Treinta.

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Narra Gavi.

Habíamos tenido muchísimas ocasiones y la única que entró fue un gol en propia. Manda narices.

Cogemos nuestras mochilas y salimos hacia el autobús.

Me paro a hacer fotos con aficionados y ya subo.

Los familiares ya han marchado y nosotros arrancamos media hora después que ellos.

Llegamos al aeropuerto a las dos de la mañana y nos pasan a una sala VIP donde están todas las familias, entre ellos Celia, lógicamente. Pero no veo a su amigo.

Aunque la imagen no es esa. La imagen es la de Celia sosteniendo en brazos al hijo pequeño de Carva mientras le da una especie de puré.

- Tío, que se te cae la baba con mi hijo. - el padre de la criatura aparece a mi lado.

- Si, con tu hijo...-

- Se le da bien. -

Me acerco a ellos y me siento a su lado. - Ay, hola gordo. - Mauro, estira su manita para que se la coja. - Toma, cógelo. - sienta al niño en mi regazo y entre los dos le damos el puré.

Su hermano mayor aparece. - Es mi hedmano. -

Reímos. - Y es más bueno que tú. - digo para picarle.

- Mentida. - y marcha corriendo de nuevo.

Terminamos de darle la comida a Mauro y el niño busca en mi cuello sitio para dormirse automáticamente. - Quiero uno así. - le digo y me mira raro.

- Siéntate a esperar, cielo. Porque te vas a cansar. -

- ¿No quieres hijos? -

- Si Pablo, pero no con diecinueve años. -

- Me sirve. -

Recuerdo a su amigo. - ¿Xuan? -

- Ha conocido a una chica, Marie, va a pasar la noche con ella, no me digas como va a volver, pero... allá él. -

Esperamos media hora y tengo a Mauro sobre mí durmiendo y a Celia haciéndolo en mi hombro.

Carva viene y se lleva a su hijo, ya que nos han avisado de que podíamos pasar al avión. - Pequeña... - abre poco a poco los ojos.

- Nosotros pasamos, vosotros lo hacéis diez minutos después. -

Asiente, beso sus labios y entro.

Me siento donde me mandan y efectivamente diez minutos después empezamos a ver a los familiares ya en el avión.

Despega y cuando nos dan permiso, me levanto para ir a la otra zona del avión.

Busco a Celia y la veo dormida, contra la ventanilla. Me siento a su lado, levanto el apoyabrazos y la cojo con cuidado para que apoye su cabeza en mi pecho. Abre un poco los ojos pero vuelve a cerrarlos nada más ver que soy yo.

Yo me acomodo después de poner una película y quedo dormido también.

Ha sido un día duro.

Despierto cuando veo que Pedri me da unos toquecitos en el hombro. - Tío, cinco minutos y aterrizamos. - me fijo en a Celia que está despierta viendo la película que puse. Le sonrío y me despido de ella hasta dentro de un rato. Me siento en mi sitio y aterrizamos en Stuttgart.

Esperamos a los familiares y ya arrancan los dos autobuses.

Una hora después llegamos a la Selva Negra y nos dicen que podemos dormir con ellos esta noche. Mañana entrenamos por la tarde. Básicamente porque son las siete de la mañana y tenemos que dormir.

Atracción (Pablo Gavi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora