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Dazai se despertó con una sensación de malestar que lo acompañaba desde la noche anterior. A pesar de que aún eran las 5 de la mañana, se levantó con dificultad de la cama. Su cuerpo le dolía y tenía un dolor de cabeza persistente, pero sabía que no podía quedarse acostado todo el día. Sus padres habían tenido que viajar de emergencia por trabajo, dejándolo solo en casa.

Con esfuerzo, Dazai se dirigió al baño y se duchó rápidamente, esperando que el agua caliente le ayudara a aliviar algo de su malestar. Se vistió lentamente, sintiendo cada músculo de su cuerpo protestar por el esfuerzo. A pesar de su estado, sabía que debía ir a la escuela. No quería perderse ningún día de clases, especialmente cuando Chuuya estaría esperándolo.

Una vez que estuvo listo, salió de su casa y se dirigió hacia la casa de Chuuya. Al llegar, fue recibido por la madre de su novio, Kouyou, quien lo saludó con una sonrisa cálida.

— ¡Dazai, qué sorpresa verte tan temprano!— exclamó Kouyou. — ¿Quieres desayunar con nosotros?

Dazai agradeció el gesto y aceptó la invitación. Entró a la casa y se sentó a la mesa junto a Kouyou, esperando la llegada de Chuuya. Cuando su novio apareció en la cocina,

— Hola, Chuuya — dijo con voz suave, devolviendo el pequeño beso que le dio su novio.

— Hola, Osamu — respondió Chuuya, preocupado por la apariencia pálida de su novio. — ¿Estás bien?

Dazai asintió, tratando de restar importancia a su malestar. — Solo un poco cansado, nada importante — mintió.

Terminaron de desayunar en un ambiente agradable, pero Dazai se sentía cada vez más débil. Sin embargo, no quería preocupar a Chuuya.

[...]

Mientras caminaban hacia la escuela, Chuuya estaba totalmente absorto en su videojuego, tratando de superar un nivel especialmente difícil. Sus cejas fruncidas y sus movimientos tensos revelaban su concentración, mientras intentaba desesperadamente superar los obstáculos

Dazai observaba a Chuuya con una sonrisa juguetona, disfrutando del espectáculo de su novio sumergido en el mundo del juego. Era encantador ver cómo Chuuya se sumergía por completo en sus intereses, incluso si eso significaba perderse en un desafío virtual.

Dazai aprovechó la oportunidad para acercarse y plantar un beso rápido en su mejilla.

— ¡Hey! ¡Estaba por pasar ese nivel! —  protestó Chuuya, aunque una ligera sonrisa juguetona se asomaba en su rostro.

Dazai se encogió de hombros con una sonrisa traviesa. — Lo siento, no pude resistirme. Eres tan lindo cuando te concentras tanto —  admitió con sinceridad.

Chuuya se sonrojó ligeramente ante el cumplido inesperado de Dazai. — Oh, cállate —  murmuró, tratando de ocultar su rubor. — ¿ Quieres intentarlo? Aún que vas a perder por que es imposible pasar ese nivel.

— ¿ Decías? — dazai le mostró la pantalla

— ¡Eso no cuenta! ¡Tienes más práctica que yo! — se quejó Chuuya,

Dazai rió entre dientes — ¿Ah, sí? ¿Entonces quieres una revancha? —  propuso, con una mirada traviesa en sus ojos.

Chuuya rodó los ojos, aunque una sonrisa se asomó en su rostro. — Estás presumiendo demasiado por una simple victoria en un juego — acusó.

Dazai encendió la pantalla del juego, preparándose para demostrar sus habilidades una vez más. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, Chuuya apagó el dispositivo con un gesto rápido.

— ¡Hey! ¿Qué fue eso? — exclamó Dazai, mirando sorprendido la pantalla apagada.

Chuuya sonrió con malicia, disfrutando del momento. — Estaba aburrido de ver cómo presumías. ¿Hay algo que no puedes hacer bien?

— Los deportes se me dan fatal.

—  A veces me siento tonto al tener un novio muy inteligente.

Dazai le lanzó una mirada coqueta a Chuuya. — Tu sonrisa me trae tonto.

Dazai se inclinó hacia Chuuya, listo para darle un beso tierno, Chuuya colocó su mano en la mejilla de Dazai, y se detuvo en seco al darse cuenta de algo.

— Espera un momento — dijo Chuuya, su expresión de repente preocupada. — Estás enfermo eso es lo que te trae tonto.

Chuuya observó con preocupación a Dazai

— Estoy bien, no te preocupes.

Sin embargo, la expresión de cansancio en el rostro de Dazai era evidente, y Chuuya sabía que tenía que intervenir.

— No estás bien, Dazai — insistió Chuuya, muy preocupado. — Lo mejor es que regreses a casa y descanses. Llamaré a mi madre para que se encargue de ti.

— No es necesario, ya estamos por llegar a clases además hoy nos toca con el profesor Kunikida.

Chuuya suspiró resignado en parte tenía razón Dazai ese maestro era muy estricto.

— Bien, espérame aquí.

Chuuya fue rápidamente a una farmacia cercana y compro el medicamento recomendado para el malestar de Dazai. Al regresar, entregó las pastillas a Dazai con instrucciones claras.

— Tómate esto — dijo Chuuya, empujando el frasco hacia Dazai. — Y si sigues sintiéndote mal, ve a la enfermería, ¿entendido?

Dazai asintió, agradecido por la preocupación de Chuuya. — Sí, lo entiendo. Gracias, Chibi —  respondió, sintiéndose afortunado de tener a alguien tan atento a su lado.

Chuuya sonrió, aunque había un destello de seriedad en sus ojos. — Si no me haces caso me enojare, ¿Entendido? — advirtió

Dazai asintió rápidamente, sabiendo que era mejor no provocar la ira de Chuuya. — Entendido — dijo con una sonrisa, dejándose llevar por la mano de Chuuya quien lo llevaba como si fuese un niño pequeño.

 — Entendido — dijo con una sonrisa, dejándose llevar por la mano de Chuuya quien lo llevaba como si fuese un niño pequeño

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All my life (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora