Jungkook.
Eran las once de la mañana y me levanté de la cama con coraje.
¿Por qué putas te tienes que levantar tú también?
Me metí a la ducha con la esperanza de que con el agua fría se bajara sola, porque después de esa caliente escena de ayer me quedó claro que jamás debo masturbarme solo, ¿por qué?
Porque el culo de Ami es mucho mejor para eso.
Salí arreglado de mi habitación y esperé en la puerta de Ami a que ella saliera, hoy había planeado pasar todo el día fuera y cuando sea de noche...
Podré follarla sin ningún tipo de remordimiento.
No esperé mucho hasta que la puerta se abrió y ella salió mirándome confundida.
-¿Esperarme aquí también es parte de la cita? -preguntó. Cerró la puerta y tomó mi mano.
-No realmente, pero no tenía nada que hacer, así que... -le resté importancia.
Nos despedimos de Seokjin quien se quedó con el desayuno barado, y lo único que hicimos fue disculparnos.
Subimos al auto y por fin dimos rumbo hacía el parque de atracciones.
Yoongi.
-Mátalo -ordené.
-Claro, jefe.
-¡No! ¡Pido piedad señor Min! -bosteze aburrido mientras observaba al hombre patético con lágrimas en su rostro -¡Tengo familia!
Siempre el mismo discursito.
-Ah... Creo que deberías haberlo pensado en cuanto no quisiste pagarme con tu pierna -dije simple-. ¿Recuerdas? Yo te di a elegir- saqué mi revolver y puse una bala dentro de un tambor del revólver y le dí vueltas al cilindro haciéndole saber que jugaría la ruleta rusa con él-. Te dije: «Tienes dos horas para pagarme el dinero, o puedes pagar con la pierna derecha» Era sencillo. Pero tú dijiste: «¡En dos horas! En dos horas traeré el dinero». ¿Y sabes que hice yo? -apunté a su pierna una vez estaba colocado el cilindro en su lugar-. Me dejé ver la cara de pendejo, traté de ser amable, es divertido jugar contigo, eres bastante bueno soportando, pero no tolero que no me paguen.
Sonreí levemente colocando mi dedo en el gatillo. Era tan entretenido ver como rezaba porque la bala no estuviera en la cámara.
Conté regresivamente y apreté sin esperar mucho.
-La bala no está -solté una carcajada-. Yo creo que deberías rezar porque la bala salga ahora, porque la próxima vez apuntaré a tu cabeza.
Volví a repetir el mismo procedimiento dejándole a la suerte que la bala se posicionara en la cámara, lista para salir, o que simplemente no estuviera allí.
Apunté a directamente a su cien y apreté con mi mano la silla que me encontraba.
-¿Saldrá? -pregunté ansioso-. Vamos grita por tu vida, si lo haces tal vez considere dejarte ir.
El cerdo se puso a gritar descontroladamente pidiendo que lo dejara vivir, la soga en su cuello evitaba que se moviera con facilidad, y tosia debido al ajetreo.
Ah... Esto es tan divertido.
Me encanta crear esas falsas esperanzas donde piensas que tendré piedad, pero la realidad es que ya estás muerto apenas pisaste este asqueroso lugar.
-Te voy a contar una historia, porque tal vez sea la última que escuches -me levanté de la silla con la vista pegada a mí brillante revolver mientras mis pálidos dedos lo acariciaban-. Me enamoré de una mujer. Pero no creas que me enamoré de como se veía, ni tampoco de su forma de ser, no se que clase de amor es ese. Y tampoco me importó saberlo... -me detuve en seco cuando el hombre seguía sollozando y pidiendo que lo suelte-. Sí haces silencio extenderé tu vida hasta que termine mi historia, si sigues haciendo ruido te dispararé en este momento -me agaché frente a él y ví como asentía tembloroso-. Bien -proseguí mi maravillosa historia de amor- ¿sabes? Las personas comunes aman a otras hasta la muerte, ¿si se mueren las dejan de amar? Decidí hacer la prueba por mis propios métodos. Me encontré con ella en un bar y conversamos lo suficiente como para llegar a follar en un cuarto de hotel, pero cuando intenté divertirme a mí manera ella no me lo permitió, ¿Qué tenía de malo cortarla un poco mientras la follaba? Sabes... ver sangre me excita, y si esa mujer no permitía mis fetiches no me servía, así que la maté por hacerme perder el tiempo -suspiré-. Luego la llevé a mí edificio y la tengo como un bonito recuerdo en una celda, no sólo es un recuerdo, ella es una muestra de lo que pasará si no me obedecen. Regresando a mí prueba de saber si los muertos seguían amando, conocí a una nueva mujer, una que no me hizo perder el tiempo. Ella aceptó mi forma de ser, mis fetiches, y accede a todas mis peticiones sin rechistar, ¿Quieres saber como se llama? -pregunté al hombre tembloroso pero no respondió-. Sí no preguntas su nombre te mataré.
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You don't own me [Jungkook] [Terminada].
FanfictionAmi, la grosera hija del presidente, una chica de 19 años que guarda en secreto las habilidades de defensa que su padre consideró importante que aprendiera para poder sobrevivir, ya que, como familia de algo rango social estaban rodeados de enemigos...