Chuuya caminaba de regreso al salón de clases después de comprar un jugo cuando Fyodor se le acercó.
— ¿Qué pasa? — preguntó Chuuya,
Fyodor frunció el ceño. — Estaba buscándote. Dazai se encuentra bastante mal. Parece que está más cerca del más allá que del más aca — respondió con una mueca de preocupación.
Chuuya se alarmó al escuchar las palabras de Fyodor. Estaba por ir al salón cuando Fyodor volvió a hablar.
— Se fue al patio — informó Fyodor rápidamente, indicando la dirección con un gesto de la cabeza.
Chuuya asintió y se dirigió hacia el patio, preocupado por el estado de Dazai. Al llegar, encontró a Dazai sentado en un banco,
Chuuya se paró frente a él — Dazai Osamu, si no vas a la enfermería ahora mismo, juro que te llevaré arrastrándote — advirtió, utilizando el nombre completo de Dazai para enfatizar su seriedad.
Dazai levantó la mirada, sorprendido por el tono de Chuuya y el uso de su nombre completo. — ¿Por qué estás diciendo mi nombre completo ? — preguntó, confundido por la repentina severidad de Chuuya.
Chuuya suspiró, frunciendo el ceño con preocupación. — Cuando mi mama me regaña me llama asi y como te estoy regañando — respondió.
— Estoy bien Chibi, no te preocupes.
Chuuya miró a Dazai preocupado mientras intentaba convencerlo de ir a la enfermería.— Eso me dijiste en la mañana, por favor, estoy preocupado por ti. Sera mejor que fueras a la enfermería — insistió, apretando suavemente la mano de Dazai en un gesto de preocupación.
Dazai frunció el ceño, resistiéndose a la idea de ir a la enfermería. — No quiero perder clases, Chuuya. Además, no es nada grave — respondió, tratando de minimizar la situación.
Chuuya suspiró, sintiendo frustración ante la terquedad de Dazai. — Pero estás pálido y te ves cansado. No quiero que te pongas peor.
Dazai vaciló por un momento, mirando a Chuuya. Finalmente, cedió ante la persistencia de Chuuya. — Está bien, iré después — concedió con resignación, sabiendo que no podía negarse cuando Chuuya se veía tan preocupado por él.
Chuuya le dedicó una sonrisa de alivio y se sentó a su lado en el banco del patio. Dazai se recostó contra él, sintiendo el reconfortante calor de Chuuya a su lado — Tengo mucho sueño.
Chuuya le pasó un brazo por los hombros. — Tonto, por eso te dije que no vinieras a la escuela hoy. Deberías haber descansado en casa — reprendió suavemente, acariciando el cabello de Dazai con ternura. Dazai suspiró por las agradables caricias que le brindaba Chuuya.
— Gracias — murmuró Dazai.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dazai se sentía cada vez peor mientras se dirigía a casa. Apenas pudo quitarse el uniforme y cambiarse por su pijama antes de caer exhausto en la cama. El temblor en su cuerpo se intensificaba, y sus músculos dolían más de lo que había admitido frente a Chuuya. Con un suspiro de alivio al estar solo, se permitió finalmente dejarse llevar por el malestar que había estado ocultando.