Sabía lo que estaba por venir, sin embargo, no estaba preparada para nada en absoluto.
¿Qué estaba pensando cuando decidimos hacer eso?
Max estaba luchando por su cuarto campeonato, completamente enfocado en su carrera, y ahora, mi preocupación era esa prueba de embarazo que sostenía en mis manos.
Jamás creí que fuera posible, lo de nosotros era solo diversión, nada más. Con nervios, volteo la prueba y es evidente: Embarazada. 2-3 semanas.
Derrotada me siento en mi cama, e inevitablemente las lágrimas comienzan a caer por mi rostro, ¿qué le iba a decir al rubio? Ni siquiera éramos una pareja estable, yo no conocía a su familia, él no conocía a la mía, para el resto del mundo éramos dos personas muy aparte, pero nadie, excepto yo, sabía que había algo nuevo ahora que nos unía mucho más.
Me parecía cruel estar en esa situación y tan siquiera pensar en no tener al bebé, pero, era la mejor opción, así Max no tendría por qué darse cuenta.
No tenía a nadie a quien contarle sobre mi situación, me sentía tan sola. Sabía que Max estaba en la ciudad, pero tan solo pensar en su nombre me daban ganas de vomitar. Antes de que pudiera seguir pensando el timbre del apartamento suena, extrañada, escondo la prueba de embarazo en mi mesa de noche y corro a abrir.
El rubio sostiene un ramo de flores en sus manos, lo extiende hacia mí y entra al apartamento.
-Max, que sorpresa.- Le digo sintiendo la arcada en mi garganta.
-Perdón por llegar así, después de esta semana tan agotadora necesitaba estar aquí, contigo.- Confiesa, yo le sonrió.
-Me enteré que tienes casi un mes de vacaciones, ¿te quedarás en la ciudad?- Le pregunto mientras pongo el ramo en el florero.
-En realidad... creía que podríamos viajar, tú y yo.- "y el bebé" pienso.
-Max... yo no sé si eso sea buena idea. Últimamente me he sentido enferma, no quiero que pases tus vacaciones cuidando de mí.- Miento.
-¿Qué tienes? ¿Por qué no me lo habías dicho?- Pregunta con preocupación.
-Malestar y poco más, con algunos días más en casa me voy a recuperar.
-No hay problema, me puedo quedar aquí, si no te incómoda.- Dice, yo maldigo en mi interior, ¿acaso no pensaba rendirse?
-Claro que no me incomoda, ¿quieres ver una película?- Le pregunto cambiando el tema de conversación, creía que en algún momento se me saldría el secreto.
-Vamos.- Dice tomando mi mano y llevándome a la habitación.
Cómo por coincidencia, la maldita película está llena de bebés y mujeres embarazadas, ¡parece un documental de embarazo!
-Creo que no me gustó la película.- Le digo al rubio.
-¿No te gustaron los bebés? Súper tiernos.- Exclama. -¿Sabes? Sé que sonará raro, pero creo que serías una bonita embarazada.- Dice, yo trago fuerte.
-Max, ¿qué cosas dices?- Le pregunto con una risa.
-Enserio.
Max toma mi rostro y deja un suave beso en mis labios, yo lo recibo con gusto. Sus manos bajan a mi abdomen acariciándolo lentamente, yo contengo mi respiración ante el estímulo.
-Tengo que ir al baño.
¿Por qué nadie me había dicho que vomitar frente al hombre de mis sueños iba a ser tan vergonzoso?
Max sostenía mi cabello en una coleta improvisada, y daba caricias en mi espalda mientras yo no me despegaba de la taza del baño.
[...]
Si creía que Max no se iba a preocupar ante mi estado, estaba muy equivocada. No paraba de bombardearme con búsquedas de Google, incluso, había insinuado miles de veces en ir al hospital, yo me negaba.
-Quiero tacos.- Exclamó a la nada.
-¿Tacos?
-Sí, tacos.- Digo.
-Voy a pedir unos, tranquila.- Exclama yendo por su teléfono.
Me quedo sola en la habitación, abro el cajón de la mesa de noche y saco el aparato azul y blanco que aún marca positivo. Lo acaricio con mis dedos al igual que mi abdomen. Suspiro con pesadez y voy hacia la sala con una decisión tomada.
-Max, tengo que hablar contigo.- Digo llamando sus atención.
-¿Estás bien?- Pregunta acariciando mis mejillas.
-Estoy embarazada.
Silencio. La casa se queda en silencio, un par de ojos azules miran la prueba que tengo en mis manos, la analizan como si fuera de otro planeta, y realmente no puedo culpar su cara de disgusto, sé que lo arruine todo.
-Pero no te preocupes, yo... yo no lo voy a tener.- Aclaro, ahora su expresión es peor.
-¿Hace cuánto lo sabías?- Pregunta tomando la prueba con su mano.
-Hace una semana.- Le confieso.
-Realmente no sé qué decir, nunca me imaginé esto...
-No tienes nada que decir, ya te dije, no lo voy a tener.- Le recuerdo.
-¿Por qué?- Pregunta, yo alzó una ceja.
-¿Por qué qué?
-¿Por qué no lo quieres tener?
-Max, ni siquiera somos pareja, tú pasas la mayor parte de tu tiempo en tu trabajo, esto así no funcionaria.- Exclamo con algo de tristeza.
-Estoy dispuesto a dejar mi trabajo solo por tí, por ustedes.- Dice, mis ojos se llenan de lágrimas.
-No voy a privarte de trabajar, Max. Está situación es surreal... ni siquiera debí decírtelo.
-Pero me lo dijiste, y si tú preocupación es que no seamos pareja, podemos cambiar eso ahora mismo.- Exclama.
-¡No me entiendes! No quiero que lo seamos solo por obligación, creí que iba a ser diferente...- Grito con frustración.
-No estoy haciendo esto por obligación, yo te amo. Desde hace meses que eres mi prioridad, mi deseo, y ahora estar conectado contigo de esta manera es mi impulso a confesarte mis sentimientos.- Dice, yo me aferro a su pecho cuando las primeras lágrimas empiezan a salir.
-Tengo miedo.
-Vas a ser la mejor mamá.
Y el paso del tiempo solo pudo confirmar eso. La noticia dio un impacto a los medios, Max Verstappen iba a tener un hijo a sus 27 años de edad, con una completa desconocida.
Ahora no era nada raro ver a la pareja del rubio andar por el paddock con su gran estómago de embarazo, y tampoco era nada raro ver al neerlandés completamente sumiso ante las súplicas de su mujer.
[...]
creo q no me gustó 😔
Oigan vvs, ¿a uds les caen bien todas las wags?
Por mi parte, creo que sí (menos la abuela K👿) aunque, si hay como unas actitudes de ciertas personitas que dejan mucho que pensar.
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One Shots || Fórmula 1
FanficHistorias cortas de todo tipo con nuestros amados pilotos.