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Dazai suspiró sentado en el césped, observando cómo Chuuya se movía con agilidad y destreza por la cancha de baloncesto. Los amigos de Chuuya también corrían de un lado a otro, pero sus movimientos parecían torpes en comparación con la elegancia natural del pelirrojo.

Estaban en su último año de escuela y tenía la suerte de que estuvieran otra vez en el mismo salón junto a Chuuya. Apenas hace dos días había sido su aniversario con el pelirrojo, cumpliendo un año de ser novios, y deberían estar felices, pero Chuuya se encontraba molesto con Dazai.

El pelicastaño volvió a suspirar, y Fyodor, quien pasaba cerca, se dio cuenta y se sentó a su lado. — ¿Problemas con tu novio?

Dazai negó con la cabeza, intentando mantener su habitual aire despreocupado.

Fyodor levantó una ceja y comentó — Se nota demasiado, Chuuya lleva horas ignorándote. ¿Qué pasó? Tal vez yo pueda ayudarte.

Dazai miró de reojo a Fyodor. —  Chuuya tiene motivos para estar molesto.

Fyodor,  le preguntó con curiosidad — ¿Qué hiciste ahora?

— Pues hace dos días era nuestro aniversario — comenzó Dazai — Chuuya se veía muy emocionado y acordamos reunirnos en su casa para celebrarlo. Llegué a mi casa y todavía era temprano para la hora acordada, y sin querer me quedé dormido. Él estuvo esperando varias horas y al no verme llegar, vino a mi casa y me encontró dormido. Solo dejó el regalo y se fue.

Fyodor lo miró con diversión . — Si Chuuya dejó tu regalo, supongo que no está tan molesto. ¿Ya intentaste disculparte con él?

Dazai asintió. — Sí, fui ayer a su casa, pero no me quiso ver.

En ese momento, Chuuya pasaba por allí. Dazai levantó la mirada y le sonrió al pelirrojo, pero Chuuya solo lo ignoró, manteniendo su mirada al frente y caminando sin detenerse.

Fyodor observó la escena. — Sí, parece estar muy molesto. Pensé que eran celos ya que hay varios chicos y chicas del primer año que están aprovechando para confesarse.

— Ese no es el problema, además, también le persiguen a el. — dijo Dazai con molestia.

Fyodor estaba a punto de responder, pero Dazai lo interrumpió. — Hablamos después — dijo, levantándose rápidamente y dirigiéndose hacia Chuuya.

— Chuuya, ¿Podemos hablar? — pidió Dazai, alcanzando al pelirrojo que estaba tomando agua después del partido.

Chuuya suspiró, cansado. — Está bien.

Dazai tomó delicadamente la mano de Chuuya y lo llevó a un lugar más apartado, lejos del bullicio de la cancha.

— Perdón por dejarte plantado. — comenzó Dazai con sinceridad en su voz. — Sé que ese día era muy especial para ambos, y no tengo excusa válida para lo que hice.

Chuuya lo miró con una mezcla de tristeza y enojo. — Osamu, ya había  organizado lo que haríamos ese día. Había decorado mi habitación y hasta cocinado algo especial para nosotros.

Dazai tomó las manos de Chuuya, apretándolas suavemente mientras decía repetidas veces " Lo siento, lo siento mucho".

Chuuya hizo un puchero, tratando de mantener la compostura. — No estoy molesto ya, pero ese día era muy importante para mí. Por un momento, creí que no te importaba.

Dazai sintió una punzada de dolor en su corazón al escuchar esas palabras. Tomó el rostro de Chuuya entre sus manos, acariciándolo con ternura. — Te juro que te lo voy a recompensar. Haré todo lo que quieras.

All my life (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora