[40] Linda escena.

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Ami.

No me moví. Me quedé allí quieta, analizando en que puto momento Jungkook había entrado a mí habitación.

Rezé porque se fuera, pero vi como la sábana fue apretada con su grande mano y tiró de golpe.

Cerré mis ojos llena de vergüenza mientras que él observaba esa escena de mi en interior con la mano entre las piernas y el celular en mí oído.

Iba a llorar.

—Linda escena— sentí sus dedos tocar mis piernas y me asusté de la nada porque no me esperaba que tocara—. Ahora continúa— ordenó. A lo que yo solo negué con la cabeza con una lentitud, hasta una tortuga se movía más rápido— ¿No? Ami, quiero ver como te tocas, gime para mí— jaló mis piernas hacía el y yo tenía intenciones de sacar mi mano de mi feminidad, pero él la sostuvo con fuerza— Sí la sacas te tocaré yo, y créeme que no tendré piedad.

¿Sabes dónde estaba la Ami que le ordenó a Jungkook?

En la mierda.

La cantidad de vergüenza era tan enorme que no podía cargar con ella, necesitaba un tragame tierra.

Hola, sí. Quiero un pasaje para ir a la mierda. ¡NO! Solo lo quiero de ida. Sí, solo de ida.

Y cuando pensé que las cosas no podían ir peor, sentí como me levantaba de la nada y me sentaba sobre sus muslos desnudos.

Abrí mis ojos un poquito y miré que el muy tonto se había sentado justo frente al espejo.

Gracias por aumentar mis ganas de morirme.

Sentí su respiración en mí oreja, y vi en el reflejo del espejo como el mantenía los ojos pegados a mí, haciendo un contacto visual de lo más intimidante e incómodo que podía existir.

¡¿Dónde está mi pasaje?!

—No me parece justo que solo yo gimiera para ti, ¿Qué hay de mi?— su lengua tocó el cartílago de mi oreja haciendo que mi cuerpo reaccionara con rápidez—. Empieza.

El soltó mi mano haciéndome saber que debía tocarme frente a él, pero no me podía mover, su mirada demandante y como un maldito depredador no me dejaban.

Sentí en mí trasero ese bulto enorme golpearme, y sin saber que hacer, me puse a llorar.

—Esas lágrimas me están excitando como no tienes idea— tomó mis caderas y ejerció presión entre mi trasero y su pene.

¡Ya sé que estas duro, no me lo recuerdes!

Jungkook supo que no me movería por cuenta propia, entoces tomó mí muñeca y la saco de mis pantis para meter la suya.

Me exalté, y con miedo tomé su brazo pidiéndole que la saque.

—¿Realmente quieres que la saque?— negué.

Cerré mis ojos, tiré mi cabeza hacia atrás arrimándome a su hombro, abrí más mis piernas y él comenzó a mover sus dedos entre mis pliegues húmedos.

—Estás mojadita, princesa— su voz ronca en mí oído me hacía perder todo tipo de cordura y con mis manos tomé la mano libre de él dirigiendola directamente a mis senos debajo de mi camiseta.

Ese contacto directo de su mano y mi pezón erecto era tan jodidamente delicioso, no podía evitar mover un poco mis caderas restregandolo con fuerza en su erección.

—¡Ah, más Jungkook!— gemía sin control.

Perdóneme chicos si no pueden dormir.

Cuando pensé que esto ya no se podía sentir más glorioso, Jungkook puso a trabajar su boca en mí cuello, y allí me tenía derretida bajo sus caricias.

Sus dedos en mí intimidad no se detenían, apretó mi seno con fuerza y mordió mi cuello cuando mis movimiento de caderas se hiceron más rápidos llevándolo conmigo a este mundo de placer. No sé cuanto le faltaba a Jungkook pero mis piernas comenzaron a temblar y le pedí como si no hubiese un mañana que no detuviera, quería llegar, sería mi primera vez llegando al climax.

—J-Jungkook...— metí mi mano debajo de mi camiseta buscando la suya cuando ya me había corrido sobre sus dedos.

Escuché su respiración agitada con detenimiento y queriendo que él también llegase continúe mi vaivén en su entrepierna.

—M-más rápido... A-mi...

Su voz me llevaba a otro mundo y aquello solo hacía que me moviera con más velocidad sintiendo como se pegaba a mí espalda agarrando mi cintura con sus grandes manos.

—Y-a...— gruñó con fuerza en mí oído y sus más apretaron el agarre de mi cintura haciendo mis movimientos más lentos cuando sentí mojada mi nalga.

No pude evitar darme la vuelta y ver su rostro excitado, sus labios entre abiertos más las hebras de su cabello pegadas a su frente por esa fina capa de sudor que lo cubría.

Me dí la libertad de besarlo y dejé que metiera su lengua hasta donde quisiera.

Luego de varios chasquidos nos separamos viendonos directamente a los ojos.

—Me encantas, joder— me dió una nalgada que resonó por toda la habitación, y yo solo solté un quejido que más sonó como un gemido.

Tomé a Jungkook de la mano para irnos hacía la ducha de su habitación, verificando que no hubiera nadie por el pasillo que nos viera semidesnudos.

No sé que era hora era, pero teníamos que dormir y eso fue lo que menos hicimos.

Entramos a su habitación con éxito y nos despojamos de la ropa sucia, y gracias a que era de noche casi no podían observar nuestros cuerpos, pero era lo suficiente para poder ver por donde íbamos.

Ingresamos a la ducha y Jungkook abrió el grifo dejando que el agua fría nos cayera encima.

Sin ningún tipo de vergüenza abracé a Jungkook pegando mis senos desnudos a su pecho, además de sentir su cosa en mí vientre.

—Yo te recomiendo que te separes de mi— lo escuché  de la nada.

—¿Por?— alcé mi rostro confundida.

—¿No quieres dormir?

You don't own me [Jungkook] [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora