Sesenta y siete.

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Narra Celia.

Una semana.

Ese es el tiempo que llevo sin saber nada de él.

¿Cómo voy?

Cómo puedo. Sobreviviendo gracias a Áxel. Ese pequeño ser de luz que es el hijo de mis mejores amigos.

Pero lo peor llega hoy. Es lunes y había prometido que iba a estar en la ciudad deportiva. Hoy nos daban los coches oficiales y me habían llamado para estar ahí.

El domingo habían jugando contra el Sevilla y habían ganado 5-1. No había visto el partido. Llevo sin entrar en redes toda la semana, y hoy estoy como un zombie, en la cocina del piso que nos habían dado cuando llegamos a Barcelona.

La rodilla parece que va bien y que hoy no necesitaré mis muletas.

A mí me correspondía un coche, pero se lo quedaría Diego hasta el momento. Por cierto, de mi Fiat no sé nada. Debe de seguir en su casa.

Salimos y no recordaba lo que era ir en metro a trabajar.

Llegamos al ritmo que marca mi rodilla, y entramos en la ciudad deportiva. - Bon día. - nos dice Judith. - El acto es aquí, así que podéis esperar. -

- Yo voy a ir al estudio. - dice Diego y yo me quedo sentada en un banquito. Saco mis gafas de sol y me las pongo.

Espero a que pase algo.

Noto a alguien sentarse a mi lado. - ¿Cómo estás? - la voz del canario me saca de mi ensoñación.

- Estoy. -

Mira mi rodilla. - Tiene buena pinta. -

- Pedri, puedes preguntar, no soy de cristal. -

Pedri me da un beso en la mejilla. - Sabes que me tienes para lo que necesites. - le sonrío y ya oigo jaleo. Veo salir a los jugadores y lógicamente entre ellos está Gavi.

Fermín viene a saludarme. Y se sienta a mi lado. - ¿Bien? -

Asiento y me levanto con cuidado. Paso por su lado y el olor de su after shave me llena los pulmones.

Cierro los ojos unos segundos. - ¿Celia? - al abrirlos veo a Diego. - ¿Bien? -

- Si... -

Vemos aparecer a Joan y a dos personas más. Nos explican que hay coches para todos y son todos el mismo modelo: el nuevo Cupra Leon. Hay dos modelos, uno más sport que otro.

Van dándolos por orden de número de dorsal.

Gavi ha escogido el mismo que escogí yo en su momento.

- ¿El tuyo es como ese? - asiento.

- Lo habíamos escogido juntos. -

Diego abre mucho los ojos.

- El siguiente es para Celia Sanz. Aquí entran todas las cámaras y micrófonos. - dice Joan y saca las llaves de una cajita.

A mi ritmo y bajo la atenta mirada de todos, llego a Joan, que me mira con ¿dulzura? - ¿Cómo estás? - otra vez esa maldita pregunta. Le miro flipando. - Si, lo sé. -

- Estoy. - me da dos besos y ya entro en el coche. Pongo el asiento a mi altura y me hacen la foto de rigor. - Ya puedes jubilar tu Fiat. - me dice Pedri y todos ríen, entre ellos Gavi. - Mi Fiat es irremplazable. - me río enserio por primera vez en una semana.

Cierro el coche y ya siguen repartiéndolos.

Pedri vuelve a ponerse a mi lado. - Tu fiat es una pasada. - me dice y yo sonrío. - Aquí tienes. - me da las llaves de mi pequeño. - Lo...lo ha traído Gavi. - asiento. - Se enteró de que venías hoy y me pidió que te las diera. -

Atracción (Pablo Gavi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora