Capitulo 37.

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Cuando me despierto en la mañana, me doy cuenta de que no estoy en mi habitación.

Mina llevaba una mascarilla facial puesta mientras estaba tumbada en la cama en una posición extraña, Yaoyorozu estaba encima de Ochako, que tenía la cara cubierta de un maquillaje improvisado y desordenado, Hagakure tenía la cara rayada con marcador, que dudaba mucho que fuera lavable y Kyoka estaba en su regazo, todas estaban dormidas.

Y Asui estaba dormida de forma normal en la cama.

Y luego estaba yo, que por alguna razón estaba debajo de la cama. Salí de allí y me teletransporte a mi cuarto, me estire con pereza. Me dolía el cuerpo.

Enseñanza del día niños: no duerman de bajo de una cama a menos de que sea de vida o muerte.

Me cambie de ropa, y realice mi rutina habitual. Salí de mi habitación, dándome cuenta de que era la única despierta.

Mejor para mí.

Abrí el refrigerador y busque mi sección de comida, pero de un momento a otro, mis ganas de comer se fueron.

Decidí que era mejor comer algo, así que solo me prepare fideos ramen y ese fue mi desayuno.

Que deprimente.

Escucho como se acerca alguien, la onda sonora de Kaminari.

- ¿Qué haces despierta tan temprano? - me pregunta, yo me rio.

- Dormir de bajo de la cama de Mina no es lo más cómodo. Tampoco es muy temprano, son las ocho. - explico, él se sienta a mi lado, algo pensativo.

- ¿Tuviste una pijamada con las chicas? - me pregunta, yo asiento levemente con la cabeza mientras como de mi ramen - ¿En serio?

- ¿Por que luces tan sorprendido?

- No lo sé, siempre eres tan... Distante.

- Mina me convenció. 

- ¿Por que eres tan rara? - me pregunta.

- Wow, te deberían dar un premio por la discreción, eh. - suspiro - ¿Cómo defines la "rareza" en mí? - le pregunto.

- No lo sé. A veces eres tan distante y silenciosa, como si fueras un espectro, y otras veces es como si de milagro te despertaras de buen humor y fueras... ¿Normal?

- Si, buena descripción. - es lo único que respondo. La verdad sabía que Kaminari no era el único que pensaba así de mí, así que no me moleste - ¿Te estas dando cuenta de que a mi me dices "rara" por no ser sociable el noventa y nueve punto nueve por ciento del tiempo y serlo el uno por ciento cuando tú literalmente haces estupideces que me hacen cuestionarme de que tamaño tendrás el cerebro y el pene?

Se quedo callado.

- No sé si decir que tienes razón o ofenderme.

- Las dos están disponibles. - me río y él igual. Nos quedamos hablando por un rato más, y en un momento, llegan los demás. Mina se había despertado y nos miraba con sorpresa, luego, una pequeña sonrisa se poso en sus labios.

Me sentí bien.

Me sentí orgullosa de mí misma.

Estaba teniendo una conversación con alguien que no es parte de mi circulo cercano.

No estaba ansiosa, ni molesta, ni incomoda.

Lo estoy haciendo bien.

Luego, lo escucho a él y entra. Su mirada aterriza en mí, y sonríe, luego, ve a Kaminari a mi lado y se borra.

La confusión es clara en mi rostro, pero él solo entra y se dispone a comer.

Trato de no prestarle tanta atención y termino la charla con Kaminari. Me acerque a él, y en cuento se dio cuenta, se alejo y se fue.

¿Qué mierda fue eso?

Disimulo mi molestia y confusión cuando Mina se sienta a mi lado con una enorme sonrisa en su rostro.

- Entonces... ¿Qué tal fue ayer?

- Bien. - respondí con simpleza.

- ¿Te ha gustado? - me pregunto. La alegría en su mirada me causaba algo de gracia, me recordaba demasiado a mis hermanas cuando me contaban sobre algo que les gustaba.

- Mucho. Me sorprende haber despertado sin la cara pintada. - le comente, ella rio.

- Quería despertar con vida, y te aseguro que las chicas también. 

El resto del día transcurrió con normalidad, clases, Aisawa durmiendo, todos parloteando...

Note las miradas de Katsuki hacía mi, pero no eran las mismas.

¿Qué le pasaba?

Estuve todo el puto día tratando de hablar con él, y hacía un buen trabajo evitándome. Estaba perdiendo la paciencia, cosa que disimulaba a fuerzas. 

De camino a la residencia trate de encontrarlo, pero nada. 

Carajo, se suponía que tendríamos una cita o algo así, necesitaba encontrarlo lo antes posible. ¿Por que mierda se comportaba como un niño pequeño y no me decía a la cara que era lo que le molestaba? 

¿Qué fue lo que hice mal?

Odiaba esto, odiaba tener que reemplazar la molestia con tristeza cuando el sentimiento era abrumador, nada bueno salía de eso.

Suspire con fastidio y me teletransporte a su cuarto, tire el bolso a un lado de la cama y me senté en ella. Solo era cuestión de tiempo para que llegara y no lo iba a dejar huir. Ya no mas.

En unos minutos, la puerta se abrió, dándole entrada. Su vista viajo hacia mi, la sorpresa era visible en su rostro.

- ¿Qué haces aquí? 

- Llevo toda la puta mañana tratando de hablar contigo y me evitas como si tuviera la peste. - él cierra la puerta y me mira fijamente, su mirada se veía molesta, incluso mas de lo normal. Dios, pagaría lo que fuera con tal de que yo no fuera la causa, quería volver a sentir cuando su mirada se apaciguaba cuando estaba conmigo. 

- ¿Qué hice mal? - le pregunte en un tono mas desesperado del que pretendía, de verdad odiaba que estuviera molesto conmigo, ¡Y ni siquiera entendía el porque!

- Nada. 

- Si de verdad es así, ¿Por que llevas todo el día evitándome?

- Porque no me gusta que estés tan cerca del tonto del maldito cargador. ¿Por que de la nada te nace hablarle? - me espeta, molesto, mi expresión cambia.

- ¿Era eso?

- ¡Por supuesto que era eso!, ¿Por que otra razón me molestaría? 

Una sonrisa adorno mis labios, lo cual lo confundió aun mas.

- ¿Estas celoso?

- ¿Qué? - Me reí.

- Katsuki, siéntate. - le ordeno, él obedece y se sienta.

- Primero que todo, no tienes porque sentir celos. Kaminari es solo un compañero de clases y no tengo ningún tipo de interés en él. No suelo socializar, y mucho menos con los de la clase, así que mantener una conversación normal con alguien que no es de mi circulo social y con el que no estoy acostumbrado a hablar es un logro muy grande para mi. Y sé perfectamente que tú lo sabes, y también debes de saber que yo no te reemplazaría. Nunca.

Su expresión se suaviza, pero la sorpresa es visible. 

- ¿Cómo sabias que me sentía inseguro? 

- Porque la razón era tan obvia que no debía haber otra. Te amo, Katsuki Bakugo. - las palabras simplemente salieron de mi boca. Era la verdad. Ya lo había dicho y lo repetiría las veces que harían falta con tal de verlo con esa sonrisa que solo a mi me dedicaba.

«Un Amor Nacido Entre Rivales» Katsuki Bakugo x OC. (Traición #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora