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Chuuya y Dazai se encontraban en la habitación de este último, en un momento de intimidad compartida. Chuuya, con ansias y deseo, intentaba quitarle la camisa a Dazai.

— Osamu~ — susurró Chuuya con un brillo travieso en los ojos. — Quiero que me acaricies.

Dazai correspondió a su sonrisa y lo dejó hacer, permitiendo que Chuuya lo empujara suavemente hacia la cama. Se sentó mientras Chuuya se acomodaba encima de el.

— Bonito — dijo Dazai, abrazando la cintura de Chuuya con ternura, — Yo también quisiera acariciarte, pero mis padres están en casa.

Chuuya simplemente lo ignoro y logró quitarle la camisa a Dazai y comenzó a acariciar suavemente su torso.

— Tócame, mi amor — murmuró Chuuya, sus manos explorando la piel de Dazai con devoción. — Hazme sentir bien.

Dazai contuvo un gemido cuando Chuuya mordió suavemente el lóbulo de su oreja, enviando escalofríos por su espalda. El deseo se encendió en su interior, pero su mente aún estaba consciente de la presencia de sus padres en la casa.

— Por favor —  susurró Chuuya, presionando su cuerpo contra el de Dazai, buscando más contacto. Dazai sintió su miembro endurecerse bajo la presión, y un gemido escapó de sus labios.

Chuuya sonrió coquetamente — ¿Me deseas, verdad? Quiero que me beses, hagámoslo. ¿O acaso no me quieres tener debajo de ti, pidiéndote más?

La tentación era abrumadora, y Dazai estaba a punto de ceder, sintio como la mano de Chuuya bajaba hasta llegar a su pantalón, estaba por meter su mano.

Pero Dazai se levanto exaltado, con la respiración agitada ¿Qué había estado soñando?

Su respiración estaba agitada y el corazón latiendo con fuerza. Prendió la lámpara de la mesita de noche y se sentó en la cama, tratando de despejar su mente del sueño tan vívido que acababa de experimentar. Se pasó una mano por el rostro, sintiendo una leve incomodidad dentro de su pantalón.

— ¿Qué demonios? — murmuró para sí mismo, sintiéndose avergonzado por la situación. Decidió que lo mejor sería darse una ducha rápida para calmar sus nervios y, con suerte, hacer que su "problema" desapareciera.

Se levantó de la cama y se dirigió al baño, tratando de no pensar demasiado en el sueño mientras se desvestía y entraba en la ducha. El agua caliente golpeó su piel, relajando sus músculos tensos mientras intentaba despejar su mente.

Después de unos minutos, salió de la ducha y se secó rápidamente. Se puso ropa limpia y regresó a la cama, esperando que el sueño volviera y lo llevara lejos de sus pensamientos perturbadores.

Se acomodó entre las sábanas y cerró los ojos, tratando de encontrar la calma. Afortunadamente, no le costó mucho volver a quedarse dormido.

Después de un largo periodo de sueño profundo, Dazai sintió un peso sobre él y una voz familiar que lo llamaba con dulzura.

— Osamu~ quiero que me acaricies.

Entre la neblina del sueño, Dazai se esforzó por despertarse, sintiendo una extraña sensación de déjà vu. Cuando finalmente abrió los ojos, se dio cuenta de que ya había amanecido. Una sonrisa juguetona adornaba el rostro de Chuuya, quien estaba sentado a horcajadas sobre él.

— ¿Este es un sueño? — murmuró Dazai para sí mismo.

Chuuya asintió. — Sí, cariño, así que puedes hacerme todo lo que quieras.

Dazai jaló a Chuuya hacia él, envolviéndolo en un abrazo cálido.

— Vamos a dormir —  propuso Dazai, deseando prolongar ese momento de tranquilidad.

Chuuya se acomodó a su lado y Dazai lo cubrió con las sábanas.

— No seas perezoso — bromeó Chuuya, recordando una promesa anterior. — Me prometiste ayudarme con los problemas de matemáticas.

— Shh, dormir es la solución de todos los problemas — murmuró, dejándose llevar por el sueño que lo envolvía.

Chuuya suspiró con cariño, abrazándolo con ternura. —Duerme bien, mi amor.

Después de un largo y reparador sueño que los mantuvo en la cama hasta bien entrada la mañana, Dazai y Chuuya finalmente se levantaron y se dirigieron a la cocina para desayunar

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Después de un largo y reparador sueño que los mantuvo en la cama hasta bien entrada la mañana, Dazai y Chuuya finalmente se levantaron y se dirigieron a la cocina para desayunar. La casa estaba tranquila, ya que sus padres habían salido al hospital para una revisión de rutina de Ranpo.

Una vez que terminaron de desayunar, se dispusieron a lavar los platos y utensilios que habían utilizado, dejando la cocina impecable. Luego, se dirigieron a la habitación de Dazai para trabajar en sus deberes de matemáticas. Dazai se sentó en su escritorio mientras Chuuya se instalaba en la cama, listo para resolver los problemas.

Dazai comenzó a explicarle  a Chuuya, quien escuchaba atentamente y luego intentaba resolver los problemas por su cuenta.

Después de un buen rato de estudio intenso, Dazai se levantó para traer una merienda. Mientras Chuuya tomaba un bocado de su bocadillo, decidió plantear una pregunta juguetona.

— Oye, Osamu. —  comenzó Chuuya con una sonrisa traviesa — ¿Estabas soñando conmigo?

Dazai en ese momento estaba tomando su jugo, pero la  pregunta  lo tomo desprevenido y comenzó a atragantarse.

Chuuya se puso rápidamente de pie, preocupado, y le dio unas palmaditas en la espalda para ayudarlo a recuperarse. — ¡Cuidado! —  exclamó Chuuya.

Dazai recordó lo que soñó, y sintió un problema entre sus piernas.

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Mierda.

Mierda

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All my life (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora