La atmósfera en el circo estaba tensa, cargada con una mezcla de emociones y secretos. Jungkook y Taehyung evitaban mirarse durante el día, intentando mantener una fachada de normalidad. Sin embargo, cada encuentro casual, cada roce de sus manos, cada mirada furtiva, solo servía para encender más la llama que ambos trataban de esconder.
Era una tarde lluviosa cuando sucedió por primera vez. Taehyung estaba ocupado revisando uno de los equipos de iluminación en una de las carpas auxiliares, el sonido de la lluvia sobre la lona proporcionando un ritmo constante y relajante. De repente, sintió una presencia detrás de él. Se giró rápidamente, encontrándose cara a cara con Jungkook.
Antes de que pudiera decir una palabra, Jungkook lo empujó suavemente contra uno de los postes de la carpa, sus ojos ardiendo con una intensidad que Taehyung nunca había visto antes. Jungkook se inclinó hacia él, y sin previo aviso, capturó sus labios en un beso desesperado y apasionado. Taehyung se quedó sin aliento, sorprendido por la urgencia del gesto, pero incapaz de resistirse.
El beso fue feroz, lleno de necesidad y anhelo. Jungkook lo sostuvo con fuerza, como si temiera que Taehyung pudiera desaparecer en cualquier momento. Los dedos de Taehyung se enredaron en el cabello de Jungkook, tirando ligeramente mientras correspondía el beso con igual intensidad.
Finalmente, se separaron, ambos jadeando por el aire. Jungkook miró a Taehyung con una mezcla de desesperación y deseo. "No puedo evitarlo," murmuró. "Necesito sentirte, tenerte cerca."
Taehyung, aún recuperándose del beso, solo pudo asentir. "Jungkook, esto... no podemos seguir así," intentó decir, pero sus palabras carecían de convicción.
Jungkook negó con la cabeza, acercándose de nuevo. "No me importa," dijo antes de besar a Taehyung otra vez, esta vez con un poco más de suavidad pero igual pasión.
Estos encuentros secretos se volvieron más frecuentes. Jungkook encontraba cualquier excusa para acercarse a Taehyung, llevándolo a rincones oscuros y solitarios del campamento, donde nadie podría verlos. Cada beso robado, cada caricia furtiva, solo servía para profundizar la conexión entre ellos, aunque ambos sabían que era peligroso.
Un día, mientras todos estaban ocupados con los preparativos para el próximo espectáculo, Jungkook interceptó a Taehyung detrás de una de las carpas principales. El sol estaba comenzando a ponerse, lanzando una luz dorada sobre el campamento. Jungkook tomó la mano de Taehyung y lo llevó a un lugar apartado, lejos de las miradas curiosas.
"Jungkook, ¿qué estás haciendo?" preguntó Taehyung, aunque su tono carecía de verdadera resistencia.
Jungkook no respondió con palabras. En cambio, lo empujó suavemente contra una pared de lona y lo besó de nuevo, con la misma desesperación y necesidad que siempre. Taehyung respondió de inmediato, sus brazos rodeando a Jungkook, atrayéndolo más cerca.
Con cada encuentro, Taehyung se encontraba más confundido. No podía negar la atracción que sentía por Jungkook, pero también sabía que este hombre era peligroso, un líder despiadado y controlador. Cada beso, cada caricia, lo llevaba más lejos de su objetivo de escapar del circo, enredándolo más en una red de pasión y peligro.
Una noche, después de uno de sus encuentros, Taehyung se quedó solo, mirando el cielo estrellado. Sus pensamientos eran un caos. Sabía que lo que estaba haciendo era arriesgado, pero cada vez que Jungkook lo tocaba, todos sus planes y resoluciones se desmoronaban.
Jungkook, por su parte, estaba igual de confundido. Nunca había sentido algo tan fuerte por nadie. Taehyung se había convertido en su obsesión, un deseo que no podía controlar. Sabía que estaba poniendo en riesgo todo lo que había construido, pero la mera idea de alejarse de Taehyung era insoportable.
Los días pasaban, y la tensión entre ellos crecía. Ambos sabían que no podían seguir así, pero ninguno de los dos estaba dispuesto a poner fin a lo que habían comenzado. La pasión que compartían era como un fuego que los consumía, dejándolos a ambos vulnerables y expuestos.
Y así, en medio de la rutina del circo, con los peligros acechando en cada esquina, Taehyung y Jungkook continuaban con su juego peligroso, robando momentos de pasión y cariño a escondidas, sabiendo que tarde o temprano, las consecuencias de sus acciones los alcanzarían.
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El circo de los secretos.
RandomEl sol se ocultaba tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos carmesí mientras la noche se cernía sobre el pequeño pueblo. Entre las sombras de los edificios, un rumor inquietante se extendía por las calles empedradas, anunciando la llegada de alg...