El amanecer llegó con una calma engañosa, el cielo despejado y el sol emergiendo tímidamente después de la tormenta. Taehyung se despertó en su celda, su mente reviviendo el beso apasionado con Jungkook bajo la lluvia. Sus labios aún sentían el calor de ese momento, y su corazón latía con una mezcla de miedo y confusión. Tenía claro su objetivo: escapar del circo. Sin embargo, los sentimientos que Jungkook había despertado en él complicaban todo.
Mientras tanto, Jungkook se encontraba en su carpa, observando su reflejo en un espejo empañado por el rocío. Sus pensamientos estaban en caos, dividido entre su deber como líder del circo y los sentimientos avasalladores que Taehyung había despertado en él.
Cuando Jungkook salió de su carpa, trató de mantener una fachada de normalidad. Eva y los gemelos estaban ocupados preparando el campamento para la jornada, pero Eva, con su intuición afilada y su locura latente, notó de inmediato el cambio en Jungkook.
"¿Qué te sucede, maestro?" preguntó Eva, sus ojos brillando con una mezcla de curiosidad y desconfianza. "Pareces... diferente."
Jungkook la miró con frialdad, tratando de ocultar su agitación. "Nada de lo que debas preocuparte, Eva. Concéntrate en tus tareas."
Pero Eva no se dejó engañar tan fácilmente. Su mente desquiciada empezaba a tejer teorías y sospechas. ¿Había algo entre Jungkook y Taehyung? ¿Podría ese nuevo recluta estar afectando al implacable líder del circo?
Mientras tanto, Taehyung intentaba procesar lo ocurrido. Sus sentimientos por Jungkook eran una maraña de emociones contradictorias. Sabía que el hombre era peligroso, un psicópata asesino que no dudaba en eliminar a cualquiera que se interpusiera en su camino. Pero también había visto una faceta diferente, una vulnerabilidad que lo hacía cuestionar todo. Aun así, su objetivo principal seguía siendo escapar.
Durante el desayuno, los miembros del circo notaron la tensión palpable entre Jungkook y Taehyung. Los gemelos intercambiaron miradas intrigadas, y Charlie, siempre observador, no dejó pasar el comportamiento inusual de su líder.
Después del desayuno, Jungkook llamó a Taehyung a su carpa. Taehyung entró, su corazón latiendo con fuerza. La atmósfera era tensa, cargada de electricidad.
"Taehyung, lo que sucedió anoche..." Jungkook comenzó, luchando por encontrar las palabras adecuadas. "No debería haber ocurrido. Tengo un deber con este circo, y no puedo permitirme distracciones."
Taehyung lo miró, su mirada firme pero con una determinación oculta. "Entiendo, Jungkook. Y no planeo ser una distracción. Tengo un trabajo que hacer aquí."
Jungkook cerró los ojos por un momento, luchando contra la tormenta interna. "No es seguro para ti, ni para mí. Si los demás se enteran... podríamos perder el control de todo."
"Entonces, mantendremos esto en secreto," dijo Taehyung con frialdad. "No tengo intención de quedarme aquí más tiempo del necesario."
Jungkook abrió los ojos, su expresión endurecida. "Debemos ser cautelosos. Nadie puede saber lo que sucedió. Y tú... debes concentrarte en tus tareas. No podemos permitirnos errores."
Taehyung asintió, comprendiendo la gravedad de la situación, pero en su interior, sabía que mantener sus sentimientos bajo control sería una tarea casi imposible. Más importante aún, sabía que debía mantenerse enfocado en encontrar una manera de escapar.
Mientras Taehyung salía de la carpa, se encontró con Eva, que lo miraba con una sonrisa enigmática. "Cuida tus pasos, Tae. Este circo tiene muchos ojos, y no todos son amistosos."
Taehyung sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que Eva sospechaba algo, y eso solo complicaba más las cosas. Mientras tanto, Jungkook observaba desde la distancia, su mente enredada en una maraña de deseos y responsabilidades.
En medio de la confusión y las tensiones, el circo continuaba su rutina diaria. Pero bajo la superficie, las emociones desbordadas amenazaban con romper la frágil paz que sostenía el oscuro espectáculo.
Esa noche, mientras todos los demás estaban resguardados en sus carpas debido a la lluvia, Jungkook permaneció en su carpa, reflexionando sobre lo que había sucedido, sobre sus sentimientos por Taehyung y el peligro que representaban para ambos. Perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta de que Taehyung lo observaba desde la entrada de su carpa. Taehyung lo vio allí, vulnerable, y sintió un remolino de emociones. Pero también sabía que no podía permitirse ser débil. Tenía que encontrar una manera de escapar, sin importar lo que sintiera por Jungkook.
El conflicto interno de ambos personajes continuaba, mientras el circo seguía adelante, ajeno a la tormenta emocional que se desarrollaba en su interior.
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El circo de los secretos.
RandomEl sol se ocultaba tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos carmesí mientras la noche se cernía sobre el pequeño pueblo. Entre las sombras de los edificios, un rumor inquietante se extendía por las calles empedradas, anunciando la llegada de alg...