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Dazai observaba a Chuuya desde la ventana del salón de clases. Había terminado su examen hace rato, y ahora miraba con interés cómo Chuuya ayudaba al club de atletismo. Chuuya, por su parte, se había sentado en el césped, visiblemente cansado después de correr varias vueltas alrededor de la pista.

Dazai sonrió para sí mismo, su novio era muy lindo. De repente, vio a Fyodor acercarse a Chuuya con una botella de agua. Fyodor también había venido a ayudar, aunque su tarea era menos agotadora: solo tenía que distribuir agua a los estudiantes.

— Hola, Chuuya — dijo Fyodor, entregándole la botella. —  Pareces agotado.

Chuuya tomó la botella y bebió un gran trago antes de responder. — Gracias, Fyodor. Sí, he corrido bastante hoy.

Fyodor se sentó junto a Chuuya en el césped y miró hacia la ventana del edificio escolar. — ¿Sabías que tienes un acosador?

Chuuya levantó una ceja, sorprendido. -¿Un acosador? ¿De qué estás hablando?

Fyodor hizo un gesto con la cabeza hacia la ventana donde estaba Dazai. — Mira allí.

Chuuya siguió la dirección que Fyodor señalaba y vio a Dazai observándolo desde la ventana. Una gran sonrisa se extendió por su rostro y levantó la mano para saludarlo.

— ¡Osamu! — gritó, feliz de verlo.

Dazai levantó la mano y saludo.

— ¡Qué lindos se ven! — dijo Nikolai, quien estaba sentado detrás de Dazai. — Por eso son la envidia de todo el colegio.

El profesor, que estaba vigilando el aula desde su asiento le lanzó una mirada severa a Nikolai. — ¡Silencio, Nikolai! Estamos en examen.

Nikolai hizo una mueca, pero levantó las manos en señal de rendición. — Sí, sí, ya me callo.

Dazai se rió entre dientes y volvió a mirar por la ventana, disfrutando de la vista de Chuuya descansando en el césped.

Nikolai se inclinó hacia Dazai, susurrando en voz baja. — Dazai, ¿Cuál es la respuesta de la raíz cuadrada de 24?

Dazai, sin dejar de ver a Chuuya, susurró de vuelta. — 4.89.

Nikolai asintió, anotando la respuesta en su examen. Pero de repente, Dazai frunció el ceño y volvió a analizar la pregunta.

— Espera un momento — murmuró, mirando a Nikolai — En la prueba no hay ninguna raíz cuadrada de 24.

— ¡Mierda! — Nikolai rápidamente borró lo que había escrito.

Dazai lo miró con diversión. — ¿Por qué me preguntas eso? ¿No tienes una calculadora?

Nikolai negó con la cabeza, aún concentrado en borrar su error. — No, la olvidé en casa.

Dazai suspiró, sacando su propia calculadora y pasándosela a Nikolai. — Aquí, usa la mía.

El maestro, que estaba sentado en su escritorio observando la escena, no dijo nada. Ya estaba harto de corregirles y había decidido que, mientras se mantuvieran en silencio, no interferiría. Pronto se jubilaría y no quería complicarse la vida en sus últimos días de enseñanza.

 Pronto se jubilaría y no quería complicarse la vida en sus últimos días de enseñanza

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All my life (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora