El circo de los secretos.

Capítulo 18: Orígenes del Maestro

En una noche oscura y tormentosa, cuando el viento aullaba entre los árboles y la lluvia golpeaba el suelo con fuerza, Jungkook y sus seguidores se encontraron corriendo por el bosque, sus corazones latiendo con el ritmo frenético de la libertad recién encontrada.

Habían escapado del hospital para enfermos mentales en medio de la noche, aprovechando la confusión y el caos para desaparecer en la oscuridad del bosque. La lluvia les empapaba hasta los huesos, pero ninguno de ellos se detuvo, cada paso llevándolos más lejos de su antigua prisión y hacia un nuevo destino incierto.

Fue durante esa frenética huida cuando Jungkook tropezó con algo bajo sus pies, algo que brillaba débilmente entre las hojas caídas y la tierra mojada. Se agachó para recogerlo, sus dedos temblando de emoción cuando vio lo que era: un antiguo libro encuadernado en cuero, sus páginas manchadas y desgastadas por el tiempo.

Los demás se detuvieron a su alrededor, mirando con curiosidad mientras Jungkook abría el libro con manos temblorosas. Las palabras en su interior eran un misterio para ellos, pero Jungkook sintió algo dentro de él resonar en respuesta al conocimiento oscuro que se encontraba en esas páginas.

Era como si el libro estuviera esperando por él, como si hubiera sido destinado a encontrarlo en ese preciso momento en el corazón del bosque. Y así, en medio de la lluvia y la oscuridad, Jungkook se convirtió en el guardián de un poder que cambiaría el curso de sus vidas para siempre.

Con el libro en su posesión, Jungkook se convirtió en el maestro del espectáculo, su obsesión por los payasos se manifestó en cada rincón del circo, desde las actuaciones hasta la decoración. Para él, los payasos representaban la dualidad de la humanidad, la risa y la tragedia entrelazadas en una danza mortal.

Y así, el circo de los secretos se convirtió en un lugar de misterio y maravilla, un refugio para los marginados y los perdidos. Pero para Jungkook, era mucho más que eso; era su legado, su testamento final a un mundo que nunca lo entendió. Y mientras miraba a su creación con ojos ardientes de pasión y locura, sabía que nunca dejaría que nadie le arrebatara su preciado circo de los secretos.