Diecisiete.

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Narra Gavi.

- ¿Tú no te ibas con Anna? -

- A las cuatro y media me voy. -

- Nos podemos echar una siesta. -

Se quita las zapatillas y se acurruca conmigo en la cama mientras vemos la serie y ella se duerme al instante.

Mi alarma suena a las cuatro y Celia aún duerme.

No se lo he dicho, pero esta semana jugamos contra el Betis en Sevilla y van a ir mis padres, por lo que tocarán presentaciones oficiales.

- Rubia, arriba. -

Abre los ojos poco a poco y me sonríe cuando me ve. - Me tengo que ir, a las cuatro y cuarto tengo que estar en el campo. -

Asiente mientras me coge de la nuca y entierra su cara en mi cuello. - ¿Te vas en coche? -

Niega. - En metro, hay una parada justo en frente del colegio de esas niñas. -

Me despido de ella quedando en vernos después y yo me voy al campo.

Narra Celia.

Llego al colegio a las cuatro y media, busco a Anna y la veo en la puerta esperando a que salgan sus hijas.

- Hola Anna. -

Se gira y me sonríe. - Hola Celia. -

Esperamos unos minutos y ya anuncian la salida de las diferentes aulas. Primero sale Laura, la más pequeña, ya que está en segundo de infantil, y luego lo hace Klara por estar en primero de primaria.

Su madre les da un triángulo de sándwich a cada una junto un zumo. Las sube en el coche y las lleva a casa.

- Hoy tienen danza. Klara lleva tres años y Laura es el primero que va. Es danza clásica. -

Filmo todo y espero a que bajen las niñas.

Cuando lo hacen llevan sus medias rosadas, con un tutú y un body del mismo color.

Acompaño a Anna a la escuela de danza y después, ella y yo vamos a su escuela de deportes. Ahí me cuenta que fue medallista mundial, y europea de kárate y que desde entonces imparte clases a pequeños y mayores.

Que se casó con Robert en el año 2013 y que en el año 2017 llegó su hija Klara.
Que sigue yendo prácticamente todos los meses a Múnich ya que tiene otra escuela allí.

A las seis y media volvemos a por las niñas y Anna me deja en la ciudad deportiva, donde aprovecha para ver a su marido.

- ¡Papá! - ambas corren a subirse en los brazos de su padre.

Yo voy a por mis cosas y las meto en el maletero de mi coche.

- ¡Rubia! - Pablo me llama desde su coche.

¿Puede estar más guapo con esas gafas de sol?

Viene caminando hacia mi. - Lewy me ha invitado a cenar a su casa. -

- Pero luego te vas a tu casa. - Le señalo con el dedo.

- O podemos estrenar la cama de su casa. - dice mientras mete su cara en mi cuello haciéndome cosquillas.

- ¡No! Gavi por dios, que tienen dos hijas pequeñas. -

Se separa enfadado. - No me llames Gavi. -

Le cojo la cara con una mano y le aprieto un moflete. - No te enfades, amor. - Le digo con algo de rintintín, pero sabiendo que le ha gustado cómo le he llamado.

Atracción (Pablo Gavi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora