Cuarenta y cuatro.

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Narra Celia.

Siento sus manos en mi culo.

Llevábamos toda la mañana tomando el sol en la playa y la verdad que no veía un plan mejor.

- Pablo... -

- ¿Qué? -

- Las manos. -

- Toco algo que es mío. -

- No lo digo por tocar o no, pero mañana vas a ser portada en la prensa del corazón. -

- Anda. -

- Hay un paparazzi ahí enfrente. Llevo un rato viéndolo. -

Levanta un poco la cabeza y el muy burro va y le saluda. - ¿Qué haces? -

- Saludarle, es Miguel, es el jodido cansino de todos los años. Desde que empecé a ser conocido y vengo a Ibiza es el pesado que me sigue cada año. Todos los años busca algo y nunca encuentra nada, básicamente porque venía con mis colegas, pues, este año, ya se lo doy yo. No tiene ni que buscar. - besa mis labios y se levanta. - Son las dos, ¿vamos a comer? -

Me levanto yo y pongo mi vestido de playa encima del bikini y cogidos de la mano, vamos hasta el chiringuito.

Gambitas, pescado y una paella de marisco es lo que pedimos, con una jarra de sangría bien fresquita.

- Ya sé que nuestro aniversario fue ayer, pero tengo un regalo para ti y no me aguanto más. - saco la cajita del bolso.

La abre y sonríe al verla. - Me encanta. - se levanta y besa mis labios. - Te quiero. - sonrío. - Sabes a sal. - me dice mientras saca la cadena de la caja. - Me la voy a poner ya. - hace lo que me dice y ya nos ponemos a comer. - No hacía falta. -

- Bueno, como le dije a tú madre, siempre eres tú el que sorprende, y hoy quería serlo yo. -

Me acaricia la mano sobre la mesa. - Yo también tengo un regalo. - suena mi móvil en ese momento. - Míralo. -

Entrada Ushuaïa 18 de julio de 2024
VIP.
Celia Sanz Iglesias || 19 años
Pablo Páez Gavira || 19 años

- ¿Me vas a llevar a la mejor discoteca del país? -

- Te va a encantar. -

- ¿Tú ya has ido? -

Asiente mientras prueba la paella. - Es una pasada, pero hay algo que tengo que probar. -

- ¿El qué? -

- Ir con mi chica. -

Sonrío como una boba. Este hombre. Cómo es.

Terminamos de comer y volvimos dando un paseo hasta el apartamento y mientras Pablo miraba algo en la televisión, yo me preparaba para irnos de fiesta.

Íbamos a ir sobre las ocho de la tarde y eran las seis.

Había encendido el jacuzzi que había en la terraza de la habitación. - ¡PABLO! - le llamo desde dentro.

- ¡DIME! -

- ¡VEN! -

Oigo las pisadas y entra segundos después quedándose sorprendido al verme. Murmura un "joder" por lo bajo y rápidamente se quita la camiseta y los pantalones, quedando en su ropa interior. Yo niego. - ¿Qué pasa? -

Atracción (Pablo Gavi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora