Cincuenta y seis.

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Narra Celia.

- Tengo un regalo para ti. - me dice Aurora mientras que poníamos en una bandeja unos refrescos y lo sacábamos para la terraza.

Al final habíamos decidido quedar en casa. Ellos se quedarían con nosotros estos días y cenaríamos aquí también. Mañana Pablo y yo doblábamos turno y preferíamos salir y descansar.

Aurora me entrega un paquete envuelto en papel de regalo. - ¿Y esto? -

Lo abro y me encuentro con unos catálogos. - Me hace tanta ilusión que os caséis, casi más que si lo hiciera yo, y antes de empezar a la universidad quería traerte esto. -

- Muchísimas gracias Auro, aunque tengo que contarte algo. -

Me escuchan los tres atentamente. - Esto seguramente no agrade a casi nadie, pero tengo un sueño. Quiero que la primera persona que me vea vestida de novia, sea mi padre. Quiero que sea mi padrino de boda y espero que sea la primera persona en verme. Al igual que quiero que mi hermano Bosco, sea el que me lleve en coche hasta la iglesia. Si Pablo quiere casarse por la iglesia, claro. - miro para Pablo que asiente.

- Claro que sí, tampoco lo podría imaginar de otra manera. -

- Quiero elegir el vestido por mi misma. Quiero ir yo sola a elegirlo. Sé que lo lógico sería ir con mi madre, mi hermana, contigo, tu madre...pero sé que me puedo volver loca. Cada una tenemos diferentes gustos y yo quiero tomar esa decisión en calma. Creo que puede ser una de las más importantes de mi vida. -

Aurora me sonríe. - Pues me encanta esa decisión Celia. Es tu boda, tus reglas, es vuestro momento. -

Sonrío. - ¿Habéis pensado en la fecha? Es lo primero, ¿no? - dice Javi.

Asentimos los dos. - Lo estuvimos mirando el otro día y si nada se tuerce lo haremos el día 21 de junio. -

- ¿Y dónde? - pregunta Aurora.

Pablo sé que iba a decir que no sabía pero yo respondo por él. - En Los Palacios. - los tres se sorprenden.

- ¿Qué? - Pablo se levanta y se acuclilla a mi lado. - ¿Quieres que nos casemos en mi pueblo? Yo creía que querrías hacerlo en Madrid. -

- El día que me lo pediste, me acordé del alcalde y de sus palabras. Además la parroquia me pareció una preciosidad. -

Pablo pega su boca a la mía en un beso cargado de amor. - Te quiero muchísimo. -

Hablamos un poco de todo y de que Aurora y Javi van a probar lo de la convivencia cuando vuelvan a Sevilla y empiece de nuevo la rutina de septiembre.

Ellos se van a cenar por ahí y nosotros quedamos en casa.

- Si, gracias y hasta luego. -

Pablo se sienta en el sofá mientras que yo abro uno de los catálogos. Era de vestidos de novia. - ¿Ha pasado algo? -

- Era Luis Javier, el párroco que me bautizó y me comulgó. - le escucho. - Tenemos fecha para el 21 de junio. -

Cada vez lo veo más claro y eso me pone un poco nerviosa.

- Se nos va a hacer eterno. - dice mientras coge uno de los catálogos que hay encima de la mesa.

- Si, pero va a ser tan bonito todo el proceso. -

Intenta mirar el que llevo yo en las manos. - Este no. Este es el de vestidos, eso no lo puedes mirar. -

Bufa y abre el que tiene él. Son invitaciones.

Nos entretenemos mirando invitaciones y dejamos marcadas las que más nos gustan.
Pablo lo aparta y se acuesta en el sofá con su cabeza sobre mis piernas, mientras que yo miro vestidos y anoto la firma y la diseñadora o diseñador.

Atracción (Pablo Gavi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora