22

131 17 8
                                    


Chuuya observaba a su novio guardar sus cosas. Ya había llegado el receso y estaba un poco sonrojado. Decidido, se acercó más a Dazai y dejó dos cajas de comida en la mesa frente a él.

— Aquí tienes — dijo Chuuya, tratando de ocultar su nerviosismo.

Dazai sonrió y abrió una de las tapas, revelando una apetitosa comida. — ¿Lo cocinaste tú? — preguntó, mirando a Chuuya con ojos curiosos.

El rostro de Chuuya se sonrojó aún más y asintió tímidamente. — Sí... Pensé que te gustaría.

Dazai se inclinó y le dio un beso en la mejilla. — Gracias, Chuuya. Se ve delicioso.

Chuuya se sentó junto a él, aliviado por la reacción positiva de Dazai. — ¿Quieres comer aquí o prefieres salir? — preguntó, aunque su tono dejaba entrever que prefería la segunda opción.

Dazai miró a su alrededor, considerando la pregunta. — Aquí está bien. Además, hay algunas cosas que debemos de repasar.

Chuuya hizo un puchero, su rostro reflejando un claro descontento. — Ya me aburrí de estudiar, Osamu. Llevamos días estudiando sin parar.

Dazai no pudo evitar reír ante la expresión de su novio. — Bien, solo por hoy descansaremos — dijo, cediendo ante el encanto de Chuuya.

Chuuya sonrió ampliamente. — ¡Genial! Vamos a disfrutar de la comida entonces.

Chuuya estaba a punto de darle el primer bocado a su comida cuando uno de sus compañeros mencionó que alguien lo estaba buscando. Hizo un puchero molesto y se levantó y se inclinó y le dio un beso en la mejilla a Dazai.

— Ya vuelvo — dijo con un tono de resignación.

Dazai asintió, aunque no pudo evitar sentir una ligera molestia. — No te tardes.

Chuuya salió del aula y se encontró con un chico que, por su aspecto, claramente era de primer año. Con un suspiro de molestia, se acercó al joven.

— ¿Qué quieres? — preguntó Chuuya, tratando de mantener la calma.

El chico, nervioso, lo miró — ¿Puedes acompañarme? Tengo algo importante que decirte.

Chuuya suspiró de nuevo, sabiendo perfectamente lo que venía. Sin embargo, decidió seguirlo para no armar un escándalo en medio del pasillo. Caminaron hasta un rincón más apartado, donde el chico finalmente se detuvo.

— Me gustas, Chuuya-san — dijo el chico, temblando ligeramente. — Por favor, sal conmigo.

Chuuya lo miró con aburrimiento y respondió sin titubear. — No, tengo novio.

El chico no se desanimó — Al menos una cita, por favor.

Chuuya negó con la cabeza. — No. No estoy interesado.

La insistencia del chico se volvió más intensa. Tomó el brazo de Chuuya y suplicó. — Por favor, dame una oportunidad. Sal conmigo y después decide quién es mejor.

Chuuya se zafó del agarre bruscamente. El chico no se dio por vencido y, en un tono desafiante, dijo — Al menos una salida como amigos... ¿O tu novio no te deja?

Ese comentario claramente molestó aún más a Chuuya, quien, sin pensarlo, agarró al pobre joven del cuello y lo empujó contra la pared. — ¿Qué dijiste imbécil? — gruñó Chuuya.

— Para empezar, Osamu no me prohíbe nada, así que deja de hablar estupideces. Si no acepto es por respeto a MI novio. No saldré con un idiota que está interesado de manera romántica en mí. Y en segunda, entiende que es un no. Si no quieres que yo mismo te rompa los huesos, deja de insistir, idiota.

Chuuya lo soltó bruscamente, lo que hizo que el joven cayera al piso, temblando de miedo. Nunca había visto al pelirrojo de esa manera; siempre se veía como alguien calmado y tierno. Ahora entendía que Chuuya podía ser realmente aterrador cuando se enojaba.

—  Lo... lo siento — balbuceó el chico, retrocediendo mientras se arrastraba por el suelo. — No... no volverá a pasar.

Chuuya lo miró con desdén antes de darse la vuelta y marcharse. Caminó de regreso al aula, tratando de calmarse antes de enfrentarse a Dazai. No quería que su novio viera lo alterado que estaba por culpa de ese chico.

Al ingresar al aula, Chuuya vio a Dazai mirando por la ventana, perdido en sus pensamientos. Se acercó a él con suavidad y lo abrazó por detrás, apoyando su barbilla en el hombro de su novio.

— ¿Qué pasa? — preguntó Chuuya en un susurro.

Dazai suspiró y respondió — Tengo sueño.

— ¿Ranpo tuvo una mala noche? — Chuuya se separó un poco y se sentó a su lado, sacando su almuerzo.

— Sí — respondió Dazai, recostándose en su asiento y cerrando los ojos por un momento. — No podía calmarse. Solo quería que lo cargara yo.

Chuuya sonrió con ternura. — Se ve que tu hermano te quiere mucho.

Dazai abrió un ojo y observó a Chuuya, una pequeña sonrisa asomándose en sus labios. — Sí, Ranpo es muy tierno, pero a veces me desespera.

Chuuya rió suavemente y le dirigió una mirada coqueta. — ¿Y cómo harás cuando tengamos hijos?

Dazai se sonrojó de inmediato, sorprendido por el comentario —  Luego dices que el descarado soy yo.

Chuuya solo sonrió al ver su cometido, Dazai también era muy tierno cuando se sonroja.

Chuuya solo sonrió al ver su cometido, Dazai también era muy tierno cuando se sonroja

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



All my life (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora