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Dazai y Chuuya corrían por las calles, apenas habían salido de la escuela, pero Chuuya parecía más animado de lo habitual, casi como si tuviera prisa por llegar a casa.

— ¿Por qué tanta prisa? — preguntó Dazai, intentando igualar el paso de su pareja.

Chuuya sonrió, sus ojos brillando con entusiasmo.

— Ya lo verás. — respondió, sin dar más explicaciones.

Finalmente, llegaron a la habitación de Chuuya. Sin perder un segundo, Chuuya dejó caer su mochila al suelo y, con un movimiento rápido, abrazó a Dazai.

— Quería besitos. — dijo Chuuya, su voz suave y un poco suplicante.

Dazai sonrió y acarició las mejillas de su pequeño novio antes de inclinarse para besarlo. Fue un beso tierno y cariñoso, pero Chuuya no tardó en pedir más.

— Quiero otro. — dijo Chuuya, mirándolo con ojos brillantes.

Dazai lo volvió a besar, esta vez con más intensidad, tomando su tiempo para sentir la suavidad de los labios de Chuuya. Cuando finalmente se separaron, Chuuya estaba sonrojado y susurró — Quiero otro beso.

Dazai, complacido, lo besó de nuevo. Mientras lo hacía, daba pequeñas caricias en su rostro, y sus manos empezaron a bajar lentamente más allá de la cintura de Chuuya. Sin embargo, Chuuya se exaltó y se separó bruscamente.

— Lo siento. — dijo Dazai de inmediato, preocupado por haber cruzado una línea.

Chuuya, con el rostro enrojecido y tartamudeando, murmuró — E- está bien. Si quieres... pu-puedes tocar de más.

Dazai lo miró con seriedad, asegurándose de que Chuuya estuviera realmente cómodo con eso.

— ¿Estás seguro? — preguntó, su voz baja y calmada.

Chuuya asintió, su nerviosismo evidente.

— Sí. Estoy seguro.

Dazai sonrió suavemente y volvió a acercarse. Besó a Chuuya con ternura, sus manos explorando con cuidado, atento a cada reacción de su novio. Esta vez, Chuuya no se apartó, permitiendo que Dazai lo tocara con más libertad.

Siguieron besandose y acariciandose hasta que ninguno de los dos pudo soportar más. Finalmente, se separaron, ambos respirando con dificultad. Chuuya escondió su cara entre sus manos, sintiendo el calor en sus mejillas, mientras Dazai, nervioso, volteó la mirada y dijo — Esto es vergonzoso.

Chuuya, aún escondido, replicó con voz temblorosa — ¿Y me lo dices a mí? ¿A quién crees que le estabas tocando el trasero?

Dazai sonrió con timidez, recordando el permiso que le había dado Chuuya.

— Tú me dijiste que podía. — respondió, tratando de defenderse.

Chuuya retiró las manos de su rostro lo suficiente para mirarlo.

— El chico que amo me estaba tocando. Es imposible actuar como si nada, siento que el corazón me va a explotar.

Dazai, conmovido por la sinceridad de Chuuya, le retiró suavemente las manos de la cara y empezó a darle besitos por todo el rostro, dejando un rastro de ternura en su piel. Luego, lo abrazó por la cintura, atrayéndolo hacia él.

Chuuya, aún ruborizado, lo abrazó por el cuello y escondió su cara en el pecho de Dazai.

— Pervertido. — murmuró Chuuya, su voz amortiguada por la tela de la camisa de Dazai.

Dazai soltó una risa suave y acarició el cabello de Chuuya.

— Yo no fui quien dijo que lo tocara. — replicó con un tono travieso.

All my life (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora