Capítulo 12: La Decisión Final

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El tiempo transcurrió lentamente en el circo, cada día una mezcla de entrenamiento intensivo y pruebas de lealtad. Taehyung había aprendido a manejar el dolor, a soportar las pruebas físicas y mentales que Jungkook y los otros miembros le imponían. Había absorbido los oscuros secretos del circo, cada ritual y cada símbolo, mientras intentaba mantener viva la chispa de su humanidad y su deseo de escapar.

Una noche, mientras Taehyung practicaba uno de los rituales en la sala secreta, sintió la presencia de Jungkook antes de verlo entrar. La atmósfera se tornó más densa, y la gravedad de la situación lo hizo enderezarse inmediatamente.

"Taehyung," dijo Jungkook, su voz tan fría y autoritaria como siempre, "es hora de tomar una decisión."

Taehyung se volteó para enfrentarlo, sintiendo un nudo en el estómago. "¿Qué tipo de decisión?"

Jungkook se acercó, sus ojos oscuros fijos en los de Taehyung, evaluándolo con una intensidad que hacía que cada palabra pareciera una sentencia. "He visto tu progreso, y creo que estás listo para tomar un papel más activo en el circo. Pero para hacerlo, debes demostrar tu lealtad de manera definitiva."

Taehyung sintió que su corazón latía con fuerza. Sabía que esta era una encrucijada, un momento que definiría su futuro en el circo. "¿Qué necesitas que haga?"

Jungkook sonrió ligeramente, un gesto que no alcanzó sus ojos. "Hay un traidor entre nosotros. Alguien que ha intentado socavar la autoridad del circo. Quiero que tú, Taehyung, seas quien ejecute la justicia."

Taehyung sintió que la habitación se volvía más pequeña. La prueba era clara: tenía que matar a alguien para demostrar su lealtad. "¿Quién es el traidor?"

Jungkook hizo un gesto hacia una puerta oculta en la pared. "Ven, te lo mostraré."

Siguieron a través de un pasaje estrecho y oscuro hasta llegar a una celda donde un hombre estaba encadenado. Era un joven delgado, con el rostro marcado por el miedo y la desesperación. Taehyung lo miró, sintiendo una punzada de compasión.

"Este es Lucas," dijo Jungkook. "Ha estado conspirando para escapar y llevarse a otros con él. Su traición no puede quedar impune."

Lucas levantó la vista, sus ojos llenos de súplica. "¡Por favor, Taehyung! ¡No lo hagas! Solo quería salir de aquí, no causar daño..."

Taehyung tragó saliva, sintiendo el peso de la decisión que tenía que tomar. "¿Y si hay otra manera? Podemos mantenerlo prisionero, sin necesidad de matarlo."

Jungkook frunció el ceño, su expresión se endureció. "No hay otra manera. La lealtad debe ser absoluta y cualquier signo de debilidad será explotado por los demás. Si no eres capaz de hacer esto, nunca serás verdaderamente uno de nosotros."

Taehyung cerró los ojos por un momento, tratando de encontrar una salida, pero sabía que no tenía opción. Aceptar significaba ganar más tiempo para planear su escape, pero a costa de una vida.

Abrió los ojos y miró a Lucas, tratando de comunicarle con la mirada que lo sentía. "Lo haré," dijo finalmente, su voz firme pero con una tristeza subyacente.

Jungkook asintió, satisfecho. "Muy bien. Toma esta daga y cumple con tu deber."

Taehyung tomó la daga que Jungkook le ofrecía, sintiendo el frío del metal en su mano. Se acercó a Lucas, que temblaba de miedo. "Lo siento," murmuró Taehyung, antes de hundir la daga en el corazón de Lucas.

El grito de Lucas resonó en la pequeña celda, un sonido que Taehyung sabía que nunca podría olvidar. Retiró la daga, su mano temblando, mientras la vida se extinguía en los ojos de Lucas. Taehyung se apartó, sintiendo una oleada de náuseas y culpa.

Jungkook observó la escena con una sonrisa satisfecha. "Has hecho bien, Taehyung. Has demostrado tu lealtad de manera definitiva. Ahora eres uno de nosotros."

Taehyung asintió, tratando de ocultar la tormenta de emociones que sentía. Sabía que había cruzado una línea, una línea de la que quizás nunca podría regresar. Pero también sabía que tenía que seguir adelante, que esta era la única manera de sobrevivir y, eventualmente, encontrar una manera de escapar.

Mientras regresaba a su celda, Taehyung se prometió a sí mismo que usaría su nueva posición y el conocimiento que había adquirido para encontrar una salida. Había cometido un acto terrible, pero lo había hecho con un propósito. No permitiría que la muerte de Lucas fuera en vano.

Esa noche, mientras intentaba dormir, Taehyung recordó las palabras de Jungkook: "La lealtad debe ser absoluta." Se dio cuenta de que la verdadera lealtad que tenía era hacia sí mismo y su deseo de libertad. Y aunque estaba atrapado en un mundo de oscuridad, su esperanza y su determinación seguían siendo su luz guía.

El circo de los secretos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora