«Un Amor Nacido Entre Rivales» Katsuki Bakugo x OC.

Capitulo 34.

Holis!!

Ok, se q deje un anuncio de q no podria actualizar x un tiempo, la razon: se hiban a llevar a mi preciosa compu 😭😭

Perooo, para mi suerte, aun no se la han llevado y en estos dias he tenido ideas para nuevos caps, asi que tratare de escribir lo que mas pueda.

Y pos bueno. Disfruta!

Insomnio, eres mi fiel amigo, pero ya no te soporto.

Pensé. Era de madrugada y no había podido cerrar los ojos. Mi cuerpo estaba cansado, sobre todo mi mente, pero, aún así, no había podido descansar.

En una semana de insomnio, me había terminado toda una libreta entera nuevamente. Así que, en pocas palabras, no tenía nada que hacer.

Estaba sentada en mi cama, se escuchaba como las gotas de lluvia caían sobre la ventana mientras la luz de la luna reflejaba en ella, dándole algo de luminosidad a la habitación, aunque fuera tenue, y al mismo tiempo, dándole un toque de tranquilidad.

Me gustaba la noche, a veces era mucho más silenciosa y tranquila. Era melancólica y hermosa al mismo tiempo, lo que la hace atrayente.

A veces, odiaba lo que mi mente podía llegar a imaginar, era experta en darle vueltas a todo. Pero me gustaban mis momentos de paz.

Ahora mismo me imaginaba estando con mis hermanas, pasaríamos el fin de semana divirtiéndonos, riendo, y jugando.

De repente, dos toques en la puerta se hicieron presentes, su vibración era imposible de confundir. La pregunta era, ¿Qué hace Él aquí?

Con curiosidad, prendo la pequeña lampara ubicada en el pequeño mueble al lado de mi cama, me dirigí a la puerta y la abrí.

Allí estaba él, su cabello rubio desordenado, sus ojos reflejaban que probablemente estaba cansado, su expresión era somnolienta.

- Katsuki, ¿Qué haces aquí? - le pregunté.

Él no respondió. Lucia perdido, pero su mirada seguí siendo penetrante a pesar de lucir adormilada. Su cuerpo se movió, me tomo de la muñeca, entrando en mi habitación y cerrando la puerta tras de él. La sorpresa que sentía se reflejaba perfectamente en mi rostro, el sonido que se escuchaba en él cada que estaba conmigo empezó a resonar como nunca antes.

- Katsuki, ¿Qué...? - no termine la oración, él me empujo a la cama, me sorprendió el doble el hecho de que tuviera mi guardia baja. Y me sorprendió más verlo encima de mí, acorralándome entre las sabanas.

Sentía que mis mejillas estaban a punto de explotar, Katsuki también parecía sentir lo mismo, pero no retrocedió en ningún momento. Seguía observándome y registrando mis expresiones, su brazo se dirigió a apagar la pequeña lampara al lado de la cama, dejándonos solo con la luz de la luna que entraba a través de la ventana.

- ¿Por qué me haces esto? - la pregunta abandona sus labios.

- ¿Hacer qué?  - le pregunto de regreso, su mirada se suaviza y él se tira a un lado mío, siento como mi corazón late desbocado en mi pecho ante la cercanía, y puedo escuchar perfectamente que no soy la única.

- Hacerme... Sentir así. - termina.

La respuesta me deja inmóvil por unos segundos, y él sigue observándome, esperando una respuesta.

No estaba segura de nada, pero solo quería estar a su lado, y aprovechar cada segundo a su lado al máximo.

Me giro para verlo cara a cara, mi corazón late cada vez más rápido, y me encuentro esos ojos color Ruby que tanto me atormentan, esos hermosos ojos que han inspirado tantos poemas y llenado varias libretas. Esos ojos que tanto me inspiraban, esos que parecían ser inexpresivos ante todos, pero que gritaban mil cosas para mi. Si, él me traía loca.

Amaba a Katsuki Bakugo.

Y él me amaba a mí.

Eso es bueno, ¿No?

- Katsuki... Tú - en mí, nació una repentina necesidad de ser honesta, aunque fuera por lo menos una vez en mi vida. Tal vez su yacimiento se debía a mis sentimientos entrelazados a él. No me importaba, solo necesitaba librarme de el peso que cargaba en mis hombros. -... Provocas demasiado en mí, más de lo que puedo asimilar, joder, tengo miedo.

Compartimos miradas, en sus ojos podía ver un brillo que expresaba comprendimiento. Me acerque más a él, nuestros rostros quedaron a escasos centímetros el uno del otro, mi mirada bajo a sus labios, y como si fuera un reflejo, relamí los míos. 

- ¿Miedo de que? - pregunto, poniendo su mano en mi rostro. Sentí su tacto, sus manos estaban callosas y algo ásperas, pero, aún así, su tacto era tranquilizante.

- Miedo a perderte. - respondí, sentí un nudo formándose en mi garganta y mis ojos cristalizándose. Mierda, no quería llorar, y mucho menos frente a él - Miedo a arriesgar todo lo que e construido... Miedo a que la muralla caiga.

- Yo también. - expreso.

- ¿Qué? 

- Yo también. - repitió. En un movimiento rápido, me tomo con ambas manos de la cintura, poniéndome encima de él, mientras que él se sentaba en la cama.

- Aguni, te amo demasiado. - ¿Es normal que me traiga tan mal la manera en la que dice mi nombre?

Me atrajo más hacía él, con ambas manos me tomo del rostro y su respiración se volvió entrecortada - ¿Crees que eres la única así?, Joder, tú me hiciste esto. Es justo que tú te encargues de lo que causaste.

Mis latidos se aceleran cada vez más, mi respiración se iguala a la suya. Solo él podía hacerme sentir así, solo él.

Era jodidamente aterrador y emocionante al mismo tiempo.

Observe sus labios y él los míos. Ambos lo deseábamos. Ambos nos deseábamos.

- ¿Puedo ser tu novio? - la pregunta salió de sus labios de una manera embelesadora, tensando mi cuerpo.

A la mierda con todo.

Lo agarre del cuello de su camiseta, atrayéndolo más a mí, sus manos me sostuvieron de la cintura, apretujándome. Y finalmente, uní mis labios a los suyos.

Su olor, sus ojos, su mirada, sus labios, su cuerpo, él... 

Todo de él me gritaba que fuera hacía él, todo en él me enloquecía.

Nuestros labios bailaban un vals, yo tenía el control del baile, mientras que él se movía a mi compás. Tome sus manos y las lleve al colchón de la cama, aprisionándolo.

- Quiero todo de ti, Katsuki. Así que no te molestes en preguntar. - le respondí una vez cortado el beso. Sus labios estaban hinchados y su respiración aún más acelerada, si pudiera, le tomaría una puta foto.

Esa noche, acepte ser la novia de mi primer amor, Katsuki Bakugo.