El sol apenas asomaba en el horizonte cuando Tae despertó con un sobresalto. Había tenido otra pesadilla, una mezcla confusa de su vida pasada y las oscuras realidades del circo. Se levantó de su incómoda cama y se dirigió a la carpa principal. El aire frío de la mañana le ayudó a despejarse un poco, aunque la opresión en su pecho permanecía.
Jungkook y Eva ya estaban reunidos, con semblantes serios. Jasper y Julián murmuraban entre ellos, sus rostros reflejando una preocupación inusual. Al ver a Tae, Jungkook le hizo un gesto para que se acercara.
"Tae, tenemos un problema," dijo Jungkook sin rodeos. "El sheriff de la zona y sus hombres han empezado a investigar el circo. Tenemos una semana y media para mudarnos antes de que descubran algo."
Eva asintió, su mirada oscura y calculadora. "Si el sheriff descubre lo que hacemos aquí, no solo perderemos nuestro refugio, sino que también pondremos en riesgo nuestras vidas."
"Tenemos que movernos rápido," añadió Jasper, su tono inusualmente grave.
Jungkook explicó el plan en detalle. Durante los próximos días, debían desmantelar el campamento y mover todas las carpas y muebles a una nueva ubicación, más oculta y segura. Los seguidores y aprendices de Jungkook se dividirían en equipos para realizar las tareas, asegurándose de no dejar rastro de su presencia.
La primera noche de la mudanza, Tae fue asignado a un grupo que debía desarmar la carpa principal. A su lado estaban Charlie y algunos otros seguidores. Trabajaron en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos. La tensión en el aire era palpable, y cada ruido en la distancia hacía que todos se sobresaltaran.
"Tenemos que ser rápidos y precisos," dijo Charlie en voz baja. "No podemos permitirnos errores."
A medida que avanzaban en la tarea, Tae no pudo evitar pensar en las consecuencias si el sheriff descubría sus identidades. Sabía que para muchos de ellos, especialmente para Jungkook, ser descubiertos significaría regresar al infierno del que habían escapado. La prisión o, peor aún, la muerte.
En la carpa de los gemelos, Jasper y Julián estaban ocupados desmantelando su equipo. Los dos siempre habían sido traviesos y despreocupados, pero en esta ocasión, la gravedad de la situación los mantenía concentrados. Tae, mientras trabajaba cerca, los observó intercambiar bromas en un intento de aliviar la tensión.
"Si el sheriff nos encuentra, podríamos convertirlo en parte del espectáculo," dijo Julián con una sonrisa torcida.
"Sí, podríamos hacer que participe en el acto de desaparición," añadió Jasper, riendo suavemente.
A pesar de la seriedad de la situación, Tae no pudo evitar sonreír ante su humor oscuro. Era una extraña muestra de camaradería en medio del caos.
Al amanecer del tercer día, el campamento comenzaba a mostrar signos de desmantelamiento. Las carpas más pequeñas ya habían sido empacadas y transportadas a la nueva ubicación. Jungkook supervisaba cada detalle, su mente calculadora asegurándose de que nada fuera dejado al azar.
Eva, por su parte, estaba encargada de la logística, coordinando a los seguidores y asegurándose de que todo se moviera sin problemas. Su mirada, aunque llena de locura, era eficiente y despiadada.
Mientras Tae trabajaba, no podía dejar de notar cómo Jungkook lo observaba. Había una intensidad en su mirada, un interés que parecía ir más allá de la simple supervisión. Cada vez que Jungkook se acercaba para darle instrucciones o corregir su trabajo, Tae sentía una mezcla de temor y una extraña atracción.
En una de esas ocasiones, mientras desarmaban una estructura especialmente complicada, Jungkook se acercó a Tae, colocando una mano en su hombro.
"Lo estás haciendo bien, Tae," dijo Jungkook, su voz suave pero firme. "Recuerda que estamos todos juntos en esto. Tu cooperación es crucial."
Tae asintió, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo. No podía evitar preguntarse si el interés de Jungkook en él era puramente profesional o si había algo más.
En la sexta noche, cuando el campamento estaba casi completamente desmantelado, el ambiente se volvió aún más tenso. Los hombres del sheriff habían sido vistos en los alrededores, y sabían que el tiempo se agotaba. Jungkook reunió a todos en la carpa central para una última reunión antes de la partida final.
"Nos estamos quedando sin tiempo," dijo Jungkook, su voz firme resonando en el silencio. "Esta noche, terminamos de empacar y nos vamos. No podemos permitirnos ningún retraso."
Eva se levantó, su expresión severa. "Si alguno de ustedes es capturado, no debe revelar nada. Recuerden, la lealtad al circo es lo más importante."
Los seguidores asintieron en silencio, conscientes de la gravedad de la situación. Tae, sintiendo el peso de la responsabilidad, se preparó para la última y más peligrosa fase de la mudanza.
La última noche fue una frenética carrera contra el tiempo. Mientras los seguidores y aprendices trabajaban incansablemente, el circo se transformaba en una serie de sombras y susurros. Tae, junto a Charlie y los gemelos, terminó de desarmar la carpa principal, empaquetando cuidadosamente los objetos más valiosos.
A medida que avanzaba la noche, los rumores de la llegada del sheriff y sus hombres se intensificaron. Jungkook, siempre un paso adelante, tenía un plan de escape para cada contingencia. Sin embargo, la presión era inmensa, y cada movimiento debía ser calculado al milímetro.
Finalmente, cuando el primer rayo de sol apareció en el horizonte, el campamento estaba vacío. Las carpas, muebles y seguidores se habían movido a la nueva ubicación, un claro oculto en lo profundo del bosque. Tae, exhausto pero aliviado, se permitió un breve momento de descanso, consciente de que la verdadera lucha apenas comenzaba.
El nuevo campamento, aunque más pequeño y rudimentario, ofrecía un respiro temporal. Jungkook se aseguró de que todos entendieran la importancia de mantenerse ocultos y vigilantes. El circo de los secretos, ahora más clandestino que nunca, continuaría su oscuro espectáculo, siempre un paso por delante de aquellos que buscaban desentrañar sus misterios.
Mientras Tae se adaptaba a su nuevo entorno, no podía evitar sentir una extraña mezcla de alivio y ansiedad. Sabía que, aunque habían logrado escapar esta vez, el peligro siempre estaría presente. Con cada día que pasaba, el circo se volvía más parte de él, y la línea entre su deseo de libertad y su lealtad a Jungkook se desdibujaba cada vez más.
La vida en el circo de los secretos continuaba, siempre en movimiento, siempre en las sombras. Y mientras Tae miraba el nuevo campamento, comprendió que su lucha por la libertad sería larga y ardua, pero estaba dispuesto a enfrentar cualquier obstáculo, un paso a la vez.
ESTÁS LEYENDO
El circo de los secretos.
RandomEl sol se ocultaba tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos carmesí mientras la noche se cernía sobre el pequeño pueblo. Entre las sombras de los edificios, un rumor inquietante se extendía por las calles empedradas, anunciando la llegada de alg...