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Dazai miró la hora y se dio cuenta de que ya era tarde.

— Tengo que irme. —  dijo, levantándose de la mesa.

Dazai le dio un beso de despedida en los labios. Fyodor, al verlos, hizo un pequeño puchero — No coman frente a los pobres. — luego, murmuro —Yo también quiero un novio.

Dazai sonrió — Entonces, búscate uno.

Chuuya rió y le dio un abrazo rápido a Dazai antes de que se fuera.

— Nos vemos despues, cariño. —  dijo Chuuya, sonriendo.

— Cuidate — respondió Dazai, devolviéndole la sonrisa antes de salir de la cafetería.

Luego de que Dazai se fue, Chuuya se volvió hacia Fyodor.

— Vamos, anémico. Levántate, iremos a buscar a Nikolai.

Fyodor asintió, levantándose con un suspiro.

— Yo te sigo, enano.

Los dos se pusieron en marcha, buscando a Nikolai por los pasillos de la escuela. Finalmente, lo vieron que ya estaba por irse. Chuuya se acercó rápidamente y lo llamó.

—  ¡Nikolai! ¿Quieres salir con nosotros? — dijo, señalando a Fyodor que se acercaba.

Al ver a Fyodor, Nikolai casi perdió la respiración, poniéndose notablemente nervioso.

— Ehm... —  murmuró Nikolai, incapaz de articular una respuesta clara, sus ojos moviéndose entre Fyodor y Chuuya.

Fyodor, notando la incomodidad de Nikolai, le hizo una pregunta directa.

— ¿Te gustaría ir a comer con nosotros? — preguntó Fyodor, su voz tranquila y serena.

Antes de que Nikolai pudiera responder, Chuuya lo tomó del brazo con una sonrisa cómplice.

— Claro que va a ir. — dijo Chuuya.

Nikolai, aún nervioso, asintió lentamente, incapaz de negar la invitación en esas circunstancias.

— E-está bien. —  dijo finalmente.

Fyodor sonrió levemente y Chuuya soltó una pequeña risa triunfante.

— Perfecto, entonces vamos. — dijo Chuuya, dirigiéndose hacia la salida.

Al terminar de comer, se dirigieron a una sala de videojuegos cercana, donde ganaron algunos premios

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Al terminar de comer, se dirigieron a una sala de videojuegos cercana, donde ganaron algunos premios. Fyodor iba hablando de cualquier cosa mientras caminaban hacia sus casas, y Nikolai lo miraba como si estuviera diciendo lo más interesante del mundo.

Desde que el peliblanco superó su vergüenza, se la pasó tratando de llamar la atención de Fyodor. Chuuya los observaba en silencio, preguntándose si así se sentían los demás cuando él estaba con Dazai.

Lo bueno es que Nikolai no se ahogó con la comida.

Al llegar a una intersección, Fyodor se detuvo y señaló una calle. — Yo me voy por aquí.

All my life (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora