Miedo a perderte

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Narrador Omnisciente

El juego empezó con naturalidad, todo estaba bien, iban ganando los chicos, iban ganando el Karasuno, el partido estaba reñido y claro el rival tenía una estrella muy notoria.

Nabi apoyaba a los chicos, les daba consejos y alegría, aunque estuvieran ganando se sentía un poco de tensión, no era mucha pero igualmente estaba ahí.

Las palabras salieron por si solas de su boca, su cuerpo reaccionó rápidamente, el entrenador, el profesor y Shimizu-chan corrían lo que más podían también.

Todos estaban nerviosos, en especial Nabi, sentía un peso molesto en su pecho, sentía como si todo parara, sentía como si fuera la última vez para el.

— ¡Daichi! — gritos por todo el lugar se escuchaban, preguntas que no llegaban a nada, corazones rotos y muchas lágrimas de por medio.

Ahora Daichi se encontraba en el suelo, en un dolor agonizante, tratando de enfocarse, tratando de ver con claridad, ver cómo su novia, sufría por el.

Gritos gritos gritos.

Daichi Daichi Daichi.

Todo era un remolino en su cabeza y pues claro el amor de su vida se encontraba ahí.

Nabi se despertó agitada, estaba sudando, tenía sus mejillas rojas y muy mojadas como si hubiera llorado mucho.

Sabía que había vuelto a soñar pero no sabía que, varias lagunas tenía en su mente, era Daichi, lo veia a el.

Pero... Lo veía en el suelo.

No podía recordar nada más.

— Agg — se sobó la cabeza, le dolía demasiado y la luz que entraba por su ventana hacia que le dolieran los ojos, ya era de mañana.

El tiempo pasaba demasiado rápido, habían pasado unos días después del primer partido de los dos jóvenes, desde que terminó el partido de ella hasta que llegaron a Miyagi empezó a sentir un malestar.

Ella pensaba que seguro no era nada pero claro, se enfermo, y durante esos días no pudo ver a ninguno de sus amigos ni a Daichi.

El le decía que lo dejara cuidarla pero  ella decía que no quería enfermarlo.

Sabía que había sido por el cambio de clima, habían pasado de estar en primavera al invierno rápidamente.

— Extraño a Daichi — comento la joven sacandole una sonrisa a Suga que durante las últimas semanas se había convertido en uno de sus mejores amigos, podían hablar de cualquier cosa, y hablaban también de como iban sus relaciones, porque si, ahora estaba con Liz.

— ¿No lo has visto? — la chica negó, llevaba una bufanda súper grande para no volverse a enfermar, además de que tenía también entrenamientos y partidos que pronto seguirían.

— Ha sido una semana dura, solo nos mensajeamos, pero ni siquiera lo he visto en clases, lo extraño, quiero verlo y abrazarlo y besarlo — hizo un exagerado ademán con sus manos sacándole una gran risa a su mejor amigo.

— Tú que lo extrañas por no verlo durante una semana, yo que no veo a Liz desde el ultimo partido. — está vez Suga tenía un puchero que lo hacía ver más lindo de lo que ya era. La chica abrazo al más alto.

— Lo siento Suga — el chico negó con una sonrisa — pero sabes — el la miro — creo que Daichi se aburrió de mi.

Ahora ella tenía una mirada triste, estaban en la hora del almuerzo, y seguirían con dos clases más y luego el entrenamiento.

Dos Capitanes, Dos Corazones • Daichi SawamuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora