«Un Amor Nacido Entre Rivales» Katsuki Bakugo x OC.

Capitulo 5.

"¿Por qué papá me toca de esa forma?"

"¿Por qué mamá no hace nada?"

"¿Por que me hace esto?"

"¿Por qué hace esos sonidos tan raros?"

"¿Por qué deja que otros hombres lo hagan?"

Esas eran las incógnitas presentes durante toda mi niñez. Podía escuchar la respiración acelerada de mi padre en mi cuello acompañada de esos sonidos raros que siempre hacia.

Sentía las lágrimas rodar por mis mejillas, en silencio.

Podía escuchar los ronquidos de mamá que estaba dormida en el sofá, inconsciente. O más bien drogada.

Podía sentir el dolor incesante cada vez que El Monstruo se movía.

¿Qué hice yo?

¿Hice algo malo?

¿Qué fue lo que les hice para que me hicieran esto a mi?

No lo sé.

Y tal vez nunca lo sepa.

Arise, miraba todo desde el sofá, llorando en silencio al igual que yo, aquella escena me rompió en corazón.

Sabia que, no hacía nada por qué eso solo significa una cosa: que le tocaría algo peor.

No poder ayudarla era algo que me dolía en el alma.

Impotencia y dolor. Solo eso sentía.

Moví los labios diciéndole un: "lo siento", ella lo entendió y giro la cabeza hacia otro lado.

Lo lamento tanto, mi niña hermosa.

Lo lamento tanto, mi pequeña...

Yo fui la que tuve que decir esas palabras, pero, ¿Quién me las dijo a mi?

Nadie se hizo cargo de mi.

Mi madre nunca me dio un abrazo.

Mi padre nunca me consoló.

Ninguno me protegió.

En lugar  de eso, fueron los causantes de mi sufrimiento. Pero, eso no significa que dejaría que ella sufriera lo mismo.

Y haré todo lo que esté a mi alcance para que ella no tenga que ser como yo.

Lo que sea, para que ella no viva atormentaba.

#

Voces.

Estaban por todos lados.

Agudas, temblando, entrecortadas.

Todas tenían algo en común.

Todas tenían ese aire de preocupación y melancolía que tanto me asquea, ¿Por qué?, sabía el por qué.

Abrí los ojos lentamente para acostumbrarme a las luces cegadoras.

Y hay estaba. En un hospital.

Cómo jode ese olor a pomada de viejito.

Kirishima, Mina, Loren y Katsuki.

- Carajo.- las miradas de esas tres personas en la habitación se posaron en mi.