«Un Amor Nacido Entre Rivales» Katsuki Bakugo x OC. (Traición #1)

prólogo.

Nunca espere nada de nadie.

Toda mi vida se había vuelto un abismo incontrolable de emociones sepultadas, la sed de control me desbordaba.

Rota; no conozco otra palabra que me describa de mejor forma.

Los días eran rutina, oscuridad infinita y desesperante.

Me estaba ahogando en un mar de emociones que se estaban desbordando, perdiendo el tan preciado control que tanto trabajo me había costado mantener.

Hasta que llegó él.

Con su sonrisa y alientos, me saco del agua en la que me ahogaba, drenándola.

"Todo estará bien..."

En cuanto esas palabras salieron de su boca, supe que no necesitaba a nadie más.

Solo quería a esa rubia explosiva.

Tal vez nunca supe que era concretamente el amor, tal vez, él era mi primer y ultimo amor.

Ella no para de llorar, cada grito era como si me clavaran un cuchillo al corazón. No pude hacer nada. La impotencia me recorrió de pies a cabeza, y con ella, la ira. 

¿De que sirvió tanto trabajo, si no pude salvarlas?

No podía hacer nada, solo abrazarla muy fuerte.

- Aguni, ¡Por favor, basta! - le grite. Ella me miro a los ojos. No, no otra vez. No soportaba verla sufrir así. Sus ojos azules lucían mas apagados que nunca, incluso desde que la conocí. ¡Sus ojos brillaron así por mi!, Las cosas no se pueden ir a la mierda tan... De esta forma.

- Bakugo... - no carajo, ¡No me llames por mi apellido!, Su voz se escuchaba quebradiza. Ya no se contenía, estaba sufriendo y no lo disimulaba - Dime que... Q-que no están muertas, Katsuki, dim-me que ellas siguen vivas... Dime que esto es un mal sueño. - no respondí. No sabia que hacer, me estaba desesperando -¡Vamos, despiértame!

Lo único que pude hacer fue abrazarla mas fuerte.

- Ellas están muertas, Aguni. Se han ido. - dije la verdad. Aguni agacho la cabeza y golpeo mi pecho con fuerza.

- ¡No!, ¡No, no, no. Es mentira!

Frene sus manos para evitar que me siguiera golpeando. Ella me miro otra vez, sus ojos solo mostraban la aflicción de su alma. Luego, su labio tembló y enterró su cara en mi pecho. 

No llores. No es momento de ser débil.

Tienes que ser fuerte.

Por ella.