Sesenta y seis.

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Narra Gavi.

Llevaba un rato despierto. Estaba haciéndole el desayuno a Celia, que aún seguía dormida.

Le tocaba revisión y yo iría con ella.

Entro en la habitación y la veo dormida espatarrada en la cama.

Echo de menos a mi chica en el ámbito sexual.

Hace un mes que se lesionó y no hemos hecho nada desde entonces, y hoy para colmo he tenido un sueño erótico con mi futura esposa.

Dejo la taza sobre la mesa mientras le doy al botón de la persiana de la habitación y me deja ver la ciudad de Barcelona.
Levanto un poco el edredón y me meto por debajo. Con cuidado de no tocar su rodilla lesionada, levanto un poco su camiseta de dormir y bajo sus bragas encontrándome con el dulce que más me gusta.

Su coño.

- ¿Pablo? - oigo su voz pero hago que se calle al escuchar un gemido saliendo de sus labios, gracias a que mi lengua ha hecho contacto con sus pliegues. - ¡Dios! -sigo chupando y ya siento sus manos en mi pelo. - ¡Ah! ¡Ah! -

Comienzo con un dedo en su interior y ella gime aún más alto. Menos mal que Pedri y Fer no estaban en casa, mi chica estaba siendo demasiado escandalosa y eso me encanta.

Meto otro dedo en su interior y ella gime todavía más alto.

Siento que se va a correr pero paro. - ¿Qué...? - subo con cuidado besando su cuerpo y llego a sus labios que los beso con ganas.

Bajo mi bóxer y mi polla que está dispuesta para la batalla, acaba en su interior y yo tragándome su gemido. Joder, lo que necesitaba yo esto.

Celia me coge del culo y consigue que acabe aún más dentro de ella. - Awwww. -

Toqueteo sus pechos y le beso continuando con un vaivén que hace que se corra al momento.
Minutos después, consigo llegar al orgasmo en su interior.

Me desplomo sobre ella, mientras me acaricia la cabeza con cariño. - Joder, como necesitaba esto nena. -

- Yo también. - dice y ríe.

Me despego de su cuerpo y le doy un beso en sus labios. - Tanto tiempo a dos velas no ¿eh? - digo riendo y me levanto de la cama. Voy hasta el amargo y cojo unos bóxer limpios. Luego me acerco al baño y cojo una toalla, la humedezco un poco y vuelvo a la habitación. La paso por los pliegues de mi chica y ya la ayudo levantarse. En mis brazos la llego al salón y la dejo sobre el sofá.

Vuelvo a la habitación y el café está ya frío. - Voy a hacerte otro café, se ha quedado frío. -

- ¿Porqué será...? - reímos y ya le preparo otro café. Hago uno para mí y me siento con ella en el sofá. - ¿Podemos aprovechar esta tarde para mirar algún sitio para la celebración? -

Asiento y apunto en mi cabeza. Celia no sabe que el tema de la luna de miel, es cosa mía. Y quiero que siga sin saberlo porque es mi regalo de boda para ella.

Cuando terminamos, nos levantamos y mientras yo recojo el desayuno, ella va a vestirse, ya que tarda un poco en hacerlo.

Cuando entro en el vestidor está con una blusa y en tanga, buscando algo en algún cajón. - ¿Qué buscas? - digo mirándola por el espejo mientras yo saco una camiseta blanca y unos pantalones negros.

- El pantalón corto negro, creo que está ahí arriba y no llego. - me mira suplicante.

- ¿Te ayudo? -

- Por favor. -

Me acerco por detrás y lo cojo sin problema para después dárselo. - Y sin favor. - dejo un beso en el pelo y me visto yo. Cuando he terminado la veo sentada en un puff que tenemos en el vestidor, aún sin el pantalón. - ¿Qué pasa? -

Atracción (Pablo Gavi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora