Katsuki Bakugo.
Al abrir la puerta de mi cuarto siento la boca seca a pesar de recién haber tomado un vaso de agua.
Ella esta allí, sentada en mi cama con la postura erguida como la caracteriza. No importa las circunstancias, nunca se encorva ni agacha la cabeza. Su cabello esta despeinado, cayendo en ondas como cascadas en su espalda y hombros, sus ojos están profundamente hinchados, sus ojos azules brillan en contraste a la luz de la luna, su nariz, mejillas y labios están rojizos. Ha llorado mucho, y no sé como, pero se ve simplemente hermosa.
No dude ni un segundo al arrojarme a abrazarla. Su cuerpo se sentía caliente, su temperatura contrastaba bastante con la mía. No pude evitarlo y estampe mis labios contra los suyos.
Me voy a volver loco.
Esta mujer me tiene loco.
Sus labios son suaves y se mueven tal cual. Nunca me ha rechazado un beso, se siente igual que yo, sus labios me dan seguridad, estar con ella me hace sentir tranquilo y en paz. A veces me cuesta mucho creer que ella es real. Es tan hermosa como un ángel y tan perfecta como una obra de arte.
- ¿Estas bien, ojos azules? - le pregunte. Ella me mira a los ojos, notando que los suyos están cristalizados y niega con la cabeza.
- Es mi culpa, Katsuki. Por mi culpa la mataron, por mi culpa esta muerta. - Mi cara refleja confusión, ella saca su teléfono de su bolsillo y lo desbloquea, mostrándome una foto.
Es Mina, esta muerta y hay cortes en todo su cuerpo, desde la linea de su cuello hasta su pelvis, la mitad de sus brazos y piernas, esta ensangrentada y con moretones. El nudo en mi estomago se hace mas fuerte.
- Escúchame, no fue tu culpa. Estoy seguro de que no lo fue. ¿Qué fue lo que paso?
- E-ellos me ofrecieron unírmeles y yo me negué, secuestraron a mis hermanas como amenaza y no los sirvió, las rescate... Así que tomaron a Mina y la mataron. No fue solo una amenaza, de verdad lo hicieron. Fue mi culpa. Debí acompañarla a su casa, nunca debí a prender a limitar mi escucha, así la hubiera oído y la hubiera salvado - un sollozo sale de ella y me apresuro a envolverla en un abrazo fuerte, ella lo acepta y me abraza con la misma fuerza, enterrando su cara en mi pecho. Aprieto la mandíbula, molesto.
Parece que Mina no será la única que va a estar a nueve metros bajo tierra.
- Escúchame bien, ojos azules: tu no hiciste nada malo, nada de esto es tu culpa. Tu no controlas sus actos ni tampoco eres responsable de ellos. Mina esta muerta y duele su ausencia, lo sé, pero estoy seguro que ella te abofetearía por pensar esa ridiculez. - dije con firmeza aun manteniendo un tono de voz suave para que no se sintiera regañada o nada por el estilo.
- Duele, Katsuki, duele mucho. - solloza en mi pecho, acaricio su cuero cabelludo, algo que me había dado cuenta desde hace un tiempo que ayudaba a calmarla.
- Estoy aquí. Que no te duela solo a ti.
Después de que ella se desahogara, nos quedamos acurrucados en mi cuarto mientras ella comía un tarro de Nutella. Tenia unas enormes ganas de besarla imaginando el sabor de chocolate proveniente de su boca, pero me abstuve. No era el momento. Simplemente disfrute de la cercanía de nuestros cuerpos, de como su calor corporal calentaba mi cuerpo, de jugueteaba un poco con mi cabello haciendo pequeñas trenzas o de como, simplemente, me miraba fijamente con la cabeza levemente ladeada, siempre tenia ese gesto cuando estaba pensando en algo.
- ¿En que piensas? - le pregunto, posando mi mano en su mejilla y acariciándola con mi dedo pulgar. Ella cerro los ojos y acuno su rostro en la palma de mi mano. Me preguntaba como era que le podían gustar mis manos. No eran nada suaves como las de ella, estaban llenas de cicatrices y ásperas por el uso de mi don, pero siempre le gustaba que tuviera este gesto con ella.
- ¿Asumes que pienso en algo?
- Cuando estas pensando en algo siempre ladeas la cabeza. - solté el comentario sin pensar. Sentí como el calor se alojaba en mis mejillas y gire la cabeza par evitar que ella me viera así, aunque era inútil.
De repente, siento un beso en la mejilla. Es corto, y sé quien es la responsable, lo que intensifica mi sonrojo. Frunzo el ceño en señal de molestia. Me fastidia un poco que siempre haga eso cuando estoy así, pero mentiría si dijera que me molesta o algo parecido. De hecho, lo disfruto.
Después de un rato de silencio simplemente mirándonos, se me ocurrió una idea. Me levante de la cama y la lleve en brazos. La confusión en su rostro era clara al igual que el color rosáceo de sus mejillas.
- ¿Qué estas haciendo? - me pregunta, curiosa. Se remueve entre mis brazos, buscando una posición cómoda. No esta acostumbrada a este trato.
- Cierra los ojos. - ella, con duda, me obedece. Sé que puede saber exactamente que estoy haciendo solo escuchando, no me importa realmente. Quiero mostrarle algo.
La cargo como un saco de patatas en mi hombro, abro la ventana de la habitación y salto, sujetándome de una rama del árbol a un costado de la ventana, me asegure de agarrar con fuerza a Aguni para evitar que se callera.
Aguni Hamada.
Casi me estaba dando tres pre-infartos por sentir el agarre con fuerza de Katsuki en mi trasero.
Después de un sonido sordo y de sentir que Katsuki me dejaba en un suelo, abrí los ojos, mirando a mi alrededor.
Era el techo de su casa, el cual estaba algo sucio, pero nada alarmante. Lo importante era el cielo.
La luna estaba en su máximo esplendor en el cielo y brillaba con intensidad. Me quede maravillada contemplándola. Estaba llena, y sorprendentemente, la luz de la ciudad no impedia ver las estrellas. Eran hermosas.
Me quede mirando el cielo en silencio mientras sentía como Katsuki se sentaba a mi lado y me atraía hacia el tomándome de la cintura. Lo admito, me ponía muy nerviosa que él hiciera eso, y siento que justamente por eso él lo hace.
- ¿Crees que Mina nos este viendo ahora mismo? - pregunto él.
- Si lo hace, seguramente me nalguearía. - le respondí con una sonrisa.
El resto solo fue un silencio que fue llenado con el sonido de nuestros besos. Mañana iríamos a la guerra, debíamos prepararnos para todo lo que podría pasar.
Sé lo que la guerra le hace a la gente, no volveríamos a ser los mismos después de ella, si es que sobrevivíamos, así que quería disfrutar el poco tiempo que me quedaba antes de todo.
6 DIAS ANTES DEL INICIO DEL FIN.
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«Un Amor Nacido Entre Rivales» Katsuki Bakugo x OC. (Traición #1)
FanficElla es un cliché de libro. Alta, hermosa, lista y fuerte. Cualquiera que viera estas cuatro características diría que tenía una vida perfecta, ¡Qué vil mentira! Lo tenía todo para ser una villana, lo tenía todo para hacer que el mundo estuviera a s...