golpeó la mesa con fuerza haciendo que cerrara los ojos por el susto.

Arrastró la silla giratoria en la que me encontraba y me tomó al estilo princesa recorriendo todos los pasillos hasta llegar a una habitación que carecía de baño y solo tenía lo necesario como la cama y el armario.

Era todo, no había televisor, ni celular, ¡no había nada!

Si antes estaba mal, ahora estoy peor, cuando estábamos ingresando a la habitación pude observar que la puerta tenía tres cerraduras dos de tarjeta y una de llave.

La tenía difícil, y es más... Me rindo.

Tendré que pasar aquí el tiempo que dure mi creación y estudio del plan de escape.

Supongo que si no hay baño me sacaran cada vez que lo necesite, entonces ese sería un punto a favor.

Jungkook me dejó en la cama y arrastró una silla sentándose frente a mí.

- ¿Ves cómo ya la has cagado? Estabas en un buen lugar y ahora tengo que traerte a esta pocilga - se cruzó de brazos.

- ¿Qué esperabas?- lo miré incrédula-. ¿Qué me quede quieta como un puto perro que le ordenan que vaya a su casita y de allí no salga? No seas imbécil, así como cualquier ser vivo en este puto mundo que quiere escapar cuando lo encierras, así me quiero largar de aquí. Pero a ustedes no les importa porque son unos hijos de puta que solo les importa cosas tan básicas como el dinero- me tiré en la cama y le di la espalda cuando me giré hacia un lado.

De pronto sentí como una mano sujetaba con rudeza mi hombro y me colocaba boca arriba de una manera brusca. La mano de Jungkook subió a mi rostro en donde sus largos dedos apretaron con rudeza mi mandíbula.

-Cuida como me hablas, como te refieres a nosotros, aquí yo soy el puto jefe y tú solo eres una víctima más del montón, no creas que por ser la hija del presidente no puedo apuntarte y apretar el gatillo en cualquier maldito segundo- ejerció mucha más presión sobre mi rostro y por reflejo acerqué mis manos aparentando su brazo pidiendo un poco de piedad, me dolía la pinche cara-. Pórtate bien y tal vez te de un premio, pero si me desobedeces, te mataré- me mostró una sonrisa sádica y me soltó, acerqué mis manos rápidamente a la zona afectada acariciando.

-E-eres un hijo de puta...- insulté como pude.

No borró su sonrisa, al contrario está se intensificó saliendo de la habitación, escuchando como las cerraduras daban el visto bueno de que estaba seguro.

Cansada solo miré la luz de la habitación y empecé a llorar.

Me quiero ir.

No quiero estar aquí, tengo miedo.

Podría ser valiente pero soy la mujer más asustadiza y sensible de este podrido mundo. Simplemente no soporto esta situación, y aún más cuando se que no tengo escapatoria, me ha secuestrado alguien que no es tonto y es como si conociera todo lo que haría...

Exacto.

¿Cómo ellos sabían que soy virgen?

Además de que me hayan encerrado en esa anterior habitación tan solo era una prueba para ver qué tan capaz era estando encerrada.

¿Cómo no lo noté antes?

Ese tal Jungkook no es cualquier cosa, y siendo sincera me da miedo, haciendo que mi cuerpo y mente se quieran portar sumisos ante él. Era mejor no desafiarlo y obedecer, porque no va a dudar en matarme...

Mierda.

Ya duérmete.

(...)

Abrí los ojos con un poco de dificultad recordando donde estaba y todo lo que había pasado, aún no me lo creía.

Me paré con dificultad sintiendo el frío suelo en busca de un baño, pero no había, lo que si había era una cámara en la habitación, así que me paré frente a ella y le hablé.

-Jungkook, sé que me estás oyendo. Tengo ganas de ir al baño y tengo muchísima hambre, por favor, ¿puedes ayudarme?- me daba odio tener que pedirle cosas a ese hijo de puta, pero no podía hacer nada.

Pronto recibí respuesta por parte de los altavoces.

-Te ves hermosa pidiéndome de por favor las cosas- se escuchaba como se reía de mí mientras que sus palabras me daban repugnancia.

Hice una mueca disgustada tratando que la cámara no la captara.

-Ahora iré por ti- fue lo último que dijo mientras yo seguía parada en medio de esta pocilga esperando a que Jungkook viniera.

Los segundos pasaban y en mi mente solo se repetía una cosa:

Debo matarlo.

Debo matarlo.

Debo matarlo.

No aceptaba que toda mi dignidad y orgullo se fueran por la borda por él, no podía asimilar que yo era su presa y él, el depredador.

Él no era más que yo, él no podía controlarme, y se lo iba a demostrar.

Se escuchó la cerradura como se habría desde afuera, así que inhale y exhale tratando de calmarme para no partirle la cara en ese instante.

Debía controlarme, debía pensar con claridad.

Pensar antes de actuar era la clave.

La puerta se abrió y veo a un Jungkook con un pantalón de cuero más una camisa blanca lo suficientemente corta que con solo alzar los brazos se podía ver un poco de su abdomen.

Era atractivo, pero era un reverendo hijo de puta.

-Ami, ven aquí- hizo un ademán con su mano mientras me lanzaba una mirada de autoridad.

A paso lento me acerqué a él y quedé a un metro de distancia tratando de no mezclarme con el aire que lo rodeaba. Incluso para sentirme mejor deseaba estar lo más lejos posible de su persona.

- ¿Tanto miedo me tienes?- alzó una ceja y dio unos pasos hacia mí quedándome estática manteniendo mi mirada pegada con la de él para no mostrar debilidad, y aunque me cagara de miedo no iba a dejar que me dominara. Y cuando digo cagarme de miedo es a que me golpeé, porque esa mierda si duele, además de los músculos que se carga este maldito enfermo.

No le iba a responder solo quería que me diera de una puta vez comida y un baño para poder mear.

-Respóndeme.

Debía ser sumisa, en pocas palabras portarme como una niña débil y estúpida tenía planeado decir algo como:

"Por favor señor... Tengo muchísima hambre, necesito un baño para estar mejor, se lo ruego".

Pero lo que salió de mi boca fue...

-Estoy que me meo y tengo una puta hambre del demonio, porque como el gran hijo de puta que eres, no te importa un carajo si me muero o no de hambre, además que pareces una puta nena resguardándote en que eres más fuerte y dizque el jefe, me importa una mierda lo que me hagas o me dejes de hacer, no sé cómo, ni cuando, pero, te mataré...- mis palabras fueron interrumpidas cuando Jungkook habló haciendo que mi valentía se fuera a la mierda.

-Te voy a castigar.

Cuatro simples palabras, me habían hecho temblar hasta los huesos.

You don't own me [Jungkook] [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora