«Un Amor Nacido Entre Rivales» Katsuki Bakugo x OC. (Traición #1)

Capitulo 49.

-¿Que paso, Amajiki? - pregunte sin rodeos en cuanto me encontré al pelo azabache en uno de los pasillos menos concurridos de la U.A. junto a Eijiro. Amajiki parecía estar a punto de explotar al tener a alguien con quien no convivía mucho hablándole.

Ese es otro nivel de timidez.

- ¡Lo estas asustando! - me reprocho Eijiro.

- Ni que fuera un perro. - le dije con obviedad.

- F-Fatgum me p-pidió q-que los invitara a ser sus a-aprendices. - dijo. Lucía como si hubiera reunido todas sus fuerzas solo para decir eso.

Juro que me brillaron los ojos.

- ¡¿Hablas de el héroe Fatgum?, ¿EL héroe Fatgum?, ¿Eres su aprendiz?!

- S-si, él cons-sidero que a-ambos serian buenos c-como s-sus aprend-dices...

Fatgum era uno de mis héroes favoritos, sin embargo, aunque la oferta se escuchara tentadora, necesitaba un héroe que me ayudara a alcanzar mi máximo potencial. Ahora mismo, no estaba ni siquiera cerca de la cuarta parte de mi poder, quiero explotarlo.

Quiero ser la heroína numero uno. No solo en Japón, sino en todo el mundo.

- Dile a Fatgum que por mi parte, acepto la oferta. - le respondió Eijiro, que me miro - ¿Qué hay de ti, Aguni?

- Dile a Fatgum que la rechazo. - respondí - Ya tengo un héroe con quien hacer pasantías.

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A Katsuki no le agrado ni un poquito la idea de que mis pasantías fuera con el héroe numero dos.

Estuvo dos horas dándome razones por las cuales, no debería ser su aprendiz  mientras yo organizaba mi cuarto. Según él, Keigo Takami era un bruto que no tenia nada que enseñarme.

- ¿De todos los profesionales, eliges a ese tonto?

- Pareces conocer conocer muy bien a "ese tonto".

- ¡Incluso tuviste ofertas de la niña conejo! Dijiste que querías ir con ella, ¿No?

- Si, y también dije que no podía porque ella no tiene un buen historial con los estudiantes. 

Sabia que a Katsuki no le perturbaba que el héroe numero dos no tuviera nada que enseñarme, digamos que Takami Keigo tenía cierta fama con las mujeres, y Katsuki no le era ajeno a esto.

- ¿Y si te pido que no vallas con él?

Deje lo que estaba haciendo para mirarlo.

- Te pido que no lo hagas, porque sabes que te obedeceré.

Él hace un puchero muy tierno, me rio un poco y le doy un beso en la comisura de los labios.

- Te lo compensare, ¿De acuerdo?

Sus mejillas se tiñeron de un color rosáceo.

- Tsk, bien. Tonta.

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- ¿Tú también harás pasantías con Hawks?

- Si.

- Okey... No se si es idea mía, pero dudo mucho que aparezca ahora.

- Pienso lo mismo.

Tokoyami y yo habíamos esperado durante una hora al héroe, sin embargo. no apareció. Hasta este punto, ambos estábamos sentados frente a la puerta con las manos en el mentón.

- ¿Y si derribamos la puerta? - propuse.

- Buena opción, si quieres pasar la noche en la cárcel.

Media hora después, aun no había señales del héroe, a mi ya me dolía el trasero de estar sentada por tanto tiempo.

- A este paso, moriremos de vejez.

Como si Dios hubiera escuchado nuestras plegarias, el sonido del héroe llega a mis oídos. Me levante del suelo en cuanto una pluma color rojo callo del cielo con suavidad.

- Yo jamás permitiría que una hermosa dama como usted le pasara algo semejante. - la voz del héroe numero dos llego a oídos de ambos, levante la cabeza, y lo primero que vi fue dos ojos dorados semejantes a los de un halcón.

No parecía tener mas de veintitantos años, parecía medir lo mismo que Katsuki y me miraba como si me fuera a devorar. Tenia un par de alas de color rojo vivo que llamaban mucho la atención.

- Lamento hacerlos esperar, tuve un imprevisto. Soy Keigo Takami, un gusto.

- El gusto es nuestro. - Tokoyami se inclino como señal de respeto, yo me mantuve de brazos cruzados.

Yo nunca me inclino ante nadie.

Después de darnos la bienvenida en la empresa, nos presento a algunos empleados, y finalmente, nos enseño el contrato. Leí con detenimiento y firme el documento.

- Bueno, a partir de ahora, están esclavizados por mi como su jefe. ¡Bienvenidos la adultez!

- ¿Gracias?

El día de trabajo fue normal. Takami nos dio algunas indicaciones y tareas. Primero, necesitaba saber cual era nuestro promedio para saber nuestras debilidades y fortalezas y así darnos nuestro entrenamiento.

Al final del día, me sentí aliviada de llegar a mi cuarto y tirarme en mi cama. Apestaba a sudor, entre al baño y cerré la puerta del mismo, observándome en el espejo. 

En unos meses, había subido un poco de peso, mis piernas estaban regordetas y tenia algo de pancita. Era verdad que ya no entrenaba tan seguido como antes, pero no me había dado cuenta hasta ahora.

Resultado de tener la mente en otro lado.

Escuche mi teléfono vibrar fuera del baño, salí de este y lo tome, viendo que era Aron, mi compañero de trabajo. Respondí la llamada.

- Mas te vale que tengas una buena razón para molestar, estaba a punto de bañarme. - fue lo primero que le dije.

- ¡SABIA QUE NO IBA A MORIR SOLTERO! - grito, tuve que apartar el teléfono a una distancia considerable para no romperme el tímpano.

Un dato que olvide mencionar, es que le he estado ayudando con su vida amorosa.

- No, lloraste mas de mil veces alegando lo contrario, y yo te dije, muy amablemente, que era lo mas probable teniendo en cuenta que eres un tonto en el amor.

- ¡NO RESPONDERE NADA AL RESPECTO PORQUE ESTOY DEMASIADO FELIZ COMO PARA MOLESTARME CONTIGO AHORA! 

Solté una risa nasal.

- Me alegra por ti, Aron. - le dije con sinceridad. Podía imaginarlo dando saltitos por su cuarto, así era él.

- ¡Tengo novia! ¿Puedes creerlo? 

- Honestamente, si no fuera porque casi me rompes el tímpano gritándomelo, no te lo creería.

- ¡Tengo novia!

- ¡Y yo el trasero sudado!, Que bonita es la vida, ¿No crees? Ve a besuquearte con tu novia y déjame bañarme.

Y colgué.

Después de una larga ducha, me puse mi pijama y me senté en mi cama, mirando hacia la puerta.

Generalmente, Katsuki siempre venia a mi cuarto y dormíamos juntos. El insomnio ya no era un problema, dormía pacíficamente con él,

Diez minutos, no había señales del rubio.

Veinte, nada.

Media hora, cuarenta minutos, cincuenta, y nada.

Después de ese tiempo, me decidí por teletransportarme a su cuarto. Una vez allí, él ya dormitaba con tranquilidad en su cama.

Simplemente me acurruque junto a él y deje un beso en su frente.

- Te amo.