«Un Amor Nacido Entre Rivales» Katsuki Bakugo x OC. (Traición #1)

Capitulo 65.

- ¿Aguni?

Mierda.

Mierdaaaa.

Re contra mierda.

Tu cállate.

Uy.

De todas las personas que quisiera ver en el mundo, ¿Ella?

¿Debería darme tanto asco que haya salido de su vagina?

Me gire lentamente, casi como niña del exorcista, solo para contemplar a quien, suponía, era mi madre.

- ¿Hija?

Y su cabello estaba completamente blanco, como el mío.

Sus ojos están vidriosos. Esta apunto de llorar, y me siento de la mierda porque no me importa ni un poco.

- Hola, Lilith.

La mención de su verdadero nombre hace que se tense de pies a cabeza. Sabe que sé la verdad.

Katsuki, que esta con su nuca recostado entre mis piernas y ambos acostados en la cama, mira a mi madre que acaba de entrar en el cuarto de hospital. Esta agitada. Escapo del asilo.

- Murieron. - Dije con una simpleza totalmente fingida. No tengo ni la menor idea de como lo dije sin llorar al instante.

- ¿Quienes? - Preguntó con una mezcla de confusión y cautela.

- Arise y Alice Hamada, Lilith.

De repente queda en blanco de la impresión. No hago ni una sola mueca o reacción. Quiero fingir que no me importa. Quiero fingir que no me duele.

- ¿Cuál es tu nombre completo, Lilith?

Una lagrima resbala por sus mejillas, ella no se molesta en secarla. Solo intercala su mirada entre mi y Katsuki, a quien le acaricio el cabello con la yema de mis dedos. Es suave y... Relajante.

- Cuando era joven, conocí a All for one. - empezó - Era alguien muy ambiciosa, Aguni. Era soberbia y orgullosa. Y me embriague con todo el poder que él me dio y ofreció. Estaba genuinamente enamorada, y un día, naciste tú.

Otra lagrima.

- De verdad creí que todo mejoraría contigo porque él era frio y duro conmigo. Creí que... Cambiaria.

Él es una imbécil y tú una tonta.

- Un día, simplemente desperté en Rusia contigo y con... Él.

Silencio.

- Tu padre nos vendió a ti y a mi. Mi nombre completo es Lilith Trovi Benavent.

Silencio. Mire a Katsuki, que parecía pensativo. Apretó mis muslos, dándome conforte.

- Quédate con la casa. - Le espeto con sequedad.

- ¿Que?

- Quédate con mi casa. No creo que valla a usarla en un tiempo. Solo hay una condición: no entres a mi cuarto. - ordeno con voz frívola.