La mañana siguiente a la tormenta llegó lentamente, con los primeros rayos de sol filtrándose tímidamente entre las nubes dispersas. Taehyung se despertó en la carpa de Jungkook, sintiendo el calor del cuerpo del hombre a su lado. Jungkook dormía profundamente, su rostro relajado en un sueño tranquilo. Taehyung se quedó mirándolo por un momento, intentando procesar sus propios sentimientos.
Se levantó con cuidado, tratando de no despertarlo, y salió de la carpa. El campamento del circo estaba silencioso, con la mayoría de los miembros aún dormidos o recuperándose de la agitada noche anterior. Taehyung caminó hacia el borde del campamento, sus pensamientos revueltos.
"¿Realmente quiero huir de aquí?" se preguntó en voz alta, mirando hacia el horizonte. Había tenido múltiples oportunidades para escapar, y sin embargo, no lo había hecho. Algo lo mantenía atado a este lugar, algo más que el miedo o la incertidumbre del mundo exterior.
Recordó todas las veces que había considerado escapar. Al principio, la idea de huir era un grito desesperado por libertad. Pero a medida que pasaba el tiempo, la urgencia de escapar había disminuido, reemplazada por algo más complejo. La presencia de Jungkook en su vida, aunque perturbadora y peligrosa, también había traído un sentido de pertenencia y una conexión emocional que no había experimentado antes.
"No puedo simplemente irme," murmuró, pasando una mano por su cabello. "No después de todo esto."
El sonido de pasos detrás de él lo hizo girar. Era Charlie, el grandulón del grupo, quien lo miraba con curiosidad.
"¿Qué haces aquí solo tan temprano, Tae?" preguntó Charlie, usando el nombre que Jungkook había impuesto.
Taehyung sonrió débilmente. "Solo necesitaba pensar un poco."
Charlie asintió, comprendiendo. "Este lugar tiene una forma de meterse en tu cabeza, ¿verdad? Te entiendo, a veces pienso en cómo sería salir de aquí, pero siempre hay algo que me mantiene."
Taehyung asintió, apreciando la honestidad de Charlie. "Sí, es complicado."
Charlie lo miró por un momento antes de hablar de nuevo. "Oye, sé que esto puede sonar extraño, pero... ¿estás bien con Jungkook? Me refiero a... ¿te trata bien?"
Taehyung se sorprendió por la pregunta, pero asintió. "Sí, estoy bien. Jungkook... es complicado, pero creo que nos entendemos de alguna manera."
Charlie sonrió ligeramente. "Eso es bueno. Solo quería asegurarme de que estés bien. Eres parte de esto ahora, y queremos que todos estén seguros."
Taehyung agradeció sus palabras y vio a Charlie alejarse. Se quedó solo nuevamente, mirando al cielo. Sus pensamientos volvieron a Jungkook. El hombre era un enigma, una mezcla de oscuridad y pasión, pero también era alguien que había mostrado un lado vulnerable, especialmente con él.
"Estoy enamorado de él," admitió en voz baja, casi sorprendiéndose a sí mismo al decirlo en voz alta. "Y eso lo cambia todo."
Taehyung sabía que su vida en el circo era peligrosa y que Jungkook era un hombre con un pasado sombrío y muchos secretos. Pero el amor que sentía lo hacía dudar de sus planes de escape. ¿Podría realmente irse y dejar todo esto atrás?
Decidió volver al campamento, con la mente aún llena de preguntas sin respuesta. Mientras caminaba, se encontró con Jungkook, que estaba despierto y claramente buscándolo. Los ojos de Jungkook se iluminaron al verlo, y una sonrisa se dibujó en su rostro.
"¿Dónde estabas?" preguntó Jungkook, su tono lleno de preocupación.
"Solo necesitaba un poco de aire," respondió Taehyung, acercándose a él. "¿Pudiste descansar?"
Jungkook asintió, tomando la mano de Taehyung. "Sí, aunque preferiría que te quedaras conmigo. Me haces sentir más tranquilo."
Taehyung sonrió, apretando la mano de Jungkook. "Lo sé. Lo mismo siento yo."
Mientras caminaban juntos de regreso a la carpa, Taehyung se dio cuenta de que su lugar estaba allí, al lado de Jungkook, por ahora. El futuro seguía siendo incierto, pero en ese momento, decidió aferrarse a los sentimientos que compartían, a pesar de las complicaciones y peligros que pudieran enfrentar.
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El circo de los secretos.
RandomEl sol se ocultaba tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos carmesí mientras la noche se cernía sobre el pequeño pueblo. Entre las sombras de los edificios, un rumor inquietante se extendía por las calles empedradas, anunciando la llegada de alg...