Chuuya observaba con ternura cómo Dazai cargaba a Ranpo y jugaba con él en el parque. Ranpo era increíblemente apegado a Dazai, por lo que cuando no estaba cerca, el pequeño empezaba a llorar. Mientras Dazai entretenía a Ranpo, Chuuya se dedicaba a tomar fotografías, capturando cada momento de felicidad entre ambos hermanos.
Ranpo intentaba hablar, pero solo lograba emitir balbuceos adorables que sacaban sonrisas tanto a Chuuya como a Dazai. Después de un rato de juego, Dazai decidió que era hora de irse.
— Creo que sería mejor que nos vayamos a casa, está empezando a hacer frío — dijo Dazai mientras volvía a colocar a Ranpo dentro de la carreola.
Chuuya asintió y guardó su celular. Caminaron juntos, pasando por una pastelería en el camino, donde compraron algunos postres y dos bebidas calientes para combatir el frío invernal de camino a casa.
Al llegar a casa, fueron recibidos por Fukuzawa. — ¿Cómo les fue?
— Bien — respondió Dazai, mientras Chuuya sacaba a Ranpo del cochecito, dormido y acurrucado en sus brazos. Dazai guardaba la carreola en la entrada.
Chuuya entregó a Ranpo a Fukuzawa. —Vayan a la cocina, Mori preparó chocolate caliente — anunció Fukuzawa mientras se dirigía a la habitación de Ranpo.
Dazai siguió a Chuuya hacia la cocina, donde el cálido aroma del chocolate caliente llenaba la habitación.
Chuuya y Dazai se sentaron a la mesa, mientras Mori les servía una taza de chocolate caliente junto con unas galletas.
Mori se sentó frente a ellos y les preguntó. — ¿Cómo les fue en su paseo?. — Chuuya fue el primero en responder, con una sonrisa animada en el rostro.
— Fue un paseo muy divertido. — comenzó Chuuya, tomando un sorbo de su chocolate caliente. — Tomé varias fotos de Osamu y de Ranpo — añadió.
Mori asintió con una sonrisa. — Me encantaría verlas. — respondió. — ¡Asegúrate de enviármelas luego!
Chuuya asintió con entusiasmo. — ¡Por supuesto! Le enviaré las mejores. — prometió.
La conversación continuó hasta que el tiempo pasó y se hizo tarde. Con la nieve cayendo afuera, Chuuya decidió que sería peligroso regresar a casa, así que optó por quedarse en la casa de Dazai. Se puso el pijama y se metió en la cama, tratando de encontrar algo de calor en medio del frío invierno.
A los pocos minutos, Dazai llegó, también con su pijama puesto, y se acostó junto a Chuuya. Sin dudarlo, Chuuya lo abrazó, buscando su calor.
— ¿Estás cómodo, Chuuya? — preguntó Dazai, preocupado por el bienestar de su novio. — ¿Necesitas otra manta?
Chuuya negó con la cabeza y respondió: — Estoy bien así.
Dazai lo abrazó con más fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo junto al suyo. Comenzó a besar el cuello de Chuuya suavemente, disfrutando de la cercanía.
Chuuya cerró los ojos, disfrutando de cada beso y caricia. Se sentía seguro y amado en los brazos de Dazai.
Al separarse, Chuuya miró a los ojos de Dazai y dijo con sinceridad. — Te amo, Osamu.
Dazai le devolvió la mirada con ternura y respondió. — Yo también te amo, Chuuya. — antes de volver a besar sus labios con pasión.
Chuuya se despertó con suavidad, los rayos del sol filtrándose por la ventana. Al notar a Dazai abrazándolo, le dedicó una sonrisa y se separó con delicadeza, plantándole un dulce beso en la frente antes de levantarse de la cama. Sobre su pijama, se puso una gruesa chaqueta que encontró cerca, que pertenecía a Dazai, y se dirigió hacia la sala.Allí, encontró una escena familiar: su madre, Kouyou, sostenía a Ranpo entre risas, mientras Fukuzawa y Mori conversaban animadamente. Chuuya se sorprendió al ver a su madre allí y preguntó con curiosidad — ¿Qué haces aquí?
Kouyou lo miró con una cálida sonrisa y respondió — Hola, querido. Solo vine a ver al pequeño Ranpo. Hace mucho que no lo veo.
Chuuya asintió comprensivamente, entendiendo el deseo de su madre de pasar tiempo con el pequeño Ranpo. Luego, Mori intervino y le ofreció cocinar algo para Chuuya, pero este declinó amablemente.
— No se preocupe, puedo prepararme algo yo mismo — dijo Chuuya con una sonrisa. Se dirigió hacia la cocina, dejando a los demás en la sala.
Una vez en la cocina, Chuuya buscó entre los ingredientes disponibles y decidió hacerse unos huevos revueltos con tostadas. Mientras cocinaba, su mente divagaba, pensando en lo afortunado que era de tener una familia tan amorosa y un novio como Dazai.
Terminó de preparar su desayuno y sirvió en dos platos.
Chuuya entró suavemente en la habitación de Dazai, llevando una bandeja con el desayuno. Dazai ya estaba despierto, sentado en la cama, esperando con una sonrisa.
— ¡Buenos días, Osamu! — saludó Chuuya, colocando la bandeja sobre la mesita cerca de la cama. — Es hora del desayuno.
Dazai le devolvió la sonrisa y agradeció — Gracias, Chibi.
Se sentaron juntos en la cama mientras disfrutaban de su desayuno, compartiendo anécdotas y risas.
Jamás se cansaban de hablar, siempre tenían un tema de conversación, a pesar de tener personalidades muy distintas en cierto punto se complementaban.
Ese era uno de los motivos por lo que su relación era muy sólida.
Me pone muy feliz saber que les está gustando mucho la historia 🥰 y gracias por esos mensajitos muy bonitos que me escriben. De verdad muchas gracias 💞
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All my life (Soukoku)
FanfictionEl amor que se tienen Chuuya y Dazai es tan dulce y puro. *las imágenes no son mias*