Setenta y tres.

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Narra Gavi.

- ¿Y qué pensabas hacer? ¿Dejar que esa niña crezca sin padre? Porque soy su jodido padre. -

Me había quedado sin palabras. Pedri tenía razón. Le tenía que haber dicho todo desde un principio.

- Lo siento hermano. - es lo único que me salía decirle en ese momento.

- Lárgate. -

Hago lo que me dice, pero antes de cerrar la puerta me giro. - Sabes que estaré para todo. -

- Menos para lo importante. - dice por lo bajo y salgo de la habitación.

Veo a Lara llorando en el sofá. - Lo siento Gavi. Os he arruinado la vida a todos. -

Me siento a su lado. - Ahora tranquila, a Pedri se le pasará. -

- Está muy enfadado. -

- ¿Y te extraña? Se ha enterado de lo tuyo y de que su mejor amigo le ha mentido. -

- Lo siento tanto. -

Veo una maleta. - Te voy a llevar a casa de Diego. -

- ¿Celia no quiere verme? -

Niego y salgo para bajar al garaje. Llevo a Lara a casa de Diego.

- Madre mía que barriga. - dice Diego al verla y Lara se tira a sus brazos llorando.

Miro a Diego y le hago un gesto como de: " es lo que hay"

Me despido de ellos dejando a Lara allí y vuelvo a mi casa.

Encuentro a Celia jugando en el sofá con Luca. En un rato vendrían a buscarlo y quedarían Ciro y Blanca a comer en mi casa con nosotros.

- ¿Cómo la has visto? - me pregunta mientras juega con la mano del niño.

- Tiene bastante vientre, pero está muerta de miedo. Pedri no quiere saber nada de ella y creo por lo poco que me he dado cuenta, de que la está tratando un poco mal. -

- Está enfadado. Mucho. Y es normal. -

- No sé cómo podemos hacer para que nos perdone. - me siento a su lado.

- Tiempo gordo. Es lo único que él necesita. -

Bufo y Celia me pone a Luca encima. - Voy a intentarlo de nuevo, pero no creo que me quiera hablar. -

Narra Celia.

Salgo de casa de Pablo y toco en casa de Pedri. - No va a querer abrir. - dice Pablo apoyado en la puerta con mi sobrino en brazos.

Oigo unos pasos y le pido que entre en casa. Pedri abre y le noto los ojos rojo. Ha llorado.

- Pedri... -

- ¿Porqué? -

Me deja pasar y me siento en el sofá. - Pedri, lo siento muchísimo. En ese momento no sabíamos cómo actuar ninguno de los dos y claro...se nos hizo todo bola al final. -

- La culpa no es vuestra. Bueno, un poco si por no contármelo, pero toda la culpa es suya. -

- ¿Puedo darte un abrazo? Echo de menos a mi mejor amigo. -

Es él quien se levanta y se acerca a mí, para ponerse a llorar sobre mi hombro. - Joder Celi, que voy a ser padre. -

- Vas a ser un padre estupendo. -

Se separa de mí y veo sus ojos muy rojos. - Pero mi niña va a nacer con sus padres separados. -

Las lágrimas ya son lagrimones. - Podríamos haber sido tan felices y ahora...ahora la odio Celia. -

Atracción (Pablo Gavi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora