Chuuya se despertó lentamente, sintio unas manos en su cintura y se giró en la cama y vio a Dazai a su lado, durmiendo profundamente. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras alargaba la mano para acariciar el cabello oscuro de Dazai. Este era un momento de tranquilidad que Chuuya apreciaba profundamente. Sus dedos recorrieron suavemente los mechones sedosos, y no pudo evitar sonrojarse al recordar lo que habían compartido la noche anterior. Habían dado un paso muy importante en su relación, y aunque se sentía un poco avergonzado, no podía negar cuánto le había gustado.
Perdido en sus pensamientos, Chuuya no se dio cuenta de que Dazai se había despertado hasta que sintió una mano acariciando su mejilla. Sobresaltado, levantó la vista y se encontró con los ojos de Dazai, que lo observaban con una expresión de afecto y un toque de picardía.
— ¿Qué pasa, cariño? — preguntó Dazai con una sonrisa coqueta.
Chuuya se puso muy tímido y desvió la mirada, sintiendo que sus mejillas se calentaban aún más.
— Nada... solo te estaba viendo —murmuró, casi avergonzado.
Dazai sonrió, y con un movimiento rápido, se colocó encima de Chuuya. Se inclinó y le susurró al oído, su voz baja y seductora.
— ¿Solo eso? ¿O estabas recordando lo que hicimos ayer? — dijo mientras sus manos bajaban para acariciar suavemente la cintura de Chuuya.
Chuuya abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera articular una palabra, Dazai lo besó. El beso fue profundo y apasionado, y Chuuya no pudo evitar responder con igual fervor. Sus manos se movieron instintivamente al cuello de Dazai, atrayéndolo más cerca, sus cuerpos encajando perfectamente mientras el beso se prolongaba.
Chuuya sentia que flotaba en las nubes cuando el momento se rompió abruptamente por la voz de su madre, llamándolos desde las escaleras.
— ¡Chuuya, Dazai! ¡Es hora de desayunar!
Ambos se separaron rápidamente, respirando entrecortadamente. Dazai se levantó de la cama con una sonrisa juguetona en el rostro.
— Debemos apresurarnos. Sabes que Kouyou-san da miedo cuando se enfada —dijo Dazai, guiñando un ojo.
Chuuya hizo un puchero, claramente frustrado por la interrupción.
—Quería seguir besándote... —murmuró, pero sabía que Dazai tenía razón. Su madre daba miedo.
Ambos se levantaron y comenzaron a vestirse apresuradamente. Chuuya se colocó una camisa y se abotonó rápidamente mientras Dazai lo miraba con una sonrisa traviesa.
— Siempre habrá más tiempo para nosotros, Chuuya — dijo Dazai, dándole un beso en la frente, para luego terminar de vestirse.
Chuuya asintió, aunque todavía deseaba que tuvieran unos minutos más. Finalmente listos, bajaron las escaleras y se dirigieron al comedor, donde Kouyou los esperaba con una ceja levantada.
— Finalmente. Pensé que tendría que ir a despertarlos yo misma — dijo Kouyou.
— Lo siento, mamá. Nos quedamos dormidos —se disculpó Chuuya rápidamente, mientras Dazai mantenía su sonrisa habitual.
— Bien, ahora siéntense y coman. — ordenó Kouyou mientras les servía el desayuno.
Se sentaron y comenzaron a comer en silencio. Kouyou los observó detenidamente antes de hablar.
— Dazai querido, ¿ Como esta Ranpo? Fukuzawa dijo que estos días a estado enfermo —preguntó, su tono más suave.
— El esta bien, gracias por preguntar, Kouyou-san —respondió Dazai cortésmente.
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All my life (Soukoku)
FanfictionEl amor que se tienen Chuuya y Dazai es tan dulce y puro. *las imágenes no son mias*