Capítulo 8: La Aparición de Nico

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Esa noche, el aire estaba cargado con un silencio inquietante. Taehyung, exhausto y con el corazón pesado, se dejó caer sobre la dura cama de su celda. Sus pensamientos se mezclaban entre la repulsión y la necesidad de sobrevivir. Las lecciones de Jungkook y Charlie lo habían dejado perturbado, pero también le habían mostrado la brutal verdad sobre el circo: aquí, el miedo era la moneda de cambio, y la manipulación era el arma más poderosa.

Mientras intentaba conciliar el sueño, un susurro suave pero persistente lo sacó de su letargo. Abrió los ojos lentamente y vio una figura sombría parada en la entrada de su celda. Era Nico, un hombre de aspecto frágil con ojos que reflejaban una mezcla de locura y claridad inquietante. Su cabello oscuro caía en desorden sobre su rostro pálido, y sus movimientos eran erráticos, casi etéreos.

Nico se acercó a la celda, susurrando para sí mismo, sus palabras apenas audibles. "Ellos no entienden... Nadie entiende... Pero yo sí... Yo veo lo que otros no ven..."

Taehyung se incorporó lentamente, observando a Nico con cautela. Había oído hablar de él, de su esquizofrenia y su capacidad para ver más allá de la realidad ordinaria. Pero esta era la primera vez que lo veía tan de cerca.

"¿Quién eres?" preguntó Taehyung en voz baja, intentando no parecer amenazante.

Nico se detuvo, sus ojos brillando con una intensidad febril. "Soy Nico. Y veo cosas... Cosas que otros no pueden ver. Jungkook me necesita porque puedo ver el verdadero miedo, las verdaderas intenciones."

Taehyung sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. "¿Qué quieres de mí?"

Nico sonrió, una sonrisa torcida y siniestra. "He visto tus pensamientos, tus sueños de escapar. Jungkook piensa que puedes ser útil, pero yo sé que en el fondo planeas huir."

Taehyung intentó mantener la calma. "Eso no es cierto. Solo quiero sobrevivir."

Nico se acercó más, sus ojos fijos en los de Taehyung. "No puedes mentirme. Sé lo que piensas, lo que sientes. Y puedo decirle a Jungkook todo lo que necesitas para que él te deje ir... o para que te haga sufrir."

Antes de que Taehyung pudiera responder, Eva apareció en la puerta de la celda. Su presencia era como un torbellino de energía caótica, y su risa resonó en el pequeño espacio.

"Nico, cariño, ¿qué estás haciendo aquí?" preguntó Eva, su voz melodiosa pero con un toque de amenaza. "¿No deberías estar preparando el próximo espectáculo?"

Nico dio un paso atrás, su mirada todavía fija en Taehyung. "Solo estaba... inspeccionando. Asegurándome de que todo esté en orden."

Eva se acercó a Nico, acariciando suavemente su mejilla. "Deja que Taehyung descanse. Mañana será un día largo y lleno de sorpresas."

Nico asintió lentamente, susurrando algo inaudible antes de desaparecer en la oscuridad del pasillo. Eva se giró hacia Taehyung, su expresión cambiando a una mezcla de simpatía y diversión.

"Querido, no te preocupes por Nico. A veces su mente lo lleva a lugares oscuros, pero él es uno de los nuestros. Solo recuerda que aquí, la lealtad es lo único que te mantendrá con vida."

Taehyung asintió, aunque en su interior sabía que estaba cada vez más atrapado en una red de mentiras y traiciones. Mientras Eva se alejaba, cerrando la puerta tras de sí, Taehyung se recostó de nuevo, sus pensamientos girando en torno a un solo objetivo: encontrar una manera de salir de ese infierno.



El circo de los secretos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora