La carpa de Eva y Nico estaba iluminada por la tenue luz de una lámpara de aceite, creando sombras danzantes en las paredes de lona. Eva, con sus rizos perfectamente cepillados y una expresión calculadora en su rostro, hablaba en voz baja con Nico, susurrando planes y observaciones mientras se aseguraban de que nadie pudiera escucharlos.
"¿Has notado lo cercanos que están Hank y Taehyung últimamente?" comenzó Eva, su voz llena de intriga. "Algo está ocurriendo ahí, y creo que podríamos usarlo a nuestro favor."
Nico asintió, sus ojos serios mientras miraba a Eva. "Sí, lo he notado. Pero, ¿qué propones que hagamos al respecto?"
Eva sonrió, un destello de locura brillando en sus ojos. "Jungkook está observando, lo he visto. Sus celos lo están consumiendo, y eso es una debilidad que podemos explotar. Si logramos avivar esas llamas, podríamos crear una distracción perfecta."
"¿Quieres enfrentarlo directamente?" preguntó Nico, preocupado por las posibles consecuencias.
"No, no directamente," respondió Eva, moviendo una pieza de ajedrez invisible en su mente. "Lo haremos de manera sutil. Hagamos que Jungkook se enfrente a sus propios demonios. Que sus celos lo vuelvan irracional, y que eso lo debilite."
Nico miró a Eva, admirado por su astucia. "Pero, ¿cómo piensas hacerlo sin que sospechen de nosotros?"
Eva rió suavemente, acercándose a Nico para que solo él pudiera escuchar sus palabras. "Déjame encargarme de eso. Conozco a Jungkook mejor de lo que él se conoce a sí mismo. Solo necesitamos seguir observando y esperando el momento oportuno para actuar."
Justo en ese momento, un ruido sutil fuera de la carpa captó su atención. Eva levantó una mano, indicando a Nico que guardara silencio. Se acercó a la entrada de la carpa y, con movimientos sigilosos, abrió una pequeña rendija para espiar afuera.
Sus ojos se encontraron con la silueta de Jungkook, parcialmente oculta entre las sombras. Estaba observándolos, sus ojos brillando con una mezcla de curiosidad y sospecha.
Eva sonrió para sí misma, susurrando a Nico sin apartar la vista de Jungkook. "Parece que nuestro querido líder está más interesado de lo que pensábamos. Perfecto."
Nico asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. "Ten cuidado, Eva. Un movimiento en falso y podríamos estar en peligro."
Eva volvió a cerrar la rendija de la carpa, girándose hacia Nico con una expresión decidida. "Lo sé, querido. Pero este es el juego que hemos elegido jugar. Y si jugamos bien nuestras cartas, saldremos victoriosos."
Jungkook, aún oculto en las sombras, frunció el ceño mientras escuchaba los murmullos provenientes de la carpa. No podía distinguir las palabras exactas, pero la risa suave de Eva y el tono serio de Nico le hicieron sospechar. Sus celos y desconfianza crecían, alimentados por las imágenes de Hank y Taehyung juntos, y la idea de que Eva podría estar tramando algo a sus espaldas.
Mientras se alejaba, Jungkook se prometió a sí mismo que descubriría la verdad. No permitiría que nadie se interpusiera en su camino, ni que jugaran con sus sentimientos. Pero en su corazón, el conflicto entre su amor por Taehyung y su deseo de control seguía creciendo, una batalla interna que solo él podía resolver.
Dentro de la carpa, Eva y Nico continuaron su conversación en voz baja, planeando sus próximos movimientos con la precisión de un ajedrecista experto. Sabían que la clave para su éxito estaba en mantener a Jungkook desequilibrado, y estaban dispuestos a hacer todo lo necesario para lograrlo.
La noche avanzaba, y con ella, las intrigas dentro del Circo de los Secretos se intensificaban. Cada miembro jugaba su propio juego, pero al final, solo uno saldría vencedor.
ESTÁS LEYENDO
El circo de los secretos.
RandomEl sol se ocultaba tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos carmesí mientras la noche se cernía sobre el pequeño pueblo. Entre las sombras de los edificios, un rumor inquietante se extendía por las calles empedradas, anunciando la llegada de alg...