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Chuuya abrió los ojos lentamente, parpadeando contra la luz suave de la mañana que se filtraba a través de las cortinas. Se dio cuenta de que estaba echado sobre Dazai, su cabeza descansando cómodamente en el pecho de su novio. Al intentar moverse, un dolor agudo en la espalda baja le recordó lo que habían hecho la noche anterior. Sus mejillas se encendieron de inmediato con un rubor profundo al pensar en lo que había ocurrido entre ellos. La mezcla de vergüenza y felicidad lo invadió. Habían dado un paso significativo en su relación.

El cuarto estaba en silencio, Chuuya levantó la vista y observó el rostro de su novio dormido. Osamu era, sin lugar a dudas, adorable cuando dormía, con su expresión despreocupada y su cabello desordenado cayendo sobre la frente. Se quedó unos momentos simplemente mirándolo, sintiéndose afortunado de tener a alguien como él a su lado.

Dazai se movió ligeramente, apretando su agarre alrededor de Chuuya. — Mmm... buenos días, mi amor —  murmuró con una sonrisa perezosa apareciendo en sus labios.

Chuuya sonrió y susurró — Buenos días, cariño.

— ¿Dormiste bien? —  preguntó Dazai, abriendo un ojo para mirarlo.

— Sí, muy bien. Aunque... — Chuuya hizo una mueca, moviéndose un poco. — Mi espalda baja está un poco adolorida.

Dazai dejó escapar una risita y se estiró, bostezando. — Eso es normal después de lo de anoche. Fue una noche bastante intensa, ¿No?

Chuuya asintió, su rubor intensificándose. — Sí, pero... fue especial. Me alegra que lo hiciéramos.

Dazai se incorporó ligeramente, apoyándose en un codo mientras miraba a Chuuya con ternura. — Yo también estoy feliz, Chibi.

Las palabras de Dazai hicieron que el corazón de Chuuya se acelerara. El pelirrojo se inclinó y le dio un suave beso en los labios.

— Anoche, después de todo...—  Chuuya empezó, recordando los besos y las palabras dulces que se habían intercambiado. — Me hiciste sentir muy amado, Osamu.

Dazai sonrió y pasó una mano por el cabello de Chuuya. — Porque te amo Chuuya y voy a encargarme de hacerte sentir muy amado todos los dias de mi vida.

Chuuya sonrió tiernamente. — Yo también te amo, y mucho.

Dazai sonrió y le dio un beso suave antes de abrazarlo con fuerza por la cintura. El calor del abrazo y la proximidad hicieron que Chuuya sintiera una mezcla de emociones. Al separarse, Chuuya tenía las mejillas notablemente sonrojadas.

— Chibi eres muy lindo y más cuando te sonrojas — comentó Dazai, con una chispa juguetona en sus ojos.

El rubor de Chuuya se intensificó. — ¡No digas eso! — protestó, aunque su tono no tenía verdadero enfado.

Dazai soltó una risa, disfrutando de la reacción de su compañero. — No puedo evitarlo, Chuuya. Eres adorable.

Chuuya frunció el ceño levemente, pero no pudo evitar sonreír. — Solo tú puedes decirme eso y salirte con la tuya.

— Y lo seguiré haciendo —  replicó Dazai, dándole un beso rápido en la frente.

Se quedaron unos momentos más en la cama, disfrutando de la calidez y la cercanía del otro. Chuuya se acurrucó más cerca de Dazai, apreciando el silencio y la tranquilidad del momento. Sin embargo, sabía que eventualmente tendrían que levantarse y enfrentar el día.

Dazai fue el primero en moverse, apartando las sábanas con cuidado. — Vamos, Chuuya, necesitamos levantarnos —  dijo suavemente, ayudando a Chuuya a ponerse de pie.

Chuuya se quejó un poco por el dolor en su espalda baja, pero dejó que Dazai lo ayudara. — Sí, sí, ya voy — murmuró, aceptando la mano extendida de Dazai.

Dazai lo condujo al baño, donde preparó el agua para una ducha caliente. — Déjame ayudarte —  dijo, comenzando a desvestir a Chuuya con movimientos gentiles.

Chuuya se dejó hacer, apreciando la ayuda. — Gracias, Osamu — dijo en voz baja, sus mejillas ruborizándose ligeramente.

Dazai sonrió y lo guió bajo el agua caliente, comenzando a lavar su cabello con movimientos cuidadosos. — Quiero que te sientas lo mejor posible.

Después de la ducha, Dazai ayudó a Chuuya a secarse y a vestirse con ropa cómoda. — ¿Te sientes mejor? — preguntó Dazai, acomodando la camisa de Chuuya.

— Sí, mucho mejor. Gracias —  respondió Chuuya, sintiéndose más relajado y menos adolorido.

Una vez listos, ambos se dirigieron a la cocina, donde Dazai se puso a preparar el desayuno. Chuuya se sentó en una de las sillas.

Dazai sirvió el desayuno y se sentó frente a Chuuya, con una sonrisa en el rostro. — ¿Qué quieres hacer después de desayunar? ¿Quieres salir o quedarte en casa? —  preguntó mientras comenzaban a comer.

Chuuya lo pensó un momento, masticando un trozo de tostada. — Quiero quedarme en casa. No me apetece salir, además, aún estoy algo adolorido. Mejor vemos una película, ¿Qué dices?

Dazai asintió con entusiasmo. — Claro, lo que mi lindo novio pida. — dijo con una sonrisa traviesa.

Chuuya se sonrojó al escuchar el cumplido. — Osamu, siempre sabes cómo hacerme sonrojar —  murmuró, tratando de ocultar su rostro.

Dazai rió suavemente. — Es parte de mi encanto. — respondió, terminando su desayuno.

Después de recoger los platos y limpiar la cocina, se dirigieron a la sala de estar. Dazai buscó entre su colección de películas mientras Chuuya se acomodaba en el sofá, cubriéndose con una manta. — ¿Alguna preferencia? — preguntó Dazai, buscando que película ver en la pantalla.

Chuuya se encogió de hombros. — Elige tú. Confío en tu buen gusto.

Así se la pasaron todo el día viendo películas o jugando videojuegos, ambos disfrutando la compañía del otro.

Así se la pasaron todo el día viendo películas o jugando videojuegos, ambos disfrutando la compañía del otro

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Disculpen por no subir capítulos, ando ocupada con exámenes. Voy a estar subiendo un capitulo por día hasta el viernes, para completar los 5 capítulos.
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All my life (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora