«Un Amor Nacido Entre Rivales» Katsuki Bakugo x OC.

Capitulo 50.

- ¿Te gusta?

- Esta bien.

- ¿Segura?

- Si.

El maestro, y ahora padre adoptivo Aisawa suspiro con cansancio con mis respuestas.

- Dime si necesitas algo, estaré en la cocina.

- Mmh.

Solté todo el aire que había estado reteniendo en mis pulmones cuando Aisawa salió del cuarto, contemple este, sintiéndome indiferente.

Escuchaba a Alice y a Arise en sus respectivas habitaciones acomodando sus cosas, ya yo había terminado, había dejado la mayor parte de las cosas en la Heigths Alliance, simplemente me estaba acomodando.

Supongo que ya tenía donde ir el fin de semana.

Con cansancio, me tire en la cama. Era suave y cómoda, pero aun tenia ese olor a recién comprada.

No podía evitar sentir que este no era mi hogar, la única razón por la que estoy aquí son mis hermanas, por mi titulo de héroe. Ni siquiera podía contárselo a Katsuki, por alguna razón, estaba molesto. Aun me duele el trasero del golpe que me di cuando me empujo de la cama.

Solo me quedaba Mina.

Tome mi teléfono y la busque entre mis contactos, presione "llamar" y espere su respuesta, tal cosa nunca llego. Debe estar con Eijiro, supongo.

Suspire.

Esto es una mierda.

Escuche a Arise acercarse al cuarto, no tenía ganas de levantarme, pero lo hice y abrí la puerta para verla.

- ¿Tienes hambre?, Shouta hizo sándwiches, le dije que yo te los daba y así no pensabas que tenían veneno para ratas.

Sonreí mientras solté una risa nasal, ella me extendió el plato de comida que llevaba consigo donde reposaban dos sándwiches, los tome y sentí un leve calor emanando de ellos. Le di una mordida, no sabia tan mal.

- ¿Alice donde esta?

- Esta jugando con uno de los gatos de Shouta.

Note que a mi maestro le gustaban los gatos, había algunos que llegaban y él los alimentaba, y tenía dos, Watage y Hi-ge. Watage era una gata gorda de color marrón y algunas manchas blancas, tenía los ojos color verde, y Hi-ge era un gato naranja con ojos azules muy bonitos. No me sorprendía que Alice estuviera jugando con ellos, ella amaba a los gatos.

- Ya veo. - respondí - ¿Qué hay de nuevo en la escuela?

- Nada nuevo. 

- ¿Ya hiciste tu tarea?

- Si.

- Bien.

Me incline levemente y le di un beso en la frente.

- Te quiero.

Ella sonrió.

- Yo también.

Arise Hamada.

- Te quiero.

Sonreí.

- Y yo a ti.

Aguni entro a su cuarto y yo baje al primer piso, viendo a aquel señor con aspecto poco organizado.

No me parecía un mal hombre, pero no creo que este preparado para ser padre. Talvez seria como cuando iba con los otros padres, simplemente no debo encariñarme.