Ya he perdido la cuenta de la cantidad de veces que me he despertado de esta misma forma. Oscuridad, dolor de cabeza, fastidio a los estímulos recién recibidos, y luego algún nuevo problema.
- Aguni, la paciencia es una virtud que por desgracia, yo no poseo. Curiosamente, tú me has dado mucho para formarla.
Mi vista esta borrosa, la cabeza me da vueltas, mi cuerpo esta adormecido, pero mis oídos funcionan a la perfección. Reconozco su voz y el nudo en el estomago que me provoca. Busco el sonido de mis hermanas, Katsuki o cualquiera que fuera cercano a mi en la zona, ninguno esta con ellos, todos están bien. Esto no tardara mucho.
Una vez recobro mis sentidos, siento como Shigaraki esta sentado mientras me mira, en su mano sostiene un pequeño bisturí usando tres dedos para sostenerlo, rozándolo peligrosamente cerca de mi rostro.
- He usado todos mis métodos para comunicarme contigo, créeme Aguni, eres una de las pocas personas con la capacidad de sacarme de mis casillas. Lo reconozco, así que seré breve y directo, tal y como te gusta.
La verdadera pregunta aquí es, ¿Cómo acabe aquí?
17 horas atrás. Casa de Mina. 10:40 p. m.
No estaba ebria, no me había atrevido a tomar una sola gota de alcohol. A pesar de que estuvieran todos los de la clase, incluso Iida estaba ebrio. No podía bajar la guardia.
"Era estar en guardia, no morir de aburrimiento"; Me dije a mi misma cuando estuve en medio de la sala bailando con la música a todo volumen. Si estuviera en otro momento, diría que era vergonzoso, pero resulto incluso liberador.
La música que resonaba me encantaba, mis gustos eran variados, pero lo que resonaba en los altavoces y en mis oídos era algo que movía mi cuerpo y caderas a la par de esta. Atraía las miradas de todos y prácticamente me robe la pista de baile, no sola, sino con Mina y mis amigas. Todas bailamos hasta que no sentimos nuestros pies y lo hicimos con nuestras parejas. Sonreí al ver que Mina estaba bailando con una gran sonrisa junto con su novio. Había mejorado su relacion con Eijiro. No aparte la vista de Katsuki durante toda la fiesta.
Él tenía sus manos en mi cintura mientras bailábamos, nunca me había divertido tanto en mi vida, y era la primera fiesta en la que me salí de lo que me acostumbro a hacer, y fue una noche inolvidable.
Pero en mi caso, la suerte de una persona es definida a través de que tan clara tienes la piel, y yo soy blanca.
Después de bailar, Katsuki noto que me dolían las piernas. Era atento conmigo aún estando ebrio, así que me llevo a un cuarto que parecía ser de invitados, ya que no había cosas que lucieran pertenecientes de nadie y era muy simple como para ser de Mina o sus padres, me recostó en la cama y se acostó detrás de mi, acariciando mi cabello con suavidad.
Su sonido estaba distinto desde hace un rato, y era otro sonido que no reconocía. Aprendí que aquel sonido que resonaba en él cuando estaba conmigo era amor. Este era parecido, pero algo diferente, algo que era diez veces mas atrayente, como si fueran feromonas en un perfume.
- Oye, tonta.
- Dime.
Se quedo callado un momento, como si estuviera pensando en si decirme algo o no.
- Habla ahora o calla para siempre, rubia. - bromeé.
- Sentí algo raro que no debería sentir cuando estaba bailando contigo. - confeso, su mano se desplazo hasta mi cadera, la cual apretó contra su pelvis, dejándonos solo a unas cuantas telas de distancia. Mi cara se sonrojo como nunca al sentir que estaba duro.
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«Un Amor Nacido Entre Rivales» Katsuki Bakugo x OC.
FanficElla es un cliché de libro. Alta, hermosa, lista y fuerte. Cualquiera que viera estas cuatro características diría que tenía una vida perfecta, ¡Qué vil mentira! Lo tenía todo para ser una villana, lo tenía todo para hacer que el mundo estuviera a s...