El sol apenas comenzaba a asomarse cuando Mori y Kukuzawa yacían plácidamente dormidos en su habitación. El silencio reinaba en la casa. Mori estaba sumido en un profundo sueño cuando de repente sintió un golpe en la cabeza que lo hizo despertar.
Con los sentidos alerta, Mori se incorporó rápidamente, su corazón latiendo con fuerza debido al susto. Parpadeó varias veces, tratando de enfocar su visión aún nublada por el sueño, y se encontró con la sorpresa de un cangrejo de peluche sobre su cama. Confundido, buscó con la mirada al responsable de aquel objeto inesperado y encontró a Dazai parado junto a la cama, observándolo con atención y sin parpadear.
Mori frunció el ceño, todavía medio aturdido por la sorpresa. — ¿Osamu? ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó, mientras se frotaba la cabeza donde había recibido el golpe. Dazai mantuvo su expresión imperturbable — Tienes que levantarte, papá. Es hora de ir a la guardería — dijo con voz seria.
Mori miró hacia el reloj en la mesita de noche y vio con sorpresa que apenas eran las 5 de la mañana. La guardería no abría hasta las 9. — Osamu, aún es muy temprano — respondió Mori, tratando de contener un bostezo. — ¿Podemos dormir un poco más?.
Sin embargo, la respuesta de Dazai fue un puchero enojado. — ¡Pero Chuu me está esperando! — exclamó, con un tono de voz que revelaba su frustración. Mori arqueó una ceja, confundido. — ¿Chuu? ¿Quién es Chuu? — preguntó, mientras intentaba recordar si había oído ese nombre antes.
La expresión de Dazai se iluminó con una sonrisa — ¡Chuu es mi mejor amigo! Si no voy temprano, él se pondrá triste — explicó, con una mezcla de emoción y preocupación en su voz.
Mori suspiró resignado, recordando al niño pelirrojo que le habia quitado la atencion de su bebe. — Ah, ya recuerdo a Chuu — murmuró
Mori suspiró, sabiendo que su hijo era terco y que no cambiaría de opinión fácilmente. Miró hacia su esposo, quien aún dormía plácidamente, y luego volvió su atención a Dazai. Con resignación, decidió levantarse y cargar a su hijo hacia su habitación, pasándole su peluche para consolarlo.
Después de un rápido baño y cambio de ropa, Mori preparó el desayuno, unos panqueques en forma de cangrejo, el favorito de Dazai. Mientras el niño comía con entusiasmo, Mori luchaba contra el cansancio que lo invadía después de ser despertado tan temprano.
Al terminar de comer, Mori llevó a Dazai al baño para cepillarse los dientes, pero el niño parecía más interesado en irse a la guardería que en seguir la rutina matutina. Después de un ligero forcejeo, Mori logró convencer a Dazai de que terminara de cepillarse, pero su hijo seguía ansioso por salir de casa.
Finalmente, llegó el momento de partir hacia la guardería. Mori observó el reloj en la sala y notó que apenas eran las 6:30 de la mañana. — Es muy temprano, Osamu — le dijo, tratando de aplacar la impaciencia del niño. — ¿Por qué no vemos un poco de televisión mientras esperamos?
Dazai frunció el ceño y negó con la cabeza. — No quiero ver televisión, quiero irme ya — respondió. Mori suspiró nuevamente, comprendiendo que persuadir a Dazai sería una tarea difícil esa mañana.
Después de algunos intentos fallidos de entretener a Dazai, finalmente encontraron un programa de dibujos animados que captó su interés. Mori se sentó junto a él en el sofá, luchando contra el sueño que amenazaba con vencerlo en cualquier momento.
Mori no aguanto mas y se quedo dormido hasta que sintió el suave peso de una manta cubriéndolo. Entre parpadeos somnolientos, distinguió la figura de su esposo, Fukuzawa, inclinándose sobre él le dio un beso cálido en la frente.
– Hoy llevare a Osamu a la guardería. Tú descansa un poco más — dijo Fukuzawa con suavidad, acariciando el cabello de Mori.
Mori asintió con gratitud, y otra vez se durmio.
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All my life (Soukoku)
FanfictionEl amor que se tienen Chuuya y Dazai es tan dulce y puro. *las imágenes no son mias*