Daichi Sawamura.
Nunca había querido tanto a una persona como la quiero a ella, lo supe desde el momento en que la vi, en el momento en que sus hermosos ojos se encontraron con los míos, supe que estaba perdido.
Pero... Estar perdido por ella es un jodido privilegio.
En el momento en el que sentí que estaba enamorado no supe cómo reaccionar y aunque ahora se que la quiero, otra pregunta pasa por mi mente.
¿La amo?
Una pregunta que para cualquier persona puede ser fácil de responder. Para unos no tanto.
Pero para mi, esa palabra significaba bastante, significa el tiempo, la dedicación, el respeto, la comunicación, el amor, el deseo...
Para mi, amar una persona significa compartir una mitad de ti mismo para dártela a la otra persona.
El amar sonaba tan lejos, pero ahora sonaba con más claridad, con más luz y fuerza.
Nunca lo supe hasta el momento en que la vi llegando con esa sonrisa al gimnasio donde nos encontrabamos actualmente.
Dando palabras de animo como siempre lo hacia ella, pero... Todos estaban tan perdidos en sus pensamientos que no se daban cuenta de la persona en frente.
Me pare rápidamente y corrí hacia ella atrayendola hacia mis brazos suavemente, quería tratarla suavemente.
La abrace con fuerza y delicadeza como si nunca más la fuera a tener ahí... Junto a mi.
— Daichi... Lo siento. — Sentí mis lágrimas salir con fuerza, no me importaba nada que los demás chicos me vieran en ese estado, porque se que ellos estaban igual, desde el momento en que conocieron a Nabi, supieron que sería una compañía más en sus vidas, como amiga, como familia.
Tome su rostro en mis manos, más lágrimas salían al ver esos hermosos ojos que me veían ahora con brillos, como si de un par de estrellas se trataran.
Nunca había sentido tal sentimiento tan grande por alguien, me alegraba que fuera hacia ella.
— Te amo — Abrió sus ojos sorprendida, yo también lo estaba, no por decirlo, si no porque de verdad la amaba, la amaba como ella no tenía idea, no sabría que hacer si no estuviera en mi vida.
— No te disculpes por algo que no fue tu culpa, debería de hacerlo yo, porque por mi culpa te paso eso, lo siento. De verdad lo siento, pero... — ella me callo de un beso, amaba que hiciera eso.
— Tú tampoco lo hagas, no fue culpa de nadie, solo de la persona que lo hizo — Sus hermosos labios surcaron en una pequeña sonrisa viéndome como si fuera su mayor adoración.
¿Es que acaso ella no sabe lo que es ella para mí?
¿Lo que significa para mí?
— Y... Te amo Daichi. — Su respuesta me tomo desprevenido, los demás veían la escena espectantes.
— Te he amado desde siempre Daichi Sawamura. — y lo que más esperaba...
Un beso.
Un beso lleno de amor, lleno de felicidad, de perdón.
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Dos Capitanes, Dos Corazones • Daichi Sawamura
RomanceNabi, hija del entrenador Fuki Hibarida, debido a un traslado empieza su último año en el Karasuno, donde conoce personas magníficas pero también personas que la dañarán a ella y a su relación. Conoce la historia de dos capitanes que se conocen en...