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El sonido del timbre marcó el final de las clases, y Chuuya dejó escapar un suspiro de  frustración. Había sido un día agotador, y para colmo, el examen que acababa de enfrentar había sido particularmente difícil. Se sentía como si apenas hubiera logrado sortearlo, y la sensación de no haber dado lo mejor de sí mismo lo atormentaba internamente.

Dazai, notando la desolación en la expresión de Chuuya, se acercó a él con una sonrisa tranquilizadora. — ¿Como te fue? —  preguntó con tono suave

Chuuya levantó la mirada hacia Dazai, — No lo sé — admitió con sinceridad. — Ese examen fue un desastre. No sé cómo lo hice.

Dazai le ofreció una sonrisa tranquilizadora y le tomó la mano con suavidad. — No te preocupes tanto, Chuuya — dijo con tono alentador. — Estoy seguro de que lo hiciste mejor de lo que crees, ademas fui yo quien te enseño a resolver los ejercicios. — Dazai sonrio —  Y no es por presumir pero soy un buen maestro.

Chuuya sonrio —  Presumido

Dazai hizo un gesto dramatico —  No soy presumido solo digo la verdad —  le guiño un ojo a Chuuya lo que provoque que el pelirrojo se sonrojara. — Bueno ahora si vamonos.

Dazai tomo la mano de Chuuya quien lo miró con incredulidad, pero la cálida presencia de Dazai lo reconfortó de alguna manera. — ¿A dónde ? — preguntó, notando que Dazai lo estaba guiando hacia la salida del edificio escolar.

Dazai le devolvió una mirada misteriosa y le guiñó un ojo. — Es una sorpresa — respondió enigmáticamente. — Ya lo verás.

Chuuya frunció el ceño, pero se dejó llevar por la curiosidad mientras seguía a Dazai por las calles con paso decidido. A medida que avanzaban, las calles comenzaron a volverse más familiares para Chuuya, y un destello de emoción brilló en sus ojos cuando reconoció el camino.

– ¿Nos dirigimos a...? —  comenzó Chuuya, apenas capaz de contener su emoción.

Dazai asintió con una sonrisa traviesa. — Exactamente — confirmó. — Nos dirigimos a las máquinas de juego.

Los ojos de Chuuya se iluminaron con entusiasmo ante la confirmación. No era un secreto para ninguno de los dos que aquel lugar era uno de los favoritos de Chuuya. Le encantaba la emoción de la competencia, y más aún cuando su contrincante era Dazai.

Ambos habían descubierto ese rincón un día mientras exploraban las calles de la ciudad, y desde entonces se había convertido en su lugar secreto, un refugio donde podían dejar atrás las preocupaciones y sumergirse en el mundo de los juegos y la diversión.

Chuuya apenas podía contener su emoción. Sabía que pasar tiempo con Dazai en aquel lugar especial sería la manera perfecta de alejarse del estrés de la escuela y relajarse.

Finalmente, llegaron a su destino, y Chuuya se detuvo frente a las brillantes luces y los llamativos sonidos de las máquinas de juego con una sonrisa radiante. 

Ahora Chuuya, fue quien  guio a Dazai hacia el interior del bullicioso local de juegos. Entre el tintineo de las máquinas y las risas de los jugadores, Chuuya se detuvo y observó con atención las numerosas opciones que se extendían frente a ellos.

Dazai, notando la indecisión de Chuuya, se acercó con una sonrisa juguetona. — ¿Qué te parece si empezamos por ahí? — sugirió, señalando una máquina en la esquina del local.

Chuuya lo miró con un destello  en los ojos y asintió con entusiasmo. — ¡Perfecto! —  exclamó con una sonrisa altanera. — Prepárate para perder, Dazai.

Dazai respondió con una sonrisa . — Eso lo veremos, Chibi — replicó con una pizca de diversión en su voz.

Con una risa compartida, Chuuya y Dazai se acercaron a la máquina seleccionada, cada uno listo para enfrentar el desafío que tenían por delante. Chuuya insertó una moneda y con un gesto decidido se preparó para comenzar, decidido a ganar.

Durante toda la tarde, Chuuya y Dazai se sumergieron en una serie de emocionantes competencias. Las risas y los gritos de alegría llenaban el aire mientras competían uno contra el otro, cada uno determinado a salir victorioso en cada desafío.

A medida que las horas pasaban, Chuuya se encontraba cada vez más emocionado, su espíritu competitivo alimentado por cada victoria que lograba. Al finalizar la tarde, estaba radiante de felicidad al darse cuenta de que había ganado todas las partidas.

– Te lo dije, Dazai — exclamó triunfante, su sonrisa iluminando su rostro. — ¡Gané todas las partidas!.

Dazai respondió con una sonrisa tranquila, — Sí, lo has mencionado unas diez veces —  bromeó, su tono cálido y afectuoso.

Chuuya se echó a reír, su alegría no disminuida ni un ápice por la respuesta de Dazai. 

Dazai sonrio al verlo asi, se habia dejado ganar a propósito para que Chuuya este feliz. 

El bullicio del local de juegos se desvaneció en el fondo cuando Dazai tomó suavemente la mejilla de Chuuya, acercando su rostro al de él. Chuuya se quedó inmóvil, sorprendido por la proximidad repentina, sintiendo cómo el calor del rubor subía a sus mejillas ante la cercanía de Dazai. Sus ojos se ampliaron en asombro cuando Dazai le murmuró palabras de elogio, su aliento cálido rozando su piel.

– Has hecho un buen trabajo, Chuuya —  susurró Dazai. — Creo que mereces una recompensa.

Chuuya estaba a punto de articular una pregunta, pues tenia curiosidad sobre qué tipo de recompensa tendría en mente Dazai, pero sus palabras se quedaron atrapadas en su garganta cuando Dazai cerró la distancia entre ellos y depositó un suave beso en la comisura de sus labios.

El mundo pareció detenerse por un instante para Chuuya mientras sentía el roce de los labios de Dazai. Su corazón latía desbocado en su pecho, una mezcla de sorpresa, emoción y nerviosismo revoloteando en su interior. Se sentía como si estuviera flotando en una nube, abrumado por la sensación de estar tan cerca de Dazai de una manera tan íntima.

Cuando Dazai finalmente se separó, Chuuya se quedó allí, aturdido y con el aliento entrecortado, su corazon palpitando fuertemente por la dulce sensación del beso. Dazai tomo la mano de Chuuya delidamente.

– Soy afortunado de tener un  esposo  inteligente, atlético, bonito y sobre todo bueno en los video juegos — dijo Dazai con una sonrisa, su mirada fija en los ojos de Chuuya.

Al escuhar lo que el peli castaño decia, salió de su ensoñación  — ¡¿Esposo?! ¡ No estamos casados! — exclamó, su voz elevándose.

Luego, murmuró un "aun", pensando que Dazai no lo había escuchado, pero para su sorpresa, Dazai respondió con calma. — Tienes razón, no fue un matrimonio oficial pues aun eramos unos niños —  dijo, su sonrisa ampliándose aún más. — Para eso primero tengo que pedirte que seas mi novio, pero quiero pedírtelo de una manera mas especial.

El rubor en las mejillas de Chuuya se intensificó, sintiéndose avergonzado  por las palabras de Dazai. Y empezó a reclamarle que era un sin verguenza por decir tales cosas, mientras Dazai solo reia y lanzaba uno que otro coqueteo lo que ocacionaba que Chuuya se sonrojara aun mas.

A pesar de todo  Chuuya sintió que su corazón se derretía ante la cálida sonrisa de Dazai, y  no pudo evitar sujetar la mano de Dazai con fuerza, encontrando consuelo en la calidez de su toque.

Aunque las palabras escapaban de él y su mente era un torbellino de emociones, Chuuya sabía que, de alguna manera, este momento era especial.

Aunque las palabras escapaban de él y su mente era un torbellino de emociones, Chuuya sabía que, de alguna manera, este momento era especial

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Más tarde actualizo con 5 capítulos más por la demora. 😭

All my life (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora